Han pasado ocho años. Ocho largos años en los que se nos levantó de la cama de un dulce sueño, se nos echó encima un cubo de agua helada y se nos dijo aquella odiosa sentencia de "habéis estado viviendo por encima de vuestras posibilidades". Y si resulta odiosa es, en esencia y simplificando mucho una realidad tan compleja que no creo que nadie en la superficie de este planeta haya sido capaz de comprender en su totalidad, porque a nuestra especie no le gusta que nos digan a la cara las verdades que duelen.
De acuerdo, quizás el ciudadano de a pie, ese que trabaja —o trabajaba— como un mulo para llegar a fin de mes y poner un plato de comida en la mesa de su familia, ayudara en un muy pequeño porcentaje al desplome del sistema capitalista que vino asociado al estallido de la burbuja inmobiliaria; lo que se traduce en que, en su medida, fuera RESPONSABLE de perpetuar una situación en constante huida hacia delante que, por desgracia, terminó desembocando en la pérdida de empleo y hogar de millones y millones de congéneres a lo largo y ancho de esa mota de polvo cósmica que es la Tierra.
Realidad a hostias

Y de esa responsabilidad es de la que, al menos en parte, habla 'La gran apuesta' ('The Big Short', Adam McKay, 2015), el filme que hace unos días daba la sorpresa en la entrega de los premios del gremio de productores estadounidenses al alzarse con el correspondiente a Mejor Película y que, como ya se ha dicho por activa y por pasiva, cuenta con un cuarteto protagonista que por sí solo justificaría el acercarse a ella. Destacando entre ellos a un Christian Bale soberbio y a un Steve Carell que demuestra que su faz dramática es mejor que su vis cómica, la labor de los actores en la producción no es, no obstante, lo que convierte al presente filme en una sorpresa a tener en cuenta.
De acuerdo, la naturalidad de todos —sin excepción— ayuda sobremanera a suavizar la asimilación del obús que supone el guión, pero es éste, en primera instancia, el que hace de 'La gran apuesta' uno de los mejores y más elocuentes vehículos a los que he tenido la oportunidad de acercarme en los últimos años para entender de forma algo más clara cuáles fueron los motivos que se escondieron detrás de la crisis económica al tiempo que, y eso es novedad aquí, se obtiene una respuesta a una de las grandes preguntas que la rodeó: cómo es que nadie hizo nada para evitarlo.

La exposición de los hechos que va enhebrando el libreto redactado a cuatro manos entre Adam McKay y Charles Randolph basándose en la novela de Michael Lewis se mueve en tres frentes diferentes: los que corresponden al alarmante descubrimiento sobre el estado del mercado inmobiliario que hace el excéntrico gestor de fondos interpretado por Bale; a cómo se aprovechan de dicho descubrimiento el inversor encarnado por Ryan Gosling y el gestor de fondos de cobertura al que da vida Carell y, en último lugar, a la forma en la que un par de jóvenes inversores utilizan la ayuda que les proporciona el banquero retirado con el rostro de Brad Pitt para, también sacar tajada.
De manera sencilla pero sin renunciar a vocabulario específico en materia económica, cada uno de ellos nos acerca conceptos tremendamente complejos que, unidos, conforman la terminología básica con la que intentar comenzar a entender sobre qué endebles cimientos se construyó la economía estadounidense desde los años ochenta y, por extensión, la mundial, claro está. Y por si tanta cháchara técnica sobre hipotecas, índices bursátiles, paquetes de referencia crediticia o Swaps de incumplimiento crediticio se os hace un mundo, no os preocupéis, ahí está el ingenio de la pareja de guionistas y el desparpajo del McKay director para solucionarlo.
'La gran apuesta', elocuencia demoledora

Rodada con un aparente desenfado que aquí y allá no es capaz de ocultar lo milimétrico de su planteamiento; montada con un ritmo trepidante que fluye con tremenda efectividad y plagada de diálogos que harían desfallecer al economista más pintado, en su apuesta por acercar al espectador de a pie la gran farsa que hundió el mercado inmobiliario, el filme echa mano de dos incisos que, sin duda, se cuentan entre lo mejor de todo el metraje y que explican, en lenguaje común, y de mano de Margaret Robbie, Selena Gómez y Richard H. Thaler —el padre de la economía conductual— qué fueron las subprime y qué diantres es un paquete de referencia crediticia sintético.
Pero más allá de su obvia vocación pedagógica, hay en 'La gran apuesta' una clara intención de servir de agitador de conciencias y de vehículo para abrir los ojos a todos los que ella se acerquen mediante un claro mensaje: los bancos, esas entidades que, no olvidemos, dirigen personas como tú y como yo, no fueron los únicos malos. A fin de cuentas, si por algo se caracteriza la especie humana es por venir formada por personas de toda condición, desde los que tienen remordimientos hasta los que carecen por completo de escrúpulos y, como diría Marcus Brody, "estarían dispuesto a vender a su madre por un jarrón estrusco".

Y esos últimos, por mucho que se los quiera suavizar en el transcurso de la cinta, son los que contra todo pronóstico, sacaron provecho de la ruina de unas cifras que, sólo en Estados Unidos, ascendieron a los ocho millones de desempleados y a los seis de congéneres que se quedaron sin hogar. Lo decía al principio, nadie en este proceso que bien podría haber acabado con un colapso mucho más grave de la economía mundial estuvo libre de responsabilidad. Dejándonos llevar por la "alegría" descontrolada del sistema capitalista fuimos poco o nada conscientes de la anormalidad de lo que estaba pasando y preferimos no mirar hacia atrás sopena de descubrir que el suelo ya había comenzado a resquebrajarse bajo nuestros pies.
Duele que una película te transmita un mensaje tan demoledor y aún más que lo haga junto a otro que lo supera y que habla del muy erróneo camino que lleva nuestra especie si continúa haciéndose cada vez más fuerte en el "tanto tienes, tanto vales". Pero es un dolor por el que hemos de pasar para despertarnos del anestesiado letargo al que nos somete el consumismo y, al hacerlo, ser un poco más conscientes del vasto abanico de tonalidades de gris en el que se mueve el mundo que nos rodea. No afirmaría que es la mejor película de 2015 pero sí, sin lugar a dudas, que 'La gran apuesta' es la más NECESARIA.
Otra crítica en Blogdecine | 'La gran apuesta', acercando la crisis al gran público
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39 comentarios
Dax
Es tan bueno,tan redondo y tan perfecto el trabajo fino que ha hecho esta gente,el establishment, que ha logrado sembrar la idea, perversa por su parte y penosos aquellos que comulgan con ella, de que la gente es corresponsable de la debacle economica mundial, solo por comprarse un autito o embarcarse en una hipoteca por un modesto pisito, que subersivos, vivir por encima de sus posibilidades.Seguro que una gran mayoria de la poblacion mundial vive asi,dinamitando el sistema,inescrupulosamente,cueste lo que cueste.Esa gente que vive con un dolar por dia, o esos cabezas de familia que hacen magia con 450€ por mes, deberian cesar en su constante ataque al sistema capitalista y frenar sus desconunales habitos de consumo, esos españolitos de a pie, que egoistas!!!
Bob
No puedo hablar de Estados Unidos, pero es evidente que en España (y Luis García Berlanga ya hablaba de ello en sus películas décadas antes de que pinchara la burbuja inmobiliaria) tenemos una manía enfermiza por tener una casa propia cuando no tenemos ni para llegar a fin de mes ni sabemos seguro a donde nos va a llevar la disponibilidad laboral. La cultura del sentido de la propiedad, la necesidad obsesiva-compulsiva por coger algo con la mano, apretar el puño y decir "¡esto es mío!", y que se enteren todos, es una de las grandes lacras y perdiciones de este país. Existe un maravilloso invento llamado "alquiler" que, aunque no te permita pintar la casa con tu color favorito ni poner los muebles que a ti te gustan, es más económico, más práctico y te permite abandonarla en cualquier momento sin quebraderos de cabeza cuando la vida te lleve a otro sitio. Los alemanes, los compatriotas de ese individuo nombrado por nuestro distinguido compañero sentenza en sus brillantes comentarios, lo saben, porque son prácticos, y por eso casi todos viven de alquiler, muy pocos tienen casa propia, hasta los que tienen perras a mansalva. Y lo peor de todo es que seguimos en las mismas actualmente, la sociedad española sigue estando llena de seres pequeñicos que se piensan que comprar una casa (una en la ciudad, otra en el campo, otra en la playa...) es como pedir el Fuerte de Playmobil a los Reyes Magos. Yo ya sé que esta opinión es muy impopular, pero el sentido de la autocrítica es otra de nuestras muchas asignaturas pendientes.
En cuanto a la película, correcta, sin más.
pcalzadolopez
Halaaaaaaaaaa has dicho que el ciudadano de a pie también tuvo responsabilidad en la crisis, todos nosotros. Cómo osas. ¿Has calculado cuánto falta para que empiecen a hablarte de los pérfidos bancos y de un señor con perilla, cuernos y cola roja que se oculta siempre detrás de un plasma? Es una conversación que yo me harté de tener ya (y con gente bastante cercana)...
guille22496
La crítica buena, pero lo de que "habéis vivido por encima de vuestras posibilidades" son verdades que duelen id a contárselo a otros. Este tipo de cosas sobran en un blog de cine (mas cuando los ricos ahora son más ricos, se han llenado las manos de dinero con la corrupción y han despilfarrado millones de euros en aeropuertos, ciudades de la cultura y demás infraestructuras que ahora están vacías y sin uso, más todo lo que todavía no se sabe).
Y si se ha vivido por encima de nuestras posibilidades culpa del ciudadano de a pie no ha sido. Son los bancos los que prestan créditos, son los de arriba los que manejan la situación, los que dicen que todo va bien cuando saben que no. Las crisis son una forma para que todos ellos se bañen en dinero. Viendo la situación actual, creo que desafortunado hacer ese tipo de comentarios.
leonquentin
Perdonad que discrepe de algún comentario. Eso de que la culpa es por "haber vivido por encima de nuestras posibilidades" habría que matizarlo. La gente se compró todo lo que quería comprar PORQUE NADIE DIJO LO CONTRARIO ENTONCES. Si te digo que me prestes 200 euros y me los das, ¿de quién es la culpa? Basta ya de tonterías que nos quieren hacer creer los que han metido la pata y viva el cine.
multifilm
una cinta que trae un mensaje fuerte pero bajado a la tierra por unos grandes actores que con algo de humor negro nos da un golpe para despertar. Margin Call estuvo excelente pero a ciertas personas tanta terminología económica la alejó un poco, pero está supo aprovechar eso y se conecta mucho mejor con el público !
janfrito
Pues yo tengo que disentir con el señor Sergio, autor de este post: para mí, a falta de ver Spotlight y El Renacido, esta película SÍ me parece la mejor película del año.
Hacía mucho tiempo que no miraba ni una sola vez el reloj en la sala del cine.
fernandolara1
La frase no es de Marcus Brody, la dice el padre de Indiana
ieupaeli
Y seguimos con lo de que hemos vivido por encima de nuestras posibilidades, y por eso ocurrió la crisis. Osea que la gente tiene la culpa de que las entidades financieras les estafaran. Porque sí, los estafaron. Los bancos sabían que vendían mierda pura, y se aprovecharon de que la gente no entiende ni papa de economía, haciéndoles firmar intereses abusivos que los propios bancos sabían que esa gente no podía pagar. Les daba igual estar vendiendo humo y que la gente no llegase a pagarlas,porque mientras ellos seguían ganando dinero. Y aunque la crisis estallara,qué más da si el gobierno hará que el ciudadanito de a pie ponga la pasta para rescatarlos. Pero la culpa del ciudadano de a pie por dejarse llevar por este sistema de mierda y por dejarse estafar,por querer poder tener una casa. Perfecto. Las víctimas y los que tienen que pagar el pato, los culpables. Estoy harta de esa mierda de frase. Joder,aún viendo que nos han estafado a la cara, seguimos igual. Ellos se han enriquecido,se han largado con la pasta y ni siquiera han pisado la cárcel, y la culpa nuestra. Por dejarnos estafar. Como que no sabían cómo vender la basura. Pero todo vale para ganar dinero,y eso está bien visto,aunque sea inmoral e ilegal. Ya encontraremos la forma de volverlo legal,ya que lo controlamos todo,también los gobiernos.
danielmg3
Cuando venga la proxima crisis del agua...o de cualquier otra cosa que la habrá...qué direis...que la culpa es del españolito de a pie??? pero es que hace falta ser subnormales
ieupaeli
Por cierto, los que no dejáis de repetir la dichosa frase,estoy segura de que trabajáis para un banco,o tenéis un familiar que lo hace,o tal vez estudiasteis empresariales o económicas. Mi pregunta es, ¿dormís mejor repitiéndoos eso