'Jumper' se estrenó a bombo y platillo el pasado 15 de febrero en España. Dirigida por Doug Liman ('Sr. y Sra. Smith') y protagonizada por Hayden Christensen, la película se basa en un libro de Steven Gould y gracias al éxito cosechado en Estados Hundidos, tendremos, mínimo, dos secuelas más. Y es que 'Jumper' es el colmo del (vacío) producto hollywoodiense prefabricado para barrer las taquillas de todo el planeta de forma relámpago (como atacaban los nazis) para luego ser olvidada, volver a arrasar en el mercado del DVD, y desaparecer del todo en el olvido. Olvidarla, desde luego, es lo mejor, lo más sano, que podemos hacer.
El argumento de 'Jumper' (2008) se centra en David Rice, poseedor de un misterioso poder que le permite teletransportarse a cualquier lugar del mundo que imagine. Hasta ahora ha utilizado sus don para escapar del pasado, hacerse con una fortuna y permanecer independiente. Pero pronto descubre a otros con el mismo poder y entonces comienzan los problemas, porque también hay personas que quieren eliminar a estos "bichos raros".
Nada más comenzar 'Jumper', mi colega Kitano (de Tierra de Cinéfagos) y un servidor nos miramos y nos dijimos "bufff, esto tiene muy mala pinta". Doug Liman comienza su película con una musiquilla de teleserie para adolescentes, nos muestra a Hayden Christensen en plan chulo subido en cierto monumento histórico (éste) y comienza a darle cuerda a ese recurso que debería estar prohibido para la mayoría de los directores, la voz en off. Y ésta nos lleva a otro recurso que últimamente parece que hay que hacer sí o sí: empezar la película en presente, unos minutitos, para hacer luego un flashback que nos cuente un poco cómo se ha llegado hasta ahí, para luego continuar donde lo dejamos. ¡¿Para qué?! Empieza por el principio y ya llegaremos a la escena en cuestión, leñe. Conste que aquí no estamos ante un caso como, por ejemplo, 'Misión Imposible 3', donde la escena inicial tiene mucho sentido (empezar a mil por hora y adelantar que Ethan Hunt lo va a pasar realmente mal). Aquí abrimos con un planito de David Rice haciendo el tonto por ahí para demostrarnos lo que puede hacer con su don, algo gratuito a todas luces, porque todo el que ha pagado la entrada ya sabe qué hace el chavalín y porqué la cosa que están viendo se llama "Saltador".
Para colmo, el protagonista pronto se nos presenta pronto como un personaje con el que no queremos identificarnos, lo cual casi provoca que me levantara y me largara a ver cualquier otra película. Una pregunta: ¿tiene que teletransportarse hasta para avanzar un paso? El personaje está escrito para avergonzar a cualquiera que supere la mayoría de edad (en el guión, el libro ni lo he leído ni me interesa especialmente). Que me expliquen a qué viene eso de ir de sobrado ligando con las tías que le da la gana para luego acordarse de su primer amor (y decirle que siempre pensó en ella, me parto) o la relación con su padre, especialmente ridícula al final. Esto son sólo dos apuntes, el tal David Rice hace tonterías durante todo el metraje y hay un buen puñado de escenas que merecerían un texto aparte (lo de que no sabe abrir una puerta, por ejemplo, porque ya no las usa).
Pero qué duda cabe que uno de los principales problemas de la película es su protagonista, el inexpresivo Hayden Christensen. Este actor, que parece que sólo está ahí por su cara bonita (hasta Beatriz, muy suya para declarar a alguien guapo, ha confirmado que le gusta), no sólo contribuyó al destrozo que supusieron los infantiles Episodios II y III para la gloriosa saga galáctica, con esa cara de palo que ni la presencia de Natalie Portman lograba alterar lo más mínimo, sino que amenaza con cargarse también la adaptación de 'Neuromante' (otra que se convertirá en producto para los enganchados al botellón y la tele-realidad). Christensen no hace otra cosa que posar ante la cámara y en ningún momento se ve intensidad en lo que hace; es imposible que nos creamos nada de lo que dice o hace, ni siquiera él se lo cree. Por favor, quinceañeras, quedaos con Leonardo DiCaprio y Johnny Depp y dejad de alimentar la carrera de tipos negados para la interpretación, que los demás lo pagamos luego.
El resto del reparto incluye a gente conocida como Samuel L. Jackson, Jamie Bell y Diane Lane. El primero interpreta al malo de la función, un ridículo personaje que no aporta nada a la historia, sólo que quiere matar al saltador porque sólo Dios debería poder estar en todas partes. Otra estupidez del guión (¿dónde queda entonces para este personaje el mandamiento de "no matarás"?) que no justifica porqué él sí puede, en un momento de la película, saltar de un sitio a otro gracias a cierta maquinita que se sacan de la manga. Jackson redondea su lamentable interpretación con un gesto final que deja bien claro que no sabía en qué rodaje estaba ("es una comedia sobre Mace Windu vengándose de Anakin en otra dimensión"). Lane apenas sale unos minutos, y el suyo es otro personaje vacío y sin sentido, un pegote para justificar de mala manera que no mataran antes al saltador. Bell me pareció el más simpático de todo el reparto, aunque esté sobreactuando todo el tiempo y tampoco tenga ninguna lógica su personaje, el asesino del "paladín" (nombre de un chocolate muy rico). Señalar también, por último, la presencia de la guapa pero sosísima Rachel Bilson, que "interpreta" a la novia de Anakin.
'Jumper' es hora y media de saltitos (los efectos especiales, muy bien, pero tampoco extraordinarios), de escenitas de teleserie ñoña de sobremesa (lo del Coliseo es para morirse), de escenas de acción mareantes donde no importa lo que ve el espectador sino hacer mucho ruido, de diálogos ridículos y frases supuestamente profundas, etc., donde, por supuesto, nada se cierra. Todo está listo para rodar más entregas. La película es un desastre; pero el dinero lo han puesto personas que conocen el negocio y ahí están las cifras; contrata nombres, crea expectativas, gasta mucho dinero en publicidad y vende humo, lo importante es que el público se lo trague (el qué, eso da igual). En definitiva, estamos ante el superbodrio de lo que llevamos de 2008, un año (hasta ahora) muy pobre en lo cinematográfico.
- Otras críticas de la película en Blogdecine:
'Jumper', entretenimiento que desaprovecha una gran idea (por Beatriz Maldivia)
'Jumper', desastroso salto (por Alberto Abuín)