Los afortunados que hayan catado 'The League of Gentlemen' o 'Psychoville', sabrán qué esperar de 'Inside No 9', al menos en términos generales. Humor negrísimo hasta lo opaco, secundarios estrafalarios, referencias a la cultura clásica británica, mofa y befa de las costumbres de la clase media y las hipocresías cotidianas y dos constantes esenciales: los guionistas e intérpretes Reece Shearsmith y Steve Pemberton.
Tan difícil es definir sus anteriores trabajos como éste, pero dejémoslo en que eran comedias negras, tanto que a veces se rozaba el horror cruel netamente inglés, y que rondaban en torno a la vida en un pueblo de la campiña en el caso de 'The League of Gentlemen' y a cinco personajes dispares extorsionados por un mismo anónimo en el caso de 'Psychoville'. Solo con esas leves sinopsis ya se puede inferir el alto nivel de excentricidad, comedia bufa y guiños satíricos que hay en sus anteriores proyectos, pero esta vez se multiplican las historias: en 'Inside No 9' cada episodio es independiente.
Filmin estrena esta serie que ya lleva cuatro temporadas en BBC y tiene encargada una quinta, e irá haciendo accesible cada tanda de seis episodios de media hora de forma progresiva. Las dos primeras ya están online y hemos visto la primera en su integridad para contaros qué se puede esperar de este nuevo proyecto de Shearsmith y Pemberton. En los resultados artísticos, pocas sorpresas: es tan brillante y siniestra como sus anteriores series. Las novedades vienen con el contenido.
Lo cierto es que el formato breve, de episodios de media hora, es perfecto para las historias que beben tanto de los artilugios de suspense clásico de 'Alfred Hitchcock presenta' como de las fantasías oscuras de 'Galería nocturna' de Rod Serling. Pasando, cómo no, por la inevitable 'Black Mirror', de la que en algunos momentos 'Inside No 9' podría considerarse su versión analógica. Desde luego, es más que posible que el mítico primer episodio de la primera temporada de la serie de Charlie Brooker, 'The National Anthem', complaciera notablemente a los creadores de 'Inside No 9'.
'Inside No 9': se te congelará la sonrisa en los labios
Sin duda, la gran virtud de 'Inside No 9' es que, aunque todas las historias tienen en común un sentido del humor macabro y la presencia de uno o dos (normalmente ambos) de los creadores en el reparto, sus ambientaciones y tonos van variando. Es una caja de bombones en la que no sabes qué te va a tocar (casi siempre te toca el cepo para osos), y cada episodio es tan arbitrario e imprevisible como la levísima ligazón que da título a la serie: todos empiezan con un 9, que puede ser la puerta de un camerino, la habitación de un hotel o el número de un piso.
De ese modo, se toca la historia de horror sobrenatural y la comedia muda, pasando por el costumbrismo grotesco o el humor con poso de crítica social. Por ejemplo, el primer capítulo, 'Sardinas' uno de los más salvajes a nivel conceptual pese a su aparente inocencia, es perfecto para paladear los extremos a los que puede llegar la serie, y también sus principales fortalezas: un reparto potentísimo, giros inesperados, concisión absoluta en el número de personajes y escenarios y humor quizás no para todos los gustos. En él, un grupo de invitados a una fiesta acceden a participar en un juego infantil de macabras connotaciones.
Pero la serie, ya en su arranque, sabe sorprender con un giro de ciento ochenta grados que lleva a un segundo capítulo completamente mudo, de una sofisticación humorística extraordinaria. Es una idea que los creadores habían tenido para un episodio de 'Psychoville' que no pudo llegar a realizarse. A partir de ahí hay de todo: de jugueteo con enfermedades terminales a conspiraciones teatrales que habrían gustado al Roald Dahl que escribía para adultos (la serie británica 'Tales of the Unexpected' que adaptaba sus historias es otro de los referentes claros de 'Inside No 9').
El resultado es una auténtica gozada para los devotos del humor inglés más sarcástico, fans del fantástico esquinado y las atmósferas ominosas y coleccionistas de giros finales con sentido y sensibilidad. Si el terror y el suspense televisivo te parece que está yendo por derroteros previsibles, quizás te convenga una buena dosis de caramelos envenenados con sabor a Gran Bretaña.
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