Nunca he compartido el notable entusiasmo que despierta el cine de Park Chan-wook entre muchos cinéfilos. De hecho, solamente había disfrutado realmente con una de sus películas hasta ahora y no se trata de la aclamada ‘Oldboy’ ('Oldeuboi') -a la que, eso sí, debo un revisionado-, sino de ‘Sympathy for Mr. Vengeance’ (‘Boksuneun naui geot’), que además fue el primer trabajo suyo que vi.
Con ‘La doncella’ (‘Ah-ga-ssi’) temía que volviera a pasarme lo mismo, y la enorme cantidad de alabanzas que ha ido recibiendo desde su estreno en el pasado Festival de Cannes tampoco ayudaba a que ese temor fuera a menos. Sin embargo, llegó el día de verla y en esta ocasión sí que me sedujo con el brillante y retorcido juego de sexo y engaños que propone esta adaptación de una novela de Sarah Waters.
El apasionante arranque
Una de las grandes claves a la hora de contar cualquier historia es el enfoque, ya que eso impacta de forma frontal en la forma que tiene el espectador. El propio punto de vista delimita la información que recibimos y en el caso de ‘La doncella’ resulta esencial para entender y valorar todo lo que propone Chan-wook durante su fascinante primera hora, en la cual hace hincapié casi exclusivo en la posición de una criada.
Dejando a un lado los detalles -siempre es mejor descubrirlos por uno mismo-, Chan-wook incide en la evolución interna de Kim Tae-ri en todos los frentes, tanto en lo puramente argumental como en la utilización de los escenarios y objetos. Es ahí donde va atrapándonos y demostrando un impecable control de la puesta en escena, haciendo que todo luzca de una forma impresionante en lo individual, pero plegándolo en todo momento a las necesidades de la historia.
Tampoco me gustaría olvidarme de la propia aportación de Tae-ri en su primera película tras un pasado como modelo y pasar por varios cortometrajes. Aquí transmite a la perfección esa peculiar inocencia con un lado oscuro que es también el que vertebra el juego formal de Chan-wook para ilustrar la evolución en sus motivaciones. Todo encaja como un guante -incluyendo aquí al resto del reparto, en especial a Kim Min-hee, algo lógico dado el marcado toque femenino de la película- y lo único que le queda al espectador es disfrutar ante la lección de cine que tiene ante sí.
La importancia del viaje
En determinado momento de la película se menciona la importancia del viaje, algo que en el caso de ‘La doncella’ tiene una importancia especial directamente relacionada con lo que mencionaba antes sobre el punto de vista. A partir de ahí llegan muchas de las sorpresas del relato ideado por Waters y adaptado para la ocasión por Chung Seo-Kyung y el propio Chan-wook.
Todas ellas bien medidas e introducidas en el momento justo para que la historia avance sin romper en ningún momento el estupendo equilibrio que surge entre todos los temas que va tratando. Entre ellos resulta inevitable que destaque el sexo, ya que es algo que siempre da que hablar, complicándose la cosa más a poco que uno se desvíe de lo heterosexual y más aún si lo hace de una forma creíble y, dentro de lo que cabe -‘La doncella’ no tiene NADA de pornográfica-, explícita.
Esto es algo que ya deberíamos dejar atrás y verlo como otro aspecto más de todos nosotros, que es precisamente lo que se hace aquí sin dejar de lado su importancia dentro del juego de manipulaciones y engaños que resulte esencial en su esqueleto argumental. De hecho, lo único que llama la atención negativamente -tanto de esto como de la propia película- no tiene nada que ver con la relación lésbica entre sus dos protagonistas, sino en la fijación por el sexo de uno de los personajes que acaba resultando un poco grotesca y desdibujada.
’La doncella’, un triunfo casi total
Más allá de ese detalle, que tampoco ensucia realmente los múltiples logros de ‘La doncella’ y hasta cierto punto tiene sentido que se muestre así -ahí poco más se puede decir sin desvelar más de lo deseable-, el único pero que se le puede poner es que la maestría formal de Chan-wook decae ligeramente una vez acaba el primero episodio de los que dan forma a la película.
No es que nada falle en lo técnico -ahí ‘La doncella’ es impecable-, pero al principio hay una sinergia envidiable para resaltar lo que sucede de forma casi imperceptible que luego desaparece porque, en realidad, tampoco hace ya falta por cuestiones argumentales. Eso sí, Chan-wook nunca lo confía todo a los giros sorprendentes -aunque todos son muy efectivos-, pues presta especial atención a los detalles y a cómo va variando nuestra comprensión de la historia.
En definitiva, ‘La doncella’ es una excelente película que sabe cómo utilizar las sorpresas del relato como acicate para elevar todo lo demás en lugar de para compensar posible deficiencias. Su brillante acabado técnico que Chan-wook sabe exprimir a fondo y el inspirado trabajo de su reparto son la guinda para el que igual no es su mejor trabajo, pero sí con el que más he disfrutado.
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