Puede que Isabel Coixet sea una de las directoras más prolíficas del momento. Y es que desde el 2012 lleva estrenando una película -a veces dos- al años. Sin embargo, ni las dos que fueron más apreciadas por la crítica como 'Ayer no termina nunca' (2013) o 'Nadie quiere la noche' (2015), lograron despertar el interés que provocaron sus primeras películas, especialmente las excelentes 'Mi vida sin mí' (2003) y 'La vida secreta de las palabras' (2005).
Sólo dos años después de su último trabajo de ficción -el año pasado estrenó el documental 'Spain in a Day'-, Isabel Coixet nos regala 'La Librería' ('The Bookshop'), una adaptación de la novela homónima de Penelope Fitzgerald y la que puede que sea su mejor película desde 'La vida secreta de las palabras'. De corte clásico y delicado, muy al estilo inglés, la película lanza un poderosísimo mensaje sobre el poder de los libros y el miedo y la mezquindad que provoca la ignorancia.
Caciques y súbditos
Son los años 50 y Florence Green es una recién llegada a uno de esos pequeños y tranquilos pueblos costeros británicos en los que todo el mundo se conoce. Por suerte, pronto comienza a hacerse su hueco y decide cumplir el sueño que ella y su difunto esposo concibieron cuando se conocieron: abrir una librería en un lugar alejado de las revoluciones sociales de la época en los grandes centros urbanos.
Sin embargo, llegar a cumplir ese sueño no será tan fácil como puede parecer. Los habitantes de Hardborough no son demasiado aficionados a los libros, aunque estos parecen acoger su apertura con curiosidad. Pero el verdadero problema de Florence será Violet Gamar, una de las mujeres más ricas del pueblo y que domina la vida del lugar. Una mujer que hará todo lo posible por destruir el sueño de Florence.
El mensaje de 'La Librería' es claro y universal: el abuso de poder de los ricos y su miedo e ignorancia frente a lo diferente, donde siempre ven una amenaza a punto de cambiar el orden, 'su' orden de dominación establecido; así como la pérdida de la admiración de los súbditos que piensan que poseen. Violet Gamar es la cacique del pueblo y los ciudadanos son los súbditos que deben seguir sus leyes y su voluntad.
Obviamente, Florence, leída y culta, es muy consciente de la situación y hará todo lo posible, sin perder las formas nunca, de cumplir su sueño. Lo hará con coraje y la esperanza de que una buena selección de libros hará abrir los ojos a los ciudadanos de ese pequeño lugar lleno de gente buena pero demasiado inocente. Y para conseguirlo se rodeará de una despierta e imaginativa niña y un anciano rico y viudo que no sale de su mansión desde hace 45 años pero cuya mayor pasión es la lectura.
Sin embargo, la guerra silenciosa declarada por Violet -con la excusa de que la librería ocupa un edificio emblemático del pueblo- será más cruenta de lo esperado y Florence necesitará mucho más coraje de lo que ella cree tener para luchar contra la ignorancia y por el derecho a ser distinto.
La compañía de los libros
Si hay algo que desprende 'La librería' es la importancia de los libros. En un momento de la película, alguien pregunta a Florence si no se siente sola viviendo en esa casa tan grande, a lo que ella responde algo como: "Nunca. Estoy acompañada por los libros". Unos libros que le hacen viajar, crecer como persona, soñar y sobre todo, tener el coraje suficiente para enfrentarse al orden establecido y caciquil que coacciona a la sociedad.
Siempre ha sido bien conocida la predilección de Isabel Coixet por la lectura, pero en su último trabajo, filmado con una delicadeza y sutilidad casi británicas, consigue su alegato definitivo a favor de la lectura y de todos sus beneficios para el alma. Y sí, hasta leyendo esas novelas más 'escandalosas' -concretamente 'Lolita' de Vladimir Nabokov o 'Farenheit 451' de Ray Bradbury-, uno se siente más valiente, más libre. Menos solo.
La sociedad reflejada en 'La librería' es ciertamente desoladora, sobre todo, por aproximarse tanto a la triste realidad: si una persona con poder lo desea, todos tus sueños pueden verse derribados a golpe de influencia, y lo peor de todo es que lo hará por el mero hecho de poder hacerlo. Por suerte, la lucha no es en vano, y Coixet, desarrolla mucho más -que en la novela- el personaje de la niña que trabaja de ayudante en la librería con Florence para demostrárnoslo.
Una niña que, al comienzo de la cinta afirma con descaro que a ella no le gustan los libros pero que, de forma inmediata, establecerá una relación basada en la confianza y la admiración con Florence. Una relación que, desde el primer momento, el espectador entenderá como el de mentora y díscipula y con el que Isabel Coixet ha querido llenar de esperanza el desolador y engañoso paisaje bucólico del lugar.
'La librería': alegato por la lectura y el coraje que nos transmiten los libros
Si hay algo que caracteriza siempre el cine de Isabel Coixet, nos gusten más o menos sus películas es su extrema sensibilidad y su buena elección de casting y aquí, no podía ser menos. Es más, parece alcanzar su máximo en ambos aspectos, que inundan cada plano de 'La librería' de forma más que evidente.
Desde su cuidadísima puesta en escena hasta la elección del pueblo y la realización suave y algo académica que tanto caracteriza a este tipo de historias de espíritu británico, rezuman sensibilidad. Algo que se ve reforzado por la sutilidad en que se nos cuenta la historia -herencia de la novela de Penelope Fitzgerald-, que aunque para una servidora es una de sus grandes bazas, para otros puede llegar a ser una desventaja por no explicar todo con pelos y señales.
Pero todo ello no serviría de nada si sus intérpretes no estuvieran a tono con todo lo demás. Por suerte, Emily Mortimer, Bill Nighy y Patricia Clarkson están más que a la alturan y vuelven a regalarnos, una vez más, sus deliciosas dotes interpretativas, demostrando que son tres de los mejores actores británicos -a excepción de Clarkson, que es estadounidense- del momento y que, no necesitan el título de estrella para brillar y convertir en algo sublime todo personaje que tocan.
'La Librería' ya ha alzcanzado el millón de euros de recaudación, manteniéndose en el top 5 de la taquilla y después de haber sido, en su primer fin de semana, la película con los mejores resultados por copia. Y es que es más que evidente que lo nuevo de la Coixet, cautiva a todo aquel valiente que se atreva a adentrarse en este delicado alegato por la lectura y el coraje que nos transmiten los libros.
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