Ha llegado un punto en el que la capacidad del séptimo arte para sorprendernos contándonos una historia es prácticamente inexistente, por lo que lo realmente importante es la forma de hacerlo. Los habrá que no estén de acuerdos con esa afirmación, pero a la hora de la verdad las únicas novedades reales que puede ofrecernos una película son mínimas variaciones sobre ideas ya expuestas con anterioridad por mucho que hayamos podido disfrutar con esta o aquella película de estreno.
El problema es que muchas veces nos cansamos de volver a ver lo mismo una y otra vez y recurrimos a ideas como que era más de lo mismo o demasiado previsible para despreciar determinado título cuando no es algo que tenga que ser necesariamente malo. De hecho, 'Home: Hogar, Dulce Hogar' cumple ambos puntos, pero no por ello deja de ser un efectivo pasatiempo familiar con el que podrás pasar un buen rato siempre que no estés pensando todo el rato que esta película ya la has visto.
'Home: Hogar, dulce hogar', cumplidora
Creo que todo aquel que esté familiarizado con las producciones animadas de Dreamworks sería capaz de dilucidar que 'Home: Hogar, dulce hogar' es una de ellas sin necesidad de saberlo de antemano, ya que es un buen ejemplo de esos títulos suyos más amables que por ahora tienen su cima en la excelente 'Cómo entrenar a tu dragón' (How To Train Your Dragon). Ya os aviso que la cinta que ahora nos ocupa vuela mucho más bajo, pero tampoco pretende más de lo que consigue.
El viaje emocional de un inadaptado dentro de su grupo para solucionarlo no es algo que suene demasiado excitante sobre el papel y la idea de que lo haga con una niña que está haciendo todo lo posible por volver a reunirse con su madre tampoco mejora precisamente la ecuación. Además, su progresión argumental sigue al dedillo todos los puntos que se os podrían ocurrir sin ofrecernos nada que llegue a romper la posibilidad de ver en 'Home: Hogar, dulce hogar' una propuesta rutinaria, algo por lo que seguramente muchos acaben valorándola de forma negativa.
¿Qué es entonces lo que puedes hacer para atrapar el interés de los escépticos? Lo primero es hacer que te intereses por los dos protagonistas y 'Home: Hogar, dulce hogar' lo hace minimizando sus traumas personales -algo muy de agradecer y que acaba jugando a su favor cuando llegan los momentos más emotivos-, dando importancia a la presencia del humor y creando una dinámica entre ellos que no por sencilla -al principio se llevan mal y eso va cambiando progresivamente, vaya, lo típico- deja de funcionar correctamente.
El encanto limitado de la película
De hecho, el mayor acierto de 'Home: Hogar, dulce hogar' es su enfoque ligero y directo, lo cual predispone a uno a dejar pasar por alto sus armas ya desgastadas por el uso y simplemente ver cómo algo puede haberse contado en infinidad de ocasiones porque sigue dando juego. Eso sí, es una pena que no se indague un poco más en la raza alienígena que invade la Tierra, ya que es durante esos primeros compases cuando todo funciona mejor, sobre todo por pequeños detalles de fondo que animan a pensar en una propuesta más imaginativa de lo que acaba siendo.
Tampoco esperéis nada especialmente llamativo en una animación vistosa y cumplidora, pero sin nada deslumbrante que ofrecer, tanto a nivel conceptual -está claro que los extraterrestres están ideados para ser atractivos de cara al merchandising- como de ejecución -no hay ninguna escena con grandes filigranas que rompa con lo visto hasta entonces-. A decir verdad, eso es algo que puede aplicarse a toda la película, ya que simplemente no han querido comerse demasiado la cabeza y han apostado sobre seguro, con la suerte de que han conseguido un producto aceptable.
En definitiva, 'Home: Hogar, Dulce Hogar' es una opción más que aceptable si tenéis que acercaros al cine con vuestros hijos y también cumple unos mínimos para aquellos espectadores más adultos amantes del cine de animación. Eso sí,probablemente os olvidéis de ella al de pocos días de haberla visto, pero también hay que saber disfrutar en su justa medida los eficaces entretenimientos de usar y tirar, ya que quizá nunca lleguen a ser grandes películas, pero tampoco hay espacio para sonadas decepciones como sí sucede en otros casos.
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