Ya os he comentado anteriormente que aquí, en Granada, tenemos un estupendo cineclub que, cada martes y viernes, proyecta clásicos (la mayoría) en pantalla grande y en versión original subtitulada. El pasado martes, con motivo de un ciclo sobre el glorioso género del western, tuve la suerte de ver 'Juntos Hasta la Muerte', una nueva versión de la novela 'High Sierra', de W.R. Burnett, que Raoul Walsh realizó años más tarde de 'El Último Refugio' (1941). Walsh traslada la historia del cine negro al salvaje oeste y nos proporciona un impresionante, trágico y romántico drama de aventuras sobre cosas tan poco importantes como el amor, la muerte, el honor, la amistad o el destino.
'Juntos Hasta la Muerte' ('Colorado Territory', 1949) se centra en el forajido Wes McQueen, que tras escapar de prisión debe realizar un último asalto a un ferrocarril, un trabajo fácil del que se espera obtener un gran botín. Sin embargo, Wes encuentra pronto demasiados puntos oscuros en el plan y en los que le acompañarán en el atraco, con la excepción de una bella mujer de origen indio, Colorado Carson.
Discutible podría ser si el señor Raoul Walsh realiza un remake de 'El Último Refugio' o una nueva versión de la citada novela de Burnett. Pero este asunto realmente creo que carece de sentido, ¿qué más da? Ambas películas son maravillosas, y aunque cuentan la misma historia, tienen bastantes diferencias, lo que hace que 'Juntos Hasta la Muerte' sea tan interesante y fascinante como la que protagonizó uno de los mayores mitos del séptimo arte, el señor Humphrey Bogart (tan pequeño físicamente como grandioso actor).
Como ya dije cuando hablé sobre 'Pacto Tenebroso', resulta increíble cómo hay muchos clásicos que en apenas hora y media te cuentan una historia completísima, con abundantes giros en la trama, que nunca se detienen, llena de personajes multidimensionales, todos con algo que aportar. Walsh nos narra de todo en 'Juntos Hasta la Muerte'. Como he señalado antes, esta película tiene tiempo para hablarnos del amor (Joel McCrea y sus dos "amores"), la muerte (me ahorro los spoilers), la amistad (la que surge entre el personaje de McCrea y el de Henry Hull) o el destino (el memorable desenlace, que recuerda un poco a cierto film de King Vidor).
Como ejemplos de esto, y para destacar momentos de esta magnífica película, cabe referirse a la escena en la que Wes McQueen, tras escapar de prisión, va a buscar a su amada y el hermano pequeño de ésta le dice "se ha ido"; lo que viene a continuación es poco menos que un puñetazo en el estómago. Más adelante, destacar también la llegada de McQueen a Todos Santos, la ciudad abandonada y casi maldita, donde ahora sólo llegan serpientes perdidas. Otra de las mejores partes de la película es la relación que se establece entre los Winslow y McQueen, quien los ayuda en todo lo que puede, pues los toma como símbolo de lo que él aspira, una vez que ya se encuentra cansado de estar al margen de la ley. Pero creo que lo más brillante de 'Juntos Hasta la Muerte' llega en el último tramo, del que no voy a contar nada (de hecho, espero no haber desvelado nada a quien haya leído hasta aquí sin ver el film), salvo que, al margen de cierto plano, con unas manos entrelazadas, merece ser recordada la siguiente línea de guión: "Que somos un par de imbéciles soñando en una ciudad muerta en medio del desierto algo que no ocurrirá". Brutal.
El desierto, la ciudad abandonada, el "último refugio", es parte fundamental de la película, como si se tratasen de otros personajes de la trama, presencias que dicen mucho del ambiente, la historia y el destino de quienes viven y mueren allí. Casi se siente el sofocante calor y se seca la boca cuando McQueen cabalga hacia el escondite de los forajidos, por no hablar de la parte final, huyendo de los "centauros de la ley".
En 'El Último Refugio', los protagonistas eran Bogart, encarnando a "perro loco", Ida Lupino y Joan Leslie. En 'Juntos Hasta la Muerte', esos papeles son encarnados por Joel McCrea, Virginia Mayo y Dorothy Malone. No creo que deban ser comparados, como he señalado, hay demasiadas diferencias entre las dos historias, quizá de matices, pero diferencias al fin y al cabo. Y si bien es cierto que Bogart y Lupino estén inmejorables, me niego a considerar por debajo a la pareja que forman McCrea y Mayo, aunque sólo sea por ese sueño imposible que ambos pretenden lograr ciegamente, mientras un grupo de pistoleros van a su encuentro en busca de sangre.
Y es que resulta que aquí no hay malos ni buenos. Cada uno cumple con su función/papel y trata de sobrevivir, de salir adelante lo mejor posible. Como en los mejores westerns. En todo caso, se juega a darle la vuelta a los típicos roles. Es decir, si consideramos la ley como motivo de diferenciación, hay quienes la hacen cumplir y quienes la incumplen. Pero en 'Juntos Hasta la Muerte' los hombres de la ley no dudan en usar la violencia, engañar y asesinar. Por esto, cuando persiguen a la pareja protagonista, uno no duda que la tragedia hará acto de presencia. El espectador no tiene dudas, se pone del lado de los bandidos, del romanticismo sin sentido ni posibilidad.
Volviendo al reparto protagonista, es cierto que McCrea puede resultar a veces un poco frío, especialmente si tenemos en mente a Bogart en ese rol similar; pero creo que todo forma parte de entender a un personaje que está cansado de todo, harto de su vida, casi sin vida. Por eso, cuando encuentra a la chica que interpreta Malone, y oye la historia del que encarna Hull, recupera cierto brillo, recupera algo de sentido. Este desarrollo del personaje, podría decirse que del desierto al cielo (aunque sea soñado), tiene su culminación en el abrir de ojos que implica la fiel mujer a la que Mayo da vida.
Si queremos encontrar defectos en 'Juntos Hasta la Muerte', creo que lo más reseñable es la inclusión de ciertas escenas que no aportan gran cosa y que sólo ralentizan la narración, pero realmente aburrirse en los 90 minutos que dura el espectáculo es altamente complicado. Personalmente, sólo encontré algo "absurdo" cierto mensaje que McQueen escribe en la pared, aunque imagino que sobre el papel tendría su sentido (¿quizá despistar al espectador sobre lo que viene después?).
En cualquier caso, magistral título de Raoul Walsh, un fantástico, romántico, tenso, trepidante, bellísimo y, sobre todo, triste western de antológico desenlace. Imprescindible.
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