'Monster' es una de las películas del año.
Ganador de la Palma de Oro con 'Un asunto de familia' ('Shoplifters') y presente en la Sección Oficial con otros trabajos más ('Broker' también fue premiada, a su actor principal), no hay duda de que Hirokazu Koreeda es bien recibido y gusta en el Festival de Cannes. A mí también me gusta y me alegró saber que estrenaría otro largometraje, 'Monster' o 'Kaibutsu', en esta 76ª edición. Lo que no me esperaba era ver ESTA PELÍCULA.
Curiosamente, el año pasado Hirokazu Koreeda competía en Cannes junto a Lukas Dhont, que presentó 'Close' (ganadora del Gran Premio del Jurado); 'Monster' parece su hermana adoptiva. Otro relato sobre adolescentes compañeros de clase y amigos, envueltos en una serie de acontecimientos que les ponen al límite y que, sin desvelar demasiado, giran en torno al acoso escolar, la incomprensión de los adultos, la culpa y el amor (dijo el otro día Ethan Hawke que todas las películas hablan en cierta manera del amor, y creo que tiene razón).
Por supuesto, las películas de Dhont y Koreeda son muy diferentes a pesar de sus elementos comunes. No solo por el estilo de sus autores sino por la sensibilidad y mentalidad distintas de belgas y japoneses (Koreeda rodó 'Broker' en Corea del Sur pero a su manera). De hecho, 'Monster' continúa de manera coherente con los temas y podríamos decir que obsesiones que el cineasta japonés lleva trabajando desde sus inicios. Lo inesperado aquí es que todavía sea capaz de aportar enfoques novedosos para desarrollar las historias que le caracterizan.
Monstruosidades cotidianas
'Monster' arranca con una poderosa imagen violenta que augura tragedia: un alto edificio en llamas. Sin contexto ni explicación (de momento), este misterio se convierte en el eje sobre el que Koreeda va a construir este cuento sobre "monstruos" cotidianos, una intriga que reta al espectador constantemente, cuestionando su mirada del mundo, sus prejuicios e ideas preconcebidas sobre los comportamientos de los demás.
Esta instintiva y superficial gestión de la información que desarrollamos como método de supervivencia en sociedad, participando de una "normalidad" a veces tan frágil e hipócrita, donde sabemos que las apariencias engañan pero no cómo ni de qué forma. Todo suele ser más complejo pero quizá no nos molestamos a repensar, o no nos compensa. Puede sonar a un mensaje obvio pero esperad a descubrir la película porque el guion es muy ingenioso y todas sus "trampas" y giros están ejecutados con elegancia, con la maestría de quien domina este arte.
De hecho, aunque Koreeda es más conocido por sus sensibles narraciones familiares de aires cotidianos que hablan de tradiciones y relaciones personales, ya ha trabajado previamente con tramas perturbadoras que giran en torno a comportamientos violentos, como su incursión en el drama criminal, 'El tercer asesinato', de 2017. Más inspirado está en esta ocasión con el guion de 'Monster' (escrito por Yûji Sakamoto), tan retorcido y que podría estar firmado por alguien como Park Chan-wook.
La estructura de 'Monster' consta de tres partes claramente diferencias y la primera es de lo más desconcertante. Tras la imagen del enigmático incendio, una madre soltera comienza a detectar un comportamiento extraño de su hijo adolescente; preocupada por su salud, le interroga hasta que el chico reconoce que un profesor está teniendo un comportamiento abusivo con él. Cuando la mujer se reúne con el colegio, la respuesta es sumamente extraña; sin embargo, el profesor acusado pide perdón. Como no se produce ningún cambio real, la madre pide la sustitución del docente, cuya actitud resulta de lo más sospechosa... Y entonces, cuando creemos que sabemos de qué va la película, comienza de nuevo.
El segundo acto cambia el punto de vista y reinterpreta los acontecimientos, ofreciendo más información desde la experiencia de otro protagonista. Y más tarde, cuando estemos seguros de lo que ha ocurrido en realidad con ese profesor y esos niños, arrancará el tercer y último capítulo, donde todo vuelve a cambiar. Es el segmento más revelador y emocionante, con un par de escenas que me dejaron al borde de las lágrimas y con la piel de gallina (algo que vuelvo a notar mientras escribo estas palabras).
'Monster', otra obra maestra de Koreeda
Desde sus primeros trabajos, Hirokazu Koreeda ha hablado de niños abandonados o perdidos, personajes que encuentran su lugar en el mundo, familias formadas más allá de los vínculos sanguíneos, de la vida al margen de la sociedad y, en definitiva, de relaciones humanas únicas con códigos propios que pueden resultar extravagantes o incluso escandalosos fuera de la burbuja, pero que funcionan, a su manera. El cineasta siempre ha pedido mirar más allá, comprender algo más que no es lo convencional, lo normativo y aceptado socialmente (yendo más allá de la visión japonesa, aunque sea su principal foco de atención por razones obvias).
En todas sus historias ha logrado emocionar no solo gracias a su pericia para contar historias sino también a través de su dirección de actores, en especial las decisiones respecto a los intérpretes más jóvenes, de los que suele obtener resultados sensacionales. Funciona de maravilla todo el reparto de 'Monster' (muy llamativa la transformación de Yūko Tanaka, en la piel de la directora del colegio) pero las interpretaciones de los dos chicos protagonistas están a otro nivel y son la clave para que todo funcione de forma armoniosa. Tienen escenas realmente increíbles, no os perdáis esta película.
Dedicada a Ryūichi Sakamoto, que pone la música de 'Monster', la nueva historia de Hirokazu Koreeda arranca como un thriller inquietante que da paso a una película emotiva y bellísima, que pide mirar más allá de la superficie y evaluar detenidamente las circunstancias antes de emitir un juicio sobre otra persona. Es una de las películas del año y no me sorprendería nada que lograse algún triunfo en este Festival de Cannes.
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