En el cine español no es habitual que películas rodadas en lenguas cooficiales como el catalán, el gallego o el euskera lleguen a tener un estreno más o menos masivo en todo el país, llegando en algunas ocasiones a doblarse al español porque así parece más sencillo que una mayor cantidad de publico acuda a las salas. Sea cierto o no, es lo que hay y nada hace pensar que esto vaya a cambiar en un futuro cercano.
En el caso de 'Hil Kanpaiak (Campanadas a muerto)', segunda película dirigida por Imanol Rayo, se ha optado por la loable decisión lanzar todas las copias en euskera este viernes 20 de noviembre tras su paso por el Festival de San Sebastián. Dejando ese detalle a un lado, lo que realmente le debería interesar al público es que estamos ante un thriller que tiene en su ambición tanto sus fortalezas como sus debilidades.
Huyendo del thriller convencional
La aparición de unos huesos humanos enterrados en un caserío es el punto de partida de una película en la que a la ora de la verdad importan mas los esqueletos en el armario que esconden sus protagonistas, algo que va perfilando de forma paulatina en vez de optar por una investigación mas tradicional -y comercial, que habría sido muy fácil intentar acercarse al look de la Trilogía del Baztán y eso es algo que nunca sucede-. A decir verdad, poco de tradicional hay en esta película, aunque eso no sea necesariamente algo positivo.
Lo primero que llama la atención de 'Hil Kanpaiak (Campanadas a muerto)' es lo claro que parece tenerlo todo Rayo en lo referente a la puesta en escena, recurriendo de forma muy habitual a los primeros planos para intentar captar la mayor expresividad posible de sus personajes, de captar lo que no están diciendo y que a menudo es mas importante que lo que sale por sus bocas. Personalmente, es un recurso que me acabó cansando y provocando casi lo contrario a lo que buscaba, pero sus decisiones de dirección van mucho mas allá de eso.
Desde convertir los escenarios no en un personaje mas pero si en un eco evidente de ese elemento sombrío que sobrevuela en todo momento y que gana peso según pasan los minutos hasta el uso del fuera de campo que obliga al espectador a terminar de llenar lo que sucede en una escena. Hay más detalles que delatan la presencia de alguien con inquietudes tras las cámaras que quiere hacer mas que limitarse a traducir en imágenes el guion de Joanes Urkixo basado en la novela de Miren Gorrotxategi.
En tierra de nadie
Sin embargo, ese rasgo de identidad juega a su favor pero también en su contra, porque la historia puede hacerse difícil de seguir y que el espectador acabe perdiéndose por el camino o simplemente desconectando de esa intensidad que Rayo busca dar a la película en todo momento. Y es que en lugar de conseguir que vaya yendo a más, como queda claro que es su intención, lo que hace es diluir el trama interno de sus protagonistas sin necesidad en beneficio de construir un puzle ambicioso pero no lo suficientemente atractivo.
Eso da pie a que ninguno de los integrantes de su potente trío protagonista brille al nivel que sabemos que son capaces, y no es por falta de determinación por parte de Eneko Sagardoy (por duplicado), Itziar Ituño o Yon González. El talento está ahí, pero en su caso parece que Rayo se deleita más en esos primeros planos que mencionaba antes y en que sean piezas del puzle que en sacar partido al alcance humano del relato. Y es una pena, porque ese lado más retorcido asociado a la venganza podría haber dado mucho más de sí.
De esa forma la fuerza visual que exhibe 'Hil Kanpaiak (Campanadas a muerto)' no encuentra respaldo en lo psicológico. Se agradece, y mucho, no caer en los peores vicios de los thrillers al uso, pero su empeño en distinguirse lastra el resultado final, porque al menos en mi caso ya me habían perdido cuando llega el momento de atar cabos y solucionar todo lo planteado. Si no me importa demasiado lo que les suceda a los personajes o incluso la forma de solucionar el misterio coqueteando con lo trágico, de poco sirve que esté mejor o peor presentado.
En resumidas cuentas
'Hil Kanpaiak (Campanadas a muerto)' es una película con voz propia pero que no termina de saber cómo mezclar los diferentes ingredientes de los que hace gala. Intensa pero pausada y con una puesta en escena que se aleja de lo habitual, pero también se complica de más en lo narrativo y no termina de aprovechar la gran baza de sus actores, quedándose al final un poco en tierra de nadie.
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