El cine de animación digital sigue a lo suyo. Bien sea por Pixar, o por Dreamworks, como es el caso, el género sigue estando por encima de la media del cine que nos llega hoy día a las carteleras. Mientras esperamos con ansia el estreno de 'Wall-E', que según dicen va a ser un verdadero hito, 'Kung Fu Panda' llega como una de las alternativas más saludables para este verano, con el aval de haber recaudado ya casi 200 millones en la taquilla estadounidense.
'Kung Fu Panda' cuenta con los voces de actores de la talla de Jack Black, Dustin Hoffman, Angelina Jolie, Ian McShane, Lucy Liu y Jackie Chan. Ciertamente, destaca sobre el resto Hoffman, aunque los demás también hacen un trabajo notable y dan bastante personalidad a los personajes a los que ponen voz. La cuestión es si la historia, más allá de la calidad de la animación y los aspectos técnicos, se mantiene al mismo nivel.
¿Es 'Kung Fu Panda' una historia original? Con toda seguridad, no. Po es un oso panda, hijo adoptivo de un ganso que posee un restaurante con las mejores sopas de fideos del lugar. Sueña con ser un mito del kung fu, una leyenda a la que la multitud respete y alabe. Por supuesto, en cuanto despierta se da cuenta de la cruda, monótona y poco atractiva realidad que vive día a día, y que cumple a rajatabla para no defraudar a su padre. Cuando se entera de que los maestros Oogway y Shifu van a elegir al nuevo guerrero dragón para defender al pueblo de la posible fuga de Tai Lung, el más temido preso de la cárcel, no puede evitar acercarse al evento para disfrutar del espectáculo que tanto le motiva. Por un enrevesado accidente, Po, que había llegado tarde y no podía entrar, se planta justo delante de los maestros. Pero como dice Oogway, los accidentes no existen, y Po es elegido el nuevo guerrero dragón.
La película juega con los ejes argumentales (a veces hasta los parodia) de las películas sobre artes marciales, se permite el lujo de hacer guiños al cine de Akira Kurosawa, e incluso se refleja levemente en 'Mulan', película de animación de 1998 de la archirival Disney. La evolución que sufre Po, hijo de un modesto restaurador hasta aparecer como la única esperanza del pueblo cuando Tai Ling se escapa, es de lo más predecible y en ese sentido 'Kung Fu Panda' puede verse como un producto únicamente destinado a niños que verán en ella una película muy divertida, decente y sobretodo llena de humor. Algo curioso es que, siendo una película ambientada en China, los personajes no tienen rasgos asiáticos puesto que todos son animales, algo que al principio choca bastante pero a lo que no se va acostumbrando a lo largo del film.
'Kung Fu Panda' no es ninguna obra maestra, y de hecho no tiene punto de comparación con la perfección estética que aborda Pixar en cualquiera de sus títulos recientes, pero sí supone un paso adelante en la tónica habitual de Dreamworks, que últimamente iba en continuo declive con las mediocres 'Madagascar', 'Vecinos Invasores' y 'Bee Movie'. Lo que 'Kung Fu Panda' tiene de divertido lo tiene también de poco original. Es decir, que arranca del espectador tantas carcajadas como sensaciones de deja vù. Por suerte, la trama, cuanto más avanza, más rica se muestra en cuanto a que uno termina por creerse que el protagonista no será capaz de lograr la misión que se le ha encomendado y se mantiene a la expectativa. Es la típica historia de un personaje hecho a sí mismo, que persiste hasta obtener aquello para lo que se siente elegido, y que sólo necesita que crean en él.
SPOILER Al final de la historia, ésta no queda muy bien resuelta, y recuerda especialmente a la mencionada 'Mulan'. No obstante, el permanente sentido del humor y el mensaje de "no hay ningún ingrediente secreto" son memorables, así como esa vuelta de tuerca al relato bíblico del hijo pródigo que protagonizan Shifu y Tai Lung. La lucha final entre Po y Tai Lung es desternillante, toda una proeza técnica que consigue dejar en un segundo plano los defectos del film FIN SPOILER. En teoría, 'Kung Fu Panda' no esconde los numerosos fallos que tendrían que catalogarla sine die como una película del montón, un producto pensado para mantener en el sofá, boquiabiertos, a niños de hasta diez años. En ciertas escenas, es así. Sin embargo, la segunda mitad mejora una barbaridad el conjunto global de la película, liberando todo escepticismo posible, con un entrenamiento inolvidable (atención a la pelea de los palillos) por parte de Shifu y la aparición estelar del impecable villano, Tai Lung, que hasta despierta simpatía a pesar de su carácter depredador. En cuanto a la música, hay que decir que ciertos temas de la banda sonora de Hans Zimmer y John Powell son sobresalientes, aunque otros pasen desapercibidos por no aportar nada nuevo.
'Kung Fu Panda' es, en fin, uno de los títulos más logrados de la compañía Dreamworks, que sacrifica una historia más consistente en pro de ofrecer unas luchas y unos personajes especialmente entrañables, consiguiendo así una película divertidísima, que se pasa volando, sea uno niño o no tan niño. Uno de los estrenos del verano, y no sólo en cuanto a taquilla. Producto puramente familiar, que asegura un buen rato y sonrisas de complicidad. Un comentario personal: no me extrañaría nada, que por el tipo de historia y personajes, las secuelas no tarden en llegar.