Este jueves 18 de marzo llega a los cines españoles 'Inmune', una película muy asociada a la pandemia de coronavirus a la que todavía estamos haciendo frente. Por lo pronto, su historia propone un futuro cercano -2024 para ser más exactos- en el que estamos sufriendo una mutación mucho más peligrosa que el COVID-19, siendo además la primera película de Hollywood que comenzó a rodarse tras el obligado parón sufrido por el sector audiovisual.
'Inmune' ha sido también una película marcada por las prisas en llegar la primera, pues la idea -que no el guion- se presentó a finales de marzo, en mayo ya se sabía que Michael Bay sería uno de sus productores y a principios de julio arrancó el rodaje. Tantas prisas tenían que ni siquiera explicaron de forma satisfactoria su protocolo contra el coronavirus, por lo que las grabaciones tuvieron que detenerse. Eso sí, apenas 24 horas después se reanudaron las grabaciones de una película que busca la tensión en todo momento pero nunca llega a tener la más mínima garra.
El amor en tiempos de pandemia
Algo que tarda muy poco en demostrar 'Inmune' es que las prisas son malas consejeras, ya que el guion firmado por Adam Mason, también director de la película, y Simon Bayes juega con algunas ideas que bien desarrolladas podrían haber servido para enganchar al espectador, pero a la hora de la verdad primero se apelotonan y luego la mayoría de ellas no va más allá de lo meramente anecdótico, pues prácticamente todo queda al servicio de una historia de amor en la que algunos han querido ver una especie de versión pandémica de 'Romeo y Julieta'.
Siendo justos, el arranque no funciona mal con esa visión deprimida de Los Angeles en la que la abrumadora mayoría de la población se ve obligada a quedarse en casa, con solamente unos pocos pudiendo moverse con cierta libertar por ser inmunes a la enfermedad. No me cabe duda de que la película parte de esa visión de Mason y Bayes sobre cómo sería la vida allí de extenderse durante tanto tiempo la situación por la que atravesábamos al inicio de la pandemia.
A eso añaden algún ingrediente jugoso como esa especie de campos de concentración en el que se agrupan a los infectados para que mueran, como sucede en la abrumadora mayoría de los casos, o se curen. Una vez asentado el escenario, toca pasar a la acción, y ahí 'Inmune' busca potenciar en todo momento una sensación de urgencia para transmitir al espectador la idea de que hay mucho en juego en todo lo que sucede. El primer problema es que tarda muy poco en dejar claro que lo único que realmente le interesa a Mason es ese romance entre los personajes interpretados por unos correctos pero intrascendentes KJ Apa y Sofia Carson, auténtico hilo conductor del relato.
Eso lleva a que 'Inmune' se convierta al mismo tiempo en una persecución implacable por parte de él y en una huida constante en el caso de ella. Más allá de la idea de que estén enamorados, que nunca llega a reflejarse de forma satisfactoria en pantalla, lo que les une es esa tensión por hacer frente a una situación imposible para intentar reencontrarse en el final feliz que el público debería desear. Y digo debería porque al menos en mi caso llegó un punto en el que simplemente desconecté de ese frenesí sin rumbo en el que acaba convirtiéndose la película.
Discreta en todos los frentes
Lo curioso es que ni siquiera el hecho de que el mismísimo Michael Bay rodase varias escenas de acción se refleja de forma positiva en la acción. Es cierto que estuvo mucho más limitado que de costumbre, entre el escaso presupuesto y las precauciones adicionales por la situación, pero a la hora de la verdad no destacan especialmente. Sí se agradecen de entrada porque ayudan a subrayar ese elemento degradado que afecta a la ciudad de Los Angeles, pero más allá de eso parece una decisión más fruto del deseo de no aburrirse quedándose quieto en casa que de cualquier otra cosa.
Además, el hecho de contar con varios rostros conocidos por el gran público se demuestra más como un gancho que como algo que sus responsables sepan utilizar. De hecho, el único que parece divertirse con el material es un Peter Stormare que está al límite de acabar pasado de vueltas, pero que al menos te alegra ver en pantalla. El resto, llámese Demi Moore, Alexandra Daddario, Bradley Whitford o Craig Robinson, están por ahí intentando aportar cierta convicción a sus personajes, pero el material de base es tan débil que hasta cuesta creértelos.
No es tanto que haya nada especialmente inverosímil en la película como que el guion de la película está a medio cocer. Lo apostaron todo al gancho de ser la primera en contar algo así y en llegar lo antes posible y se olvidaron de desarrollar conveniente tanto la historia como sus personajes. Con lo primero me da que pensaban que su capacidad de impacto sería suficiente y para lo segundo el hecho de contar con tantos rostros conocidos por el público. No les funcionó la jugada.
En resumidas cuentas
'Inmune' es una oportunidad perdida de jugar con el escenario pandémico más allá de la comedia, el género dominante en las obras que han surgido a partir de ese escenario. Aquí se combina el thriller con el romance de forma poco satisfactoria pese a su reiterado intento de que la intensidad de las imágenes y de lo que sucede sirva como elemento para enganchar al público. Conmigo no lo consiguió.
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