'Historia de un Crimen', el lado humano de Truman Capote

Comparar 'Historia de un Crimen' con 'Truman Capote' es algo totalmente inevitable, ya que son dos proyectos que se realizaron a la par, y los dos versan sobre lo mismo: los hechos que llevaron a Capote a escribir 'A Sangre Fría'. Aún así, el porqué una de esas películas obtuvo un éxito de crítica más nominaciones importantes a los Oscars, con un merecidísimo premio para Philip Seymour Hoffman, y la otra retrasó su estreno, produciéndose éste casi de tapadillo, es algo que escapa a mi comprensión. Porque 'Historia de un Crimen' (ridícula traducción/doblaje del original: 'Infamous') es superior en muchos aspectos al film de Bennett Miller, que siendo bueno, resultaba un poco frío.

El argumento nos lleva a ver cómo Truman Capote en pleno apogeo de su carrera, decide investigar un asesinato en un pequeño pueblo americano, centrándose en las consecuencias que el horrendo crimen tuvo para la pequeña comunidad, y escribirlo todo en un artículo periodístico. La captura de los asesinos, y la posibilidad de que Capote pueda entrevistarlos, le lleva a decidir que tiene que escribir un libro. Dicho libro se convertiría en una de las novelas más importantes e influyentes del siglo XX, haciendo a Capote inmortal.

'Historia de un Crimen' es mucho más cálida que 'Truman Capote', haciendo al personaje central mucho más cercano al espectador, hasta el punto de que éste simpatiza enormemente con él. A este respecto caben citar dos elementos realmente prodigiosos. Uno es la excelente interpretación de Toby Jones, quien lo tuvo más fácil que Hoffman, ya que físicamente se le parece más, pero al igual que aquél está soberbio, y aunque pueda parecer lo contrario, nunca cae en el exceso ni en el histrionismo, componiendo un personaje lleno de matices, y en el que pasa fácilmente de lo gracioso a lo emotivo con una facilidad pasmosa. El segundo elemento es el humor que impregna todo el film, en el cual se hace referencia a la sexualidad de Capote. Un humor inteligentemente insertado en la trama, que nunca cae en lo facilón y que está realizado con sumo respeto, ayuda además al espectador a integrarse aún más en la historia, la cual enseguida se tornará dura hasta límites difíciles de aguantar. Y todo aquel que haya visto el impresionante film de Richard Brooks 'A Sangre Fría', sabe a lo que me refiero. Por cierto, la comparación con el mítico film de Brooks es también inevitable.

El film hace gala de una dirección artística realmente ejemplar, y de una visión de la vida americana de los años 50 totalmente certera, con todas esas fiestas que se realizaban en las casas, y en las que alguien solía ser el centro de atención. Sensacional la secuencia en la que Capote se gana la confianza de la gente en esas fiestas contando sus anécdotas en el mundo del celuloide con gente como Bogart, Sinatra, Jones o Huston. Detalle éste que no está puesto en la historia sólo porque sí, sino que está utilizado muy correctamente para explicar muy bien otras cosas, por ejemplo el inicio de la relación de Capote con uno de los asesinos, Perry Smith.

A pesar de que la película se centra en los años que a capote le llevó escribir 'A Sangre Fría', se puede decir que abarca más aspectos de su personalidad, gracias a los momentos mostrados como si fuera un documental sobre su vida, en el que varios amigos suyos hablan de él, escenas éstas que podrían considerarse un tropiezo en la narración, pero que personalmente veo muy acertadas ya que ayudan a entender al personaje. Lo mismo se podría decir de la relación establecida entre Capote y Harper Lee (la escritora de 'Matar a un Ruiseñor'), y la de Capote con Perry Smith. Ambas están muy bien mostradas y descritas. En la primera sorprende una extraordinaria Sandra Bullock, sí, sí, he dicho extraordinaria, destacando sobre todo en esas escenas en clave de documental. Y en la segunda, lo que probablemente sea lo mejor de la película: un impresionante Daniel Craig, que aquí sale un poco maquillado. Increíble el instante en el que interpreta una canción mientras toca la guitarra.

El resto de actores importantes es algo totalmente anecdótico, salvo Jeff Daniels que interpreta al policía que llevó el caso, y que también forjó una curiosa amistad con el escritor. Pero tanto Sigourney Weaver, como Isabella Rossellini, como Peter Bogdanovich, tienen cortas intervenciones. Incluso el caso de Gwyneth Paltrow es todavía más curioso, ya que únicamente sale en los títulos de crédito iniciales, interpretando una canción, momento éste en el que sucede algo imprevisible, inesperado, sensacional y único. Un pequeño instante mágico que logra emocionar como pocos y que para un servidor es desde ya uno de sus instantes preferidos de los últimos años, y que también está usado inteligentemente para conocer un poquito más a Capote, mientras se capta la atención del espectador enganchándole hasta el final.

Una película muy buena que no merece la poca difusión que está teniendo. Apurad si queréis verla, porque no creo que dure en cartelera mucho tiempo, sobre todo ahora que se acercan más blockbusters veraniegos.

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