Un thriller erótico en la línea de ‘Cincuenta sombras de Grey’ protagonizado por Mario Casas. Así fue durante un tiempo como muchos conocimos ‘Instinto’, la nueva serie de Movistar+ que la plataforma estrena hoy 10 de mayo. Ocho episodios con escenas de alto voltaje sexual, pero su protagonista fue tajante hace bien poco al decir que la serie es mucho más que eso.
Por mi parte, he tenido la oportunidad de ver los cuatro primeros capítulos y es verdad que la serie se aleja de la obra de E. L. James, tanto a la hora de describir a su protagonista como en la forma de plantear la historia, prescindiendo por completo de una trama romántica que sirva para ir redimiendo a su protagonista. Aquí es todo más áspero, no teniendo miedo a que el personaje de Casas pueda llegar a caer mal. Los problemas llegan a la hora de conseguir que nos interese lo que se plantea.
Una serie distante
Casas interpreta en ‘Instinto’ a Marco, un exitoso hombre de negocios con una vida personal bastante problemática. Su madre le abandonó, apenas tiene contacto con su hermano y es incapaz de llevar una relación sentimental. Para satisfacer sus necesidades carnales va a un club que recuerda en cierta manera al de ‘Eyes Wide Shut’, pero sin llegar a profundizar nunca en él. Aquí eso es algo que se utiliza para ilustrar lo que es incapaz de sacar en su día a día sin el disfraz del anonimato.
Siendo justos, ‘Instinto’ busca desde su arranque plantear un halo de erotismo que se adueñe de la función, pero eso es algo que el espectador nunca llega a sentir. Ni siquiera en las escenas de sexo, mucho menos numerosas de lo que uno podría esperar, se logra que esos deseos, explícitos o u ocultos según la ocasión, se manifiesten en pantalla. De hecho, hay alguna situación en la que incluso se coquetea con el ridículo.
Lo que nos queda entonces es agarrarnos a una historia que compense eso, pero ‘Instinto’ también dista mucho de ser memorable en ese punto. Justo es señalar que Marco intenta alejarse del cliché y que esa apuesta por convertirle en un personaje hermético resulta constante a lo largo de la serie.
Yo no necesito que me caiga bien un personaje para querer saber qué va a ser de él, pero sí que me dé algún motivo para interesarme. La serie lo intenta, oscilando entre la vida personal y profesional de Marco. En la primera se plantea un trauma poco estimulante que justifica su forma de ser y hace que uno entienda mejor la forma de interpretar de Casas, mientras que lo segundo acaba relegado a un segundo plano cuando es ahí donde se intuyen algunos destellos en los que habría merecido la pena ahondar.
‘Instinto’ lo intenta pero no lo consigue
Por desgracia, la serie prefiere utilizar el elemento profesional para hablar más de su socio, sobre todo de una infidelidad que suena a solución argumental demasiado manoseada. Al menos da lugar a la secuencia más estimulante de lo visto hasta ahora, aunque sea la debamos en exclusiva a una decisión de puesta en escena y a la convincente interpretación de Bruna Cusí. Aparte de eso, Jon Arias transmite cierta naturalidad, pero se ve atrapado en una trama que cansa al espectador y que desluce el esfuerzo de Silvia Alonso.
No obstante, interpretativamente no hay nada desastroso en la serie, ya que el problema está más en la construcción de los personajes en el guion. Ninguno posee algún rasgo que pueda engancharte, simplemente se pliegan a una historia que juega a ser provocativa y misteriosa pero en el fondo resulta mucho más convencional de lo que debería. Tanto los giros de los personajes y las situaciones se sienten predecibles y esa la gota que termina de colmar el vaso.
A su favor tiene un acabado técnico irreprochable, sabiendo encontrar el reflejo adecuado en los escenarios tanto para la empresa tecnológica del protagonista como para ilustrar el club con ecos de ‘Eyes Wide Shut’ pero sin llegar a sentirse como una copia sin personalidad. Ahí todo parece bastante meditado, provocando mayor sensación de decepción al ver que eso no sucede en los apartados realmente esenciales de la serie.
En resumidas cuentas, ‘Instinto’ es un thriller bastante flojo que toca diversos temas pero ninguno con especial acierto. Se nota en ella un interés en contar una historia y amoldar todo lo demás a ella. El problema es que la historia nunca te engancha y acaba contaminando a todo lo demás. Al menos no acabas desesperado con ella y queda algo de curiosidad por saber cómo se solucionará todo, pero es demasiado poco para recomendarla.
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