Todos los años se estrenan multitud de bodrios y sólo el paso del tiempo hace que muchos de ellos acaben tan olvidados que llega a parecer que jamás existieron.
Sin embargo, eso es algo que cada vez resulta más complicado, ya que dentro de esa categoría entran títulos muy populares que luego acaban formando parte de las nominaciones a los Razzie u otros premios de similar índole. ‘Jack y su gemela’ (‘Jack and Jill’, Dennis Dugan, 2011) fue la gran triunfadora en los primeros el año pasado, consiguiendo el hito de llevarse todos los premios para casa, algo bastante fácil de entender para todo aquel que haya visto este engendro de película.
Adam Sandler es un actor que despierta pasiones encendidas: Tiene un grupo de fieles dispuesto a ver todo lo que estrene, pero también un abundante número de cinéfilos lo ven como alguien poco mejor que un idiota sin talento. Yo me sitúo en un punto intermedio, capaz de reconocer su buen trabajo en cintas como ’50 primeras citas’ (‘50 first dates’, Peter Segal, 2004) o ‘Zohan: Licencia para peinar’ (‘You Don’t Mess With The Zohan’, Dennis Dugan, 2008) – sí, he preferido obviar la típica mención a la que hizo con Paul Thomas Anderson-, aunque luego aparezca en auténticos espantos sin gracia alguna. Hay ocasiones en las que sus películas simplemente no saben aprovechar el potencial de una curiosa premisa, pero ‘Jack y su gemela’ estaba prácticamente condenada a ser una tomadura de pelo.
Soy de los primeros en odiar a los que hacen distinciones del estilo “humor inteligente” para intentar no sólo validar sus gustos, sino ponerlos por encima del resto, pero en el caso de ‘Jack y su gemela’ no me queda otro remedio que hablar de comedia en su forma más básica, y eso por usar una palabra lo más suave posible. La premisa de tener una hermana gemela algo pesada y con escaso tirón entre los hombres ya es suficientemente poco atractiva como para recaer en el tópico de que la belleza está en el interior a través de los chistes de caca-culo-pedo-pis y la desgastada moraleja de que importa más la felicidad de tu familia que la realización profesional. Lo peor es que uno no sabe si resulta más molesta la rudimentaria grosería de ciertos momentos o ese mensaje sólo aceptable, y no en todos los casos, cuando hay alguien con mucho talento detrás de la película.
Dennis Dugan es uno de los directores habituales de las cintas protagonizadas por Sandler, habiendo rodado ya nueve largometrajes con el protagonista de ‘Spanglish’ (James L. Brooks, 2004) siendo una y sólo una la característica esencial de su trabajo de puesta en escena: Es perfectamente sustituible por cualquier otro realizador de perfil bajo, de esos que siguen haciendo cine porque hacen las películas dentro de su tiempo y presupuesto – y nunca se quejan-, sin que nadie notase la más mínima diferencia. Sin embargo, Dugan no deja de ser una simple marioneta que dice donde se ponen las cámaras para que Sandler intente extraer lo mejor del guión que él mismo firma en colaboración con Steve Koren. El problema es que estamos ante uno de esos guiones con posibilidades casi nulas, sólo saliiéndose de lo normal en un par de momentos – la llamada teléfono mientras se está representando una obra y el infame anuncio que vemos en la última secuencia- protagonizados por Pacino.
Una de las grandes curiosidades de ‘Jack y su gemela’ es que se llegaron a rodar escenas adicionales para su montaje español con la presencia de Santiago Segura, pero yo he preferido pasar de localismos y ver directamente la versión original de la misma, pues este recurso no deja de ser un mero reclamo publicitario que rara vez tiene algún efecto sobre la película. Dicho esto, sólo me queda incidir en el patético trabajo de Sandler, dentro de su línea más olvidable cuando ha de hacer de hombre y resultando patético cuando ha de hacer de Jill o de Jack travestido para conseguir sus “malignos” objetivos. Por su parte, Katie Holmes tiene un papel de florero humano – y pensar que es la misma actriz que se negó a aparecer en ‘El caballero oscuro’ (‘The Dark Knight’, Christopher Nolan, 2008)…-, mientras que Al Pacino abusa del histrionismo, lo que no evita que su presencia, y algún cameo más, sea lo único que evita el desastre total, aunque no por mucho.
No sé hasta qué punto procede hacer una valoración final recordando un poco por encima mi parecer sobre los diferentes apartados de la película, ya que prácticamente todo en ‘Jack y su gemela’ puede calificarse como un aborto cinematográfico. No sólo no tiene ningún tipo de gracia, sino que abundan las situaciones que provocan vergüenza ajena y es especialmente triste ver a Al Pacino en una cinta de estas características. Lo curioso es que, pese a ser una de las mayores bajezas que nos han llegado de Hollywood en los últimos tiempos, ni siquiera estoy convencido de que sea la peor película de 2012.