Somos muchos los hombres a los que nos encanta ver películas con un gran héroe de acción que derroche carisma y testosterona. Y es que se me hace rara la idea de que haya alguien al que no le entusiasme oír a John McClane diciendo su famosa frase ‘¡Yippee-ki-yay, hijo de puta!. Sin embargo, en los últimos años la figura del gran héroe de acción está pasando por una grave crisis, ya que no hay ningún actor que quiera encaminar abiertamente su carrera por esta senda. Se ve que las nuevas generaciones lo ven como una lacra necesaria para ganar popularidad y dedicarse a otros papeles. Además, la presencia física de los héroes de acción de los últimos tiempos en grandes superproducciones tiende a potenciar más el ser un actor guapo que atraiga al público femenino que cualquier otro aspecto. Sí, tienen los músculos, pero les falta la presencia y el carisma especial de muchos de los intérpretes a los que veremos el próximo verano en ‘Los mercenarios 2’
Y es que yo siempre aplaudiré que se hagan películas como ‘Immortals’, ya que el cine necesita un equilibrio entre películas más artísticas y otras que sean buenos entretenimientos. Sí, uno siempre puede usar la típica excusa de que lo que a uno le gusta es el buen cine y quedarse tan pancho, pero lo que no se puede hacer es despreciar cierto tipo de películas sólo porque ese tipo de obras no nos interesen a priori. El problema no es que una película sea un western, un musical (menciono esos dos géneros porque fueron los que más me costó disfrutar) o una película de tíos ligeros de ropa peleando por no sé qué rollo celestial. No, las pegas vienen porque una película sea aburrida, tenga un guión vergonzoso, los actores estén fatal en sus papeles o el director esté a la altura del talento tras las cámaras de gente como Julián Lara. Ahora la cuestión es ¿Merece la pena ‘Immortals’?
Lo más fácil a la hora de hablar de ‘Immortals’ sería despacharla diciendo que es una especie de mezcla entre ‘300’ (con la que no guarda tantos parecidos como uno podría esperar a primera vista), ‘Furia de titanes’, los videojuegos de ‘God of war’ y pequeños añadidos de ‘Espartaco’ y ‘Troya’, pero lo importante es la forma de usar esos ingredientes. Lamentablemente, ‘Immortals’ no sabe agitar bien la mezcla y el resultado final es un producto bastante vulgar, repetitivo y que se agota antes de llegar tan siquiera a la mitad de su metraje.
¿En qué falla exactamente ‘Immortals’?
No voy a mentir, si tenía esperanzas en ‘Immortals’ es porque soy muy fan de ‘The fall: El sueño de Alexandria’, el anterior trabajo de Tarsem, su director, el cual había demostrado una capacidad visual asombrosa y también poder elevar el interés de un guión sencillo, pero eso no sucede en el caso que nos ocupa. ‘Immortals’ quiere ser poderosa visualmente, pero lo que consigue es abusar de los momentos sangrientos transmitiendo sensación de rutina. Y es que yo puedo disfrutar como el que más del gore en el cine, pero no si lo que produce es aburrimiento, siendo éste uno de los mayores problemas. Sé que el concepto de lo que es entretenido y aburrido es aún más difícil de calibrar con cierta objetividad que el que una película sea buena o mala, pero ése fue el mayor delito que puedo achacar a ‘Immortals’, y también lo peor que jamás podré decir de cualquier otra. ¿Eres mala pero entretenida? Me vale. ¿Eres aburrida? No cuentes conmigo.
Voy a explicar con una serie de preguntas el motivo de mi desinterés hacia la película: ¿Por qué me tienen que interesar las dudas morales de unos Dioses que parecen unos idiotas? ¿Por qué tengo que empatizar con la lucha de un héroe soso e insustancial? ¿Cuál es el motivo de que los personajes sean de cartón piedra y basen su importancia en soltar frases grandilocuentes de tanto en tanto que, en su mayoría, resultan risibles? ¿Por qué se ve todo tan oscuro en la versión en 3D? ¿Por qué las escenas de peleas acaban siendo cansinas y dándote igual todo lo que suceda? Sí, sé que a todo esto ayuda mucho contar con un guión poco desarrollado, pero esperaba más de Tarsem, ya que la película tampoco está especialmente inspirada en el plano visual, y eso es algo que incluso había logrado en la horrenda ‘La celda’.
Uno de los aspectos que más llamaban la atención de ‘Immortals’ era la posibilidad de ponderar las capacidades de Henry Cavill como héroe de acción antes de verle como el próximo Superman. Y es que tiene el físico para llamar la atención del público femenino y se nota que se ha tirado unas cuantas horas en el gimnasio para lucir como lo hace en la imagen superior. Sin embargo, su carisma es inexistente y tampoco lo salva mediante una buena actuación (algo, seamos sinceros, poco habitual en proyectos de este nivel). A modo de comparación diría que si Gerard Butler en ‘300’ equivale a una buena hamburguesa, Cavill aquí es igual a una salchicha caducada.
Mickaey Rourke tampoco está mucho mejor como el villano de la función, pero al menos su presencia física sí transmite cierta capacidad de intimidación y su tendencia a las frases altisonantes no resulta tan absurda como en el resto de personajes. Los demás integrantes del reparto puedo decir sin miedo que se limitan a pulular por ahí y hacer bulto, y es una pena teniendo en cuenta que un actor de la talla de John Hurt también aparece en ‘Immortals’. El resto, con rostros más o menos conocidos como Stephen Dorff, Freida Pinto o Kellan Lutz, sería perfectamente intercambiable con los de cualquier producción anodina directa a dvd y uno no notaría una gran diferencia.
En definitiva, ‘Immortals’ es un mediocre entretenimiento a base de abusar del factor testosterona y de las frases grandilocuentes. Quiere ser una especie de cruce entre varias obras recientes como ‘300’ y la saga de videojuegos de ‘God of war’ (ya me da que mejor se vayan olvidando de adaptarla al cine), pero fracasa en ambos frentes. Eso sí, consigue superar a ‘Furia de titanes’, la cual era directamente mala, pero eso no es suficiente para que no se haga pesada a ratos y visualmente no llega jamás a ser tan llamativa como aspira a ser. Es una pena que Tarsem haya realizado una tontería tan grande como ‘Immortals’ tras una película tan estimulante como ‘The Fall: El sueño de Alexandria’. En fin, que no os recomiendo ver ‘Immortals’, mejor disfrutad de las navidades con vuestra familia y dejad el ir al cine para otro momento.