Después de disfrutar como nunca con la increíble 'La Invasión de los Ladrones de Cuerpos', de pasarlo pipa con su remake, la excelente 'La Invasión de los Ultracuerpos', lo cierto es que ya no era necesario que hubieran hecho dos remakes más de la historia original, uno en los 90, de la mano de Abel Ferrara y que era más bien olvidable, y ahora nos llega esta versión, que ciertamente ofrecía interés al tratarse del bautizo americano del director alemán Oliver Hirschbiegel, quien ya se hizo notar con dos de sus películas, 'El Experimento' y 'El Hundimiento'. También el hecho de que el reparto estuviese encabezado por Nicole Kidman y Daniel Craig sumaba puntos a ese interés.
Sin embargo cuando el estreno se fue retrasando cada vez más, porque en los primeros pases las reacciones no eran las esperadas, y se contrató a un nuevo director, James McTeigue, para que rodara nuevas escenas, y éstas se añadiesen a lo anterior, más un corte por aquí, otro por allá, y voilá, al cabo de un tiempo todo el mundo empezó a poner a parir esta película, que si bien se han visto films mucho peores, algo de razón no les faltaba. Y es que una vez más en Hollywood no aprenden.
Y digo que no aprenden porque a estas alturas ya deberían saber que cuando una película no funciona en sus primeros pases, y quieres cambiarla, una de dos, o la cambias completamente o la dejas como está. Pero a medias no se deben hacer las cosas, porque el resultado será algo parecido a lo que es 'Invasión', una película realizada a trompicones y con los retales de dos trabajos de dirección bien distintos, algo que en la versión que nos han estrenado se nota a leguas, o quizá más distancia. Dos trabajos de dirección totalmente distintos que han tratado de reunir en un sólo producto con un mínimo de coherencia, algo que en la película brilla por su ausencia. Supongo que ahora tendremos qué esperar para ver cómo era la versión de Hirschbiegel en su concepción original, cuando se edite en dvd, y siempre y cuando se decidan a editar los dos montajes, cosa que es más que probable que hagan, dados los resultados en taquilla de 'Invasión', versión remix.
Y es que en esa mezcla, absurda hasta decir basta, es donde se encuentran los mayores problemas de la película. Por un lado, la tranquilidad ambiental, con ciertos toques inquietantes, del director alemán, y por otra, el frenetismo visual a la hora de rodar secuencias de acción que no vienen a cuento, de uno de los apadrinados de los Wachowski. Mientras que una parte, rehuye precisamente de todos los convencionalismos, apostando por cierta atmósfera, la otra cae en los más ridículos tópicos, con escenas imposibles, que a la hora de montarlas terminan por estropear bastante el conjunto, en el cual pueden diferenciarse algunos aciertos argumentales, los cuales son bastante desaprovechados, dejando a un lado el uso de la fotografía, en perfecta consonancia con la falta de sentimientos de la que son característicos los invasores. Pero por ejemplo, todo lo que concierne a la amenaza de éstos últimos, el film no termina de arriesgarse, y uno nunca termina de creerse ciertas cosas.
Los actores, aunque también desaprovechados, están todos bastante bien, resultando ser de lo mejor de la película. Nicole Kidman a la cabeza, quien curiosamente compone su mejor papel de sus últimas películas, no siendo cargante en ningún momento, y transmitiendo muy bien todo el dolor del personaje, el mejor dibujado de todos. A su lado, un Daniel Craig entregado a su rol, pero que en cierto momento empiezan a descuidarlo, y su importancia termina siendo menos de la esperada. Jeremy Northam, quien por decirlo de algún modo, interpreta a uno de los villanos, al cual no se le saca todo el provecho que era de esperar. Aún así, los actores cumplen a la perfección con sus cometidos, por mucho reajuste que se haya hecho. También encontramos, a modo de homenaje, en un pequeño papel a Veronica Cartwright, quien por supuesto se pone a llorar como una magdalena.
'Invasión' no da miedo, ni intranquiliza, ni logra transmitir ese terror colectivo al doble que nos hará perder la identidad. No es un film que aburra en demasía, pero tampoco podemos referirnos a él como un entretenimiento de primera. Además, como todo remake actual, necesita caer en las explicaciones que todo lo cierran, incluso lo que no es necesario que cierren, por no hablar de la resolución de la historia, resuelta de un plumazo y a marchas forzadas, sin importar si funciona o no. Una floja película que podrían haberse ahorrado, aunque en el trabajo de Hirschbiegel se nota cierta inspiración, destruida por los productores cuando rehicieron el film. No perdáis el tiempo con esta nueva invasión, y revisitad los dos primeros films, saldréis ganado.