'Historia de un Secuestro' (2005) es el horripilante título que le han puesto en nuestro país a 'The Chumscrubber'. ¿Por qué? Es evidente que es mucho más llamativo de cara a la taquilla, y en España conocen muy bien nuestras aficiones. Me imagino a los típicos espectadores delante de las taquillas mirando para los letreros luminosos que indican tanto el título de la película, como la sala, el horario y si aún hay entradas. Su neurona cerebral pasando una por una las distintas opciones en un domingo vacío y aburrido, y pensando: "la guerra de charlie..wils.. no, no me apetece ver una más sobre irak.. oscar, una pasión...paso de historias de amor, eeehhhh, en un mundo..libre... uff ni idea... historia de un secuestro, ¡ésta!, puede estar bien".
Y claro, luego el sufrido espectador se encuentra con algo totalmente distinto a lo que el título hace suponer. Con esto no quiero decir que un título ya tenga que indicar qué se puede esperar el público cuando entra en un cine. Bromas aparte, éste es uno de esos casos en los que un título supuestamente más comercial es un completo error. Sueño con el día en el que por lo menos los títulos originales de las películas no sean violados de forma tan vil.
No estamos ante un thriller de misterio por mucho que pueda parecerlo. En el film hay evidentemente un secuestro, pero la película no se centra en ese detalle, meramente argumental, tocado de pasada. 'Historia de un Secuestro' (buf) cuenta varias historia de distintos personajes, todos interrelacionados, aunque ellos no lo sepan. Habitantes de la típica comunidad de vecinos aparentemente idílica, en la que todos tiene algo que ocultar. La acción arranca con el suicidio de un joven, el cual se encargaba de distribuir drogas en el instituto en el que estudiaba. Su mejor amigo será presionado para recuperar una cantidad de droga que aún está en su habitación. Y para ello, a los camellos de turno, hijos de papá, no se les ocurre otra cosa que intentar secuestrar al hermano del protagonista, pero cometen un error: se equivocan de persona, lo cual dará lugar a una serie de situaciones verdaderamente interesantes.
Pero el secuestro en sí resulta ser un detalle argumental demasiado arriesgado, e incluso forzado, como para resultar creíble. No sirve ni para definir a los más que interesantes personajes que desfilan a lo largo y ancho del film. Personajes que se dividen entre jóvenes y adultos, sobre los que se construye una efectiva disertación sobre la incomunicación, algo muy típico de nuestra época, de todas las épocas. Padres que no conocen, por lo tanto no entienden a sus hijos. Hijos que no entienden a sus padres. Ése sería el resumen. Sí, puede que tópico, pero resuelto con pericia y el suficiente buen hacer por parte de su director y creador de la historia, el desconocido Arie Posin, quien convierte en cuidadas imágenes el guión de Zac Stanford. Así pues, y con un ritmo muy cuidado, asistimos a momentos en los que la mencionada incomunicación queda bien patente. Merece especial mención esa serie de instantes en los que los chicos dicen la verdad a sus padres, y éstos no les creen. El trabajo actoral es lo que más se resiente, y aquí una diferencia más que notable entre los actores jóvenes y los más experimentados. Jamie Bell (de actualidad en nuestras carteleras gracias a otro título, 'Jumper') parece haberse olvidado de las buenas maneras que apuntaba en 'Billy Elliot'. Justin Chatwin es el menos convincente de todos, incluso está un poco pasado de rosca. Camilla Belle no conoce el significado de la palabra "expresión" o "emoción". Rory Culkin, que tiene un hermano que fue muy famoso en su día, pasa simplemente por aquí. Thomas Curtis puede que se salve de la quema, interpretativamente hablando, aunque su personaje es de los peor definidos.
En cuanto a los veteranos la cosa cambia. Jason Isaacs y Caroline Goodall forman un perfecto matrimonio, educados, a los que les encanta aparentar pero que no se enteran de la misa ni la mitad. Glenn Close como siempre tiende hacia el histrionismo, pero en esta película con suficiente carga ácida sobre lo que cuenta, le va como anillo al dedo, haciendo de la madre del chico que se suicida. Su reacción ante este hecho y la relación con sus vecinos es un excelente elemento argumental. Carrie Ann-Moss está increíble como madre de uno de los personajes, con una carga sexual bastante llamativa y justificada. Allison Janney y William Fitchner dan vida a otro de esos matrimonios en los que cada uno va a lo suyo (el papel de Fitchner es realmente jugoso). Ralph Fiennes y Rita Wilson dan vida a una pareja a punto de casarse, pero ambos no tienen nada en común (la supuesta locura del personaje de Fiennes es otro suculento caramelo en la historia). Y por último John Heard da vida al ex-marido del personaje de Wilson, más preocupado por l que hace su ex-pareja que por todo lo que pasa a su alrededor (especial mención de la escena de Bell en la comisaría). 'Historia de un Secuestro' (buf) es un film correcto, a ratos apasionante, y a ratos lastrado por un labor interpretativa realmente mediocre (sólo en los casos comentados). Aún así, hay más cine aquí que en muchas de las películas de prestigio que deambulan por nuestras pobres carteleras.
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