'En el nombre del rey', Uwe Boll rueda 'El señor de los anillos'

Os he hablado en numerosas ocasiones del director alemán Uwe Boll, experto en destrozar videojuegos con sus adaptaciones. Ya comentábamos entonces que sus películas no son films de mala calidad comunes y corrientes, sino que tienen una clara marca de autor. Añadía que lo peor del asunto es que no se suele entender lo que ocurre y no porque la trama sea complicada o la narración críptica, sino porque él solito se monta unos caos que no hay quien organice.

El guión y el montaje de los films de Boll son penosos. En el primero de los casos, los guionistas suelen contar que es imposible discutir con él y con respecto a la parte de postproducción, nos imaginamos que el montador tiene la mente tan desestructurada como Uwe y él, que es un buen amigo, le sigue contratando a pesar de todo. Se empeña en darlo todo en paralelo y no le importa conjugar muchas más de dos tramas aunque eso suponga que algunas se le pierdan, que la duración de otras quede completamente falseada y hasta cosas como pasar de la noche al día de repente.

Tan incomprensibles son las películas del alemán que resulta divertido verlas como si fuese cine de humor, un humor no intencionado, pues –salvo en las últimas, 'Postal' y 'Far Cry', por lo visto en sus tráilers— Boll no introduce ni una frase cómica, ya que se toma muy en serio sus historias.

En 'En el nombre del rey' ( 'In the Name of the King: A Dungeon Siege Tale'), Uwe Boll y su montador abusan de nuevo del montaje en paralelo. Sin embargo, de manera milagrosa, a partir de cierto momento, la película tiene sentido. En el inicio, no sabemos quiénes son los personajes, qué es lo que quieren, por qué luchan, quién va con quién… eso sí son cosas familiares en el cine de Uwe. No es que todo esto quede más claro hacia el final, especialmente si, por ejemplo, intentamos saber por qué el personaje de Leelee Sobieski se cambia de bando; pero al menos no impide que veamos las escenas de acción con atención.

Y esto resulta un tanto decepcionante ya que, pasado un principio muy digno de Uwe Boll, el resto de la película se ve casi casi como un film malo normal. De hecho, apostaría –aunque nadie me lo querrá reconocer— que un cierto público no demasiado exigente con las cintas de género la vería con tranquilidad si no supiese que es de Boll y no le odiase ya, comprensiblemente, por sus películas anteriores.

Las batallas están rodadas con bastante soltura, pues la única cosa que sabe hacer este hombre, si es que sabe hacer alguna, es colocar la cámara. Y la intervención del coreógrafo de las escenas de acción de 'La casa de las dagas voladoras', Tony Ching Siu Tung, se aprecia en algunos planos rodados en el bosque que incluso se podría decir que son bonitos. Eso sí, el por qué intervienen ninjas en una cuestión medieval, nadie lo explica.

Pero hay otra faceta que a Uwe Boll se le da tan mal como la narración: la dirección de actores. Lo normal sería que una película de esta calidad tuviese intérpretes desconocidos o acabados, pero Boll KG es capaz de conseguir estrellas nada desdeñables, no olvidemos que se trata de una superproducción de 70 millones de dólares. 'In the Name of the King' está protagonizada por Jason Statham. El inglés tiene un personaje deplorable, que no tiene nombre de pila y a quien llaman simbólicamente "El granjero". Incluso su mujer, en un momento de entrañable reencuentro, se dirige a él como "Farmer". Si al menos utilizase un diminutivo, como cuando a "El frutero" de 'Siete vidas le decían cariñosamente "Fru"… A pesar de eso, Statham hace un esfuerzo, se entrega y trata de estar metido en la película en todo momento. En su personaje podemos intuir una heroicidad que no va a ningún sitio, pero que anima las batallas bastante. John Rhys-Davies es otro que intenta estar en su papel y más o menos cuela.

El resto de los intérpretes no se salvan ni por sus buenas intenciones. Parece que la única indicación de dirección de actores que les diese Boll fuese que hablasen muy despacito y vocalizando muy bien. Claro, como él es alemán, quizá de otra forma no comprendería bien los diálogos. De hecho, uno de esos guionistas que se quejaban de él decía "el inglés no es su lengua materna, pero ¿tiene este hombre una lengua materna?". Matthew Lillard es el peor sin duda. No sabemos qué le pica a este hombre que no se apea del histrionismo en ningún momento. Uwe Boll es tan cachondo que hasta mete dentro de los diálogos parte de la crítica que merece su película y pone en boca de otro personaje una frase dirigida a Lillard: "No seas tan melodramático". Genial. Si en 'Postal' introduce metalingüísticamente peleas de boxeo con los críticos, aquí nos da parte de la reseña ya hecha.

Ray Liotta le sigue de cerca con esos gestos tan exagerados y un dramatismo que no sabemos a qué viene... ¿para cuándo un papel para Daniel Day-Lewis en una película de Boll? A Burt Reynolds es cierto que el botox le permite poca expresividad, pero incluso así, su personaje es de lo más ridículo. Claro que, los momentos en los que podría actuar SPOILER, como por ejemplo, cuando le dicen que "El granjero" es su hijo, FIN DEL SPOILER están dados tan como quien no quiere la cosa, con tanta falta de énfasis, que incluso con una buena interpretación, este instante habría quedado perdido en el tiempo. Claire Forlani es exagerada en cualquier parte, así que tampoco merece la pena comentar su papel en 'In the Name of the King'. Y Kristanna Loken parece que tuviese un cameo, más que un personaje, pues su estirpe es un pegote que los guionistas no saben cómo encajar en la trama y ella no hace apenas nada.

Como Uwe Boll no sabe narrar, cree que podrá transmitir épica gracias a la banda sonora. Por este motivo, desde la última cosa de Paul Haggis no he visto nada en lo que la presencia de la música fuese tan molesta y exagerada como en 'In the Name of the King'.

Si la adaptación es de 'Dungeon Siege', ¿por qué se titula 'En el nombre del rey'? Pues sencillamente, para tener alguna palabra en común con 'El señor de los anillos: El retorno del rey'. Alguna palabra, porque elementos coincidentes con la trilogía de Peter Jackson no le faltan a este film, que Boll quería que hubiese estado dividido en varias partes. Los Krug son exactamente iguales que los orcos, pero en cutre; hay jinetes que recuerdan mucho a los Nazgul; el malo y el bueno hacen una pelea de magos; la torre-cueva donde se esconde el personaje de Liotta es igualita que la de Saruman; existen planos calcados... E, incluso con todo esto, hay alguna cosa original en la película de Boll.

A pesar de todo lo que he escrito, seguro que quedan muchas cosas por comentar. No le recomendaría a nadie que viese esta película ni ninguna otra de Uwe Boll tomándosela en serio, pero para pasar unas risas, no es mala opción ya que, además de lo de siempre, tiene algún elemento mejor que las anteriores y se hace menos aburrida.

Trailer de 'In the Name of the King'

Actualización: se estrena en España el 27 de febrero de 2009.

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