El cine, además de como una de las mejores y más efectivas vías de escape a través de la que huir de la asfixiante realidad que nos rodea, se eleva a su vez como una poderosa herramienta con la que proyectar las más diversas reivindicaciones sociopolíticas con las que denunciar o, simplemente, dar visibilidad a los males que azotan a nuestro cada vez más enfermo mundo.
En lo que respecta al viejo continente, los países del este siempre han demostrado una especial sensibilidad —no exenta de crudeza— a la hora de explorar este cariz del séptimo arte, siendo el último ejemplo de ello esta 'Jupiter's Moon': el nuevo trabajo del director húngaro Kornél Mundruczó que, tras su celebrada 'White God', afronta la crisis europea de los refugiados con más éxito en lo formal que en lo narrativo.
La mayor virtud de 'Jupiter's Moon' radica en su interesante propuesta tonal y en su riesgo a la hora de hibridar géneros sin ningún tipo de complejos. Mundruzcó y su coguionista Kata Wéber logran hacer especial su relato centrado en uno de los muchos migrantes provenientes de países en situación de riesgo combinando el drama inherente a la temática con la vibrante esencia del mejor thriller y un componente fantástico que conforma a su vez el alma y el mayor palo en la rueda del conjunto.
Mientras que el factor dramático funciona a la perfección gracias a la sólida construcción de sus personajes y a lo orgánico de sus relaciones, y la notable gestión del suspense da pie a algunas de las mejores y más tensas secuencias del filme, el leitmotiv fantástico de 'Jupiter's Moon', traducido en pantalla mediante los poderes que permiten volar a su protagonista, termina transformándose en un mero añadido que, a base de exceso y repetición, parece estar fuera de lugar y logra desvirtuar el mensaje de la película.
No se pueden negar los esfuerzos del realizador por ofrecer un poco usual balance entre el discurso comprometido y el sentido del espectáculo, envolviendo su fábula de una factura visual espléndida y, en ocasiones, poética. No obstante, y de nuevo a causa de la reiteración y de una extraña aura de grandilocuencia que crece progresivamente conforme avanza el metraje, el continente vuelve a hacer flaco favor al contenido, restándole eficiencia e incluso transmitiendo una sensación de aborrecible frivolidad.
Pese a los esfuerzos por parte de un solvente Mundruczó para intentar desmarcarse de la tónica general y ofrecer un producto sensible que pueda atraer a públicos, a priori, de intereses ajenos de este tipo de producciones, 'Jupiter's Moon' termina quedándose en un limbo que impedirá que sea recordada ni como drama social ni como una anomalía dentro del cine fantástico contemporáneo. Sus altibajos de ritmo y la falta de definición de su naturaleza contrastan con su virtuosismo audiovisual para dar a luz a un largometraje correcto que podría haber trascendido como algo muchísimo más grande.