Si no quieres spoilers del episodio 8x03 de 'Juego de Tronos', no sigas leyendo
La tensión se palpa en el ambiente. El Rey de la Noche y su ejército está a punto de llegar a Invernalia y todos se preparan para una batalla en la que cualquiera podría morir. Los no aptos para la batalla pronto buscan refugio en la cripta, mientras que los demás ultiman los últimos detalles antes de la lucha definitiva entre los vivos y los muertos. La repentina llegada de Melisandre sirve como última pausa antes de que ‘La larga noche’ se centre en una contienda memorable.
La oscuridad va a marcar en todo momento el episodio, pero durante los primeros compases del enfrentamiento adquiere una fuerza inigualable al ver cómo el fuego logrado por Melisandre con el apoyo del Señor de la Luz se extingue en la primera refriega contra los muertos. Un mal presagio que no dejará de ir a peor hasta que la excelente música de Ramin Djawadi pasa a primer plano. No hay escapatoria del Rey de la Noche, o al menos todo apunta en esa dirección.
‘La larga noche’: una lucha magnífica
‘La larga noche’ no es un episodio perfecto. Esa oscuridad que caracteriza visualmente al episodio da pie a algunos momentos de batalla un tanto confusos y además queda la sensación de que no suficientes personajes del bando de los vivos han perdido la vida en lo que la serie llevaba preparando desde su primera temporada. Una amenaza tan temible como el Rey de la Noche merecía más bajas y quizá un desenlace más memorable.
La reaparición de la daga que lo inició todo -la misma que Meñique mandó para intentar asesinar a Bran y con la que luego se incriminó injustamente a Tyrion en la primera temporada- ayuda a que ‘La larga noche’ cierre mejor un círculo que a su manera muchos veíamos como el Endgame de ‘Juego de Tronos’. En realidad va a ser Cersei. Tiene sentido, una vez neutralizada la amenaza de los muertos toca lidiar con los vivos. No será fácil pero sí tiene que ser diferente.
Hubo algunas quejas durante los dos primeros episodios sobre que se hablaba mucho y sucedía realmente poco. Una queja recurrente a lo largo de la serie que nunca he entendido, y es que muchos de los mejores momentos de ‘Juego de Tronos’ se centran en personajes hablando en un espacio cerrado. Muy poco de eso hay en ‘La larga noche’, pero sí hay un momento decisivo entre Arya y Melisandre que nos adelanta algo vital: Arya Stark es Azor Ahai.
Ha habido muchas teorías sobre la identidad del príncipe que fue prometido, el héroe legendario llamado a salvar a los vivos. Finalmente ha sido una princesa, una posibilidad que la propia serie ya había sugerido en ‘Bajo la tormenta’. Se da la casualidad de que el nombre y apellido tiene el mismo número de letras, pero lo importante es que todo esto también da un cierre a ese entrenamiento recibido por Arya que en su momento pudo llegar a hacerse un poco cuesta arriba.
Es imposible no dejarse llevar por la importancia de ese momento en el que Arya hace uso de su astucia para acabar con el Rey de la Noche. Hasta entonces había quedado claro que iba a ser imposible derrotarlo en la lucha cuerpo a cuerpo -magnífico el momento en el que aumenta su ejército justo cuando Jon estaba a punto de llegar a él- y el dramatismo había llegado a tal punto en el que realmente nos podíamos ver que los muertos iban a triunfar. Sin embargo, no obviemos todo lo anterior.
Hay un aspecto curioso de esta batalla casi inabarcable: se pasa volando. Uno quizá podría haber esperado algo más espectacular -se tiende a los planos más cerrados, en parte para situar mejor con qué personajes estamos en ese momento pero sospecho que también porque aquí no había dinero ilimitado-, pero Miguel Sapochnik logra dar con esa épica necesaria para que uno se asombre por lo que sucede en el momento y al mismo tiempo esté deseando saber qué pasará a continuación.
Todo bien atado
Además, ‘La larga noche’ evita la fatiga con momentos más íntimos, a veces para mostrar las frustraciones de los personajes -Tyrion convencido de que quizá podría ser de ayuda en batalla-, la propia intensidad del combate -gran despedida para Lyanna Mormont acabando con el gigante justo antes de fallecer ella misma- o el ingenio para superar una situación comprometida -la secuencia con Arya esquivando a los muertos es un ejemplo perfecto de tensión bien llevada-.
Eso sí, el espectáculo también hace acto de presencia, sobre todo cuando los dragones entran en combate. Ahí también se percibe el gran ojo del Rey de la Noche para llevarlo todo a su terreno. Es letal por fuerza, pero también tiene la capacidad para crear una estrategia que le lleve hacia la victoria. El problema es que los vivos también tienen a Bran, quien es consciente de todo lo que va a suceder.
Por el camino hay muchos falsos finales para varios de los personajes principales y solamente unos pocos acaban perdiendo la vida en la lucha contra los muertos. No voy a negar que esperaba una carnicería, pero Dan Weiss y David Benioff prefieren que todas tengan un significado, normalmente para cerrar el arco del personaje, sea el motivo por el que Beric era traído de vuelta de entre los muertos, la redención de Theon o el previsible sacrificio de Jorah para salvar a Daenerys. Todo bien pensado y mejor ejecutado.
Donde sí que ‘La larga noche’ queda por debajo de ‘La batalla de los bastardos’ es en las escenas de combate cuerpo a cuerpo. Realmente aquí eso es algo en lo que se apuesta más por la abrumadora superioridad numérica de los muertos que ya conocíamos para vender su amenaza como algo imparable cuando en el otro episodio eso era algo que se utilizaba para conseguir un crescendo dramático que nos dejaba un momento inolvidable antes de la llegada de un aliado inesperado por todos menos por Sansa.
Lo que nos queda es un episodio vibrante, entretenídismo, dramático y en el que se cierran varios frentes abiertos en paralelo a una batalla que ya forma parte de la historia de la televisión. Ya solamente quedan tres episodios más y Sapochnik, el director de la serie al que llevan varios años confiando los grandes combates, regresa en el quinto. Cuesta creer que vaya a superar lo visto aquí, pero usando otras armas podría lograrlo.
Gracias por saber ser igual de buena en lo grande y en lo pequeño, ‘Juego de Tronos’.
Análisis del episodio 8x03 de 'Juego de tronos' en nuestro podcast 'Oh My GoT!'
También en formato podcast a través de este enlace.
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