Hollywood hace años que se entregó casi por completo a las franquicias. Los remakes, reboots, secuelas o spin-offs son cada vez más habituales, llegando un punto en el que muchos de ellos parecen hechos desde la pereza. Esa falta de esfuerzo se traduce en películas que ni siquiera cumplen el requisito mínimo de entretener, pero, afortunadamente, no todas las superproducciones se hacen así. Las hay que sirven para divertirnos y también otras que van más allá.
En el caso del relanzamiento de la saga ‘El planeta de los simios’ (‘Planet of the Apes’), ya la primera entrega fue una grata sorpresa, pero es que la segunda fue sensacional, uno de los mejores blockbusters de lo que llevamos de siglo XXI. ‘La guerra del planeta de los simios’ (‘War of the Planet of the Apes’) tenía ante sí un reto titánico, pero Matt Reeves ha firmado otra película alucinante y el cierre perfecto para la trilogía de César.
Una auténtica maravilla
La primera mostró la rebelión de los simios y la segunda nos mostró que su enfrentamiento a los humanos era inevitable, por lo que en la tercera quedaba por resolver esa dispuesta. Está claro que todos sabemos cuál es el bando ganador, por lo que el guion firmado por Matt Bomback y el propio Reeves prefiere que eso pierda peso en relación al lado más humano de la historia, ya que aquí incluso el sádico militar interpretado por un inspirado Woody Harrelson tiene motivos para actuar como lo hace.
No obstante, los simios en general y César en particular son los que asumen el verdadero peso dramático, planteándose primero la necesidad de seguir luchando y luego actuando en consecuencia a los hechos. Esto permite a Reeves iniciar la película con un confrontación directa alejada de los fantásticos excesos del tramo final de ‘El amanecer del planeta de los simios’ (‘Dawn of the Planet of the Apes’) en beneficio de un toque más misterioso y letal.
El excelente trabajo en la dirección de fotografía de Michael Seresin, que ya había demostrado todo su talento en la anterior entrega -y en la tercera de la saga Harry Potter, donde su aportación también fue notable-, es esencial para que las imágenes transmitan el efecto deseado y nunca resultar confuso. A lo largo del extenso metraje vuelve a tener ocasiones para lucirse, logrando crear el clima necesario en cada momento, ya sea de dramatismo, fatalidad o incluso esas pequeñas dosis de esperanza necesarias.
Y es que ‘La guerra del planeta de los simios’ no tiene el tono que uno esperaría de una superproducción, ya que hay multitud de elementos sombríos al no mostrar miedo alguno al explorar la historia planteada hasta sus últimas consecuencias. Hay traiciones, muertes, crueldad y muchas más cosas, pero lo importante es que logran que el espectador se sienta dentro de la historia en lugar de ser una especie de peaje para llegar al enfrentamiento final.
Mucho más que un simple blockbuster
Ahí entraba lo que comentaba antes de dar una justificación a todos los personajes, provocando reacciones que van desde la imperiosa necesidad de vengarse hasta el instinto de supervivencia. ‘La guerra del planeta de los simios’ no es un entretenimiento de usar y tirar mejor o peor resuelto -ahí entran las valoraciones de cada uno, y la mía es que es una maravilla-, sino una propuesta ambiciosa que además cuenta con un enorme presupuesto.
Además lo hace sin entrar en una lectura sociopolítica concreta -aunque seguro que habrá quien quiera ver en ella cierta relación con Donald Trump y su muro-, sino echando mano de ideas atemporales que funcionan tan bien en el contexto actual como otro cualquiera. Reeves es consciente de eso y por eso se centra en el retrato simiesco, donde la gran mejora de los efectos visuales ayuda a que el físico refuerza esa evolución intelectual que han tenido a lo largo de la saga.
Eso sí, ‘La guerra del planeta de los simios’ no sería lo que es sin la inmejorable interpretación de Andy Serkis. Es verdad que está manipulada, pero sus gestos siguen ahí y también la fuerza de su voz. César es la estrella, y lo es de una forma que por momentos encaja con ese toque más oscuro antes de que tenga que ejercer como el héroe imprescindible que requiere la película cuando hasta entonces sus motivaciones habían sido, por decirlo así, más personales.
Prácticamente todo funciona en 'La guerra del planeta de los simios'
Ese punto permite a Reeves abordar otros temas como el hecho de que algunos simios se hayan pasado al bando de los humanos por miedo -recordemos que en la anterior entrega estaban divididos entre los que apoyaban a Koba y los que se decantaban por César- o que la co-existencia entre humanos y primates tampoco es algo necesariamente imposible. Este último punto engancha a su manera con un detalle de la película original sin caer en subrayados innecesarios.
De hecho, otro de los logros de ‘La guerra del planeta de los simios’ es que no se recrea en nada al permitir que la historia fluya con naturalidad. Sí que hay un detalle relacionado con César que choca de entrada, pero lo que sucede después compensa esa posible carencia con creces y permite que el drama planteado por la historia tome un giro a priori inesperado. Y es que sí, también hay alguna sorpresa por el camino, e incluso algo de humor muy bien introducido.
Además, ‘La guerra del planeta de los simios’ es un espectáculo visual de primera categoría, pero es que Reeves quiere y consigue aprovechar eso para construir una película con fondo y que te hace reflexionar. Podríamos decir que cumple con holgura su faceta de entretener pero que te da algo más, mucho más en realidad. Y encima consigue dar a la saga una magnífica sensación de cierre que te deja con la idea de haber visto una de las mejores trilogías de todos los tiempos.
En su contra no hay nada realmente importante. Algunos quizá hablen de cierta falta de riesgo -no lo comparto, pero puestos a pedir…- y otros puede que quisieran más escenas de los simios con metralleta -de eso había más en la segunda-, pero a mí lo único que me chirrió fue un detalle de la banda sonora de Michael Giacchino.
En líneas generales encaja de maravilla con las imágenes y hace que la acción sea más inmersiva y el drama más intenso, pero en determinado momento -no puedo decir cuál por eso de los spoilers, pues sucede con el relato ya bastante avanzado- casi me transmitió la sensación de estar viendo una aventura juvenil de los 80-90. Fue raro y quizá cosa mía, pero fue lo único que me llamó la atención negativamente.
En definitiva, ‘La guerra del planeta de los simios’ es un magnífico punto y final para una de las mejores trilogías de la historia del cine -ojalá Fox no continúe adelante salvo que opte por hacer un nuevo remake de la cinta original-. También es un blockbuster que te va a dar entretenimiento de primera, pero no se conforma con eso y también es una magnífica película orquestada de maravilla por Matt Reeves y en la que prácticamente todo encaja en su lugar. Ojalá se hicieran más como esta.
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