Era 'La Fuente de la Vida' una prueba de fuego para mí, la película que en mi caso inclinaría la balanza a favor o en contra de Darren Aronofsky, señor que me hizo vivir un verdadero suplicio con su espantosa 'Pi', pero que luego logró que colocara 'Réquiem por un Sueño' en mi estantería de dvds. Así pues, me dispuse con sumo interés a visionar su nueva película, un proyecto que le llevó bastante tiempo sacar adelante, y que en su momento estuvieron a punto de protagonizar Brad Pitt y Cate Blanchett, que curiosamente luego fueron pareja con problemas en 'Babel'. De lo que no hay duda es de que el señor Aronofsky los tiene muy bien puestos, y le importa bien poco el resto de la humanidad, por así decirlo. Con su película, totalmente a contracorriente y arriesgadísima, demuestra algo que yo llevo defendiendo años: lo que importa en el cine no es lo que cuentas, sino CÓMO lo cuentas. Y ojo, no estoy diciendo con esto, que lo que se cuenta no sea importante, que nadie me malinterprete.
Pero decir "te quiero" es una cosa. La forma de hacerlo es lo que lo hace maravilloso, o rídículo, o cursi, o único, o mil cosas más. Aronofsky cuenta una historia de amor totalmente clásica y típica, pero la forma de hacérnosla llegar, de hacérnosla sentir, es muy diferente a lo que hemos visto hasta ahora. En manos de cualquier otro director más convencional, estaríamos ante un drama lacrimógeno más. Aronofsky nos sobrecoge con su película, más allá de lo que la narración convecional pudiera haber hecho con el material que se tiene entre manos. Aún así, no estamos ante un film perfecto, que quede claro, y tal vez, la causa haya sido que el director no ha tenido toda la libertad que quería.
La historia nos lleva a tres épocas distintas con tres personajes distintos, pero obsesionados por la búsqueda de la inmortalidad: un conquistador español, un médico del presente, y un viajero del futuro. La historia central es la del presente, y la que a mí más me llena. Perfectamente diseccionada e interpretada, alcanza momentos muy bellos, y es donde vemos todo el drama que los personajes principales viven, al mismo tiempo que sus obsesiones, temores y sentimientos. Las otras dos sirven como complemento a lo que el director nos quiere narrar, y a pesar de que casi todo casa perfectamente, hay algunos instantes mal explicados, probablemente producto de que el director no pudo hacer todo lo que quería. Aún así se las arregla perfectamente para condersarlo todo en poco más de hora y media, y que casi todo sea perfectamente entendible. Salir airoso de ese problema no era tarea fácil, y el director saca un notable alto al respecto. Cuánto lío mental se hubieran hecho otros.
Incluso, si queremos, podríamos decir que la parte del pasado es el planteamiento, la del presente, el nudo, y la del futuro el desenlace. Una forma sencilla y lógica de verlo. Pero lo cierto es que va más allá, siendo todas las partes como una sola, y en el que las interpretaciones filosóficas que de ello se desprende pueden ser numerosas. Esta singular historia de amor habla de la fuerza de ese sentimiento y de la aceptación de la muerte, esa compañera eterna que está a nuestro lado desde que nacemos, y lo hace sin ningún tipo de remilgos, reforzando gran parte de su argumento en una extraordinaria fuerza visual (sobre todo en la parte del futuro), que mezclada con una sublime banda sonora de Clint Mansell, es capaz de trasladarnos a cualquier punto espaciotemporal, porque al fin y al cabo, el amor no conoce de fronteras ni límites, ni sabe lo que es el ayer ni el mañana. Decir al respecto de la música, que ésta no sería lo que es si el señor Mansell no volviese a contar con la ayuda del genial Kronos Quartet, que ya colaboraron con él en su impresionante trabajo para 'Réquiem por un Sueño'.
El trabajo actoral es otro de sus puntos fuertes. Creo que Hugh Jackman y Rachel Weisz nunca estuvieron mejor. Jackman cada vez es mejor actor y su inteligente decisión a la hora de elegir proyectos interesantes, le ayuda al respecto. Es capaz de transmitirnos todo el dolor y angustia de un hombre que no quiere aceptar la pérdida de un ser querido. Su personaje está en clara armonía con el de Rachel Weisz, una mujer que acepta su destino (el destino de todos nosotros), y en esa aceptación encuentra su fuerza, y el no querer perderse ni uno sólo de los segundos que le quedan por disfrutar del único bien que el ser humano debería apreciar sobre todas las cosas: la vida. Y en este caso, una vida llena de amor. Nunca pensé que una actriz como Weisz pudiera estar tan bien.
Supongo. Supongo, no. Creo firmemente que es una película que necesita más de un visionado, pero no para entenderla, que salvo algunos apuntes que le impiden ser una obra maestra, es fácilmente entendible, sino para sentirla una y otra vez, disfrutando de cine de primer orden. A veces, las grandes películas tienen fallos, como en este caso los comentados, o algún bajón de ritmo, pero de lo que no hay duda es de que 'La Fuente de la Vida' es la popuesta más arriesgada y original de este año. Un film prácticamente atemporal, algo que va en consonancia con todo lo que en él se narra. ¿Qué hubiera pasado si Aronofsky hubiera tenido total y absoluta libertad?
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