El género navideño es toda una lotería. Los ingredientes están todos a mano y parece haber un consenso de que cualquier historia ambientada en cualquier otra época del año simplemente fracasaría. Y a veces aun teniendo esos ingredientes y esa cursilería navideña, se convierten casi en antinavideñas.
En ese deseo de elevar el espíritu de la Navidad, durante estas semanas nos hemos encontrado con varias y variadas películas que recurren al clásico "drama ligero romántico" para tenernos en el sofá con una taza de chocolate caliente y la manta alrededor de nuestras piernas. Y en esta hornada reciente han destacado dos cintas que se han convertido en auténticos fenómenos: 'Un príncipe de Navidad', de la que ya hablé hace semanas y 'Herencia navideña' ('Christmas inheritance').
En 'Herencia navideña' nos encontramos con la historia de Ellen (Eliza Taylor), "heredera" de un gran emporio de la industria del regalo (sí, yo también me he quedado así al leerlo) que es algo irresponsable en sus funciones. A modo de darle una lección, su padre decide que a cambio de recibir su regalo navideño, Ellen deberá viajar de incógnito a entregar la tradicional carta de Navidad a su tío Zeke, el extraño socio de su padre.
Así, con maletas en mano y poca idea, se presentará al encantador pueblo de Snow Falls donde entablará relación con Jake (Jake Collins), gerente de la hospedería local. Nada más llegar Ellen se encontrará con que su tío no está y que se tendrá que quedar más de la cuenta, lo cual supondrá un problema ya que cuenta con un presupuesto muy limitado, lo que causará que intente pagar su manutención y alojamiento probando varias labores... con desastroso resultado.
Cuando se estrenó el pasado 15 de diciembre 'Herencia navideña' no pocas voces se alzaron para reivindicarla como la película que había que ver si nos había gustado 'Un príncipe de Navidad', lo que la puso definitivamente en mi radar. La lástima es que todo lo que funcionaba en la anterior, no lo hace en esta.
Esto demuestra lo delicado que es cada género: incluso usando elementos muy similares, lo que aporta la calidad es más el cómo que el qué. Tiene la cursilería esperada, la protagonista fuera de su entorno habitual, un romance inesperado, un propósito de moralina centrada en entender las vicisitudes y problemas de la "gente normal"... pero le falta aumentarlo todo un par de puntos en el "navidómetro".
'Herencia navideña' es una película que carece de algo muy importante, a mi juicio, de este tipo de ficciones: encanto. Ya no hablo de ese encanto cursi/espíritu navideño sino de ese aura capaz de llamar la atención y que forma parte tanto de los protagonistas como de la ambientación. Uno de sus grandes problemas es que, siguiendo la máxima de que en Navidad cualquier tontería queda bien, no se esfuerzan nada en crear algo medianamente coherente con lo que la misma cinta propone.
Un ejemplo claro lo tenemos en la protagonista: por un lado nos la venden como una chica preparada para asumir el cargo de CEO, tiene sus estudios y lleva tiempo llevando la parte benéfica de la empresa. Pero durante las sucesivas escenas nos encontramos con una chica irresponsable, torpe y a ratos directamente tonta (la escena del autobús es un claro ejemplo). Una caracterización artificiosa que sirve para mover la trama de la cinta.
Una vez la película presenta su premisa y Ellen se hospeda la primera noche en Snow Falls, el interés decae precipitadamente y ya se muestran signos de que el camino hacia el final va a ser tortuoso y aburrido. Entonces es cuando se echa más de menos esta magia del género navideño, que hace que películas predecibles hasta decir basta sean entretenidas.
Ni Dinah Eng con su blando guion ni Ernie Barbarash con una dirección correcta pero carente de inpiración, logran que 'Herencia navideña' sea algo más que un drama romántico navideño al uso. Una película aburrida y muy olvidable.
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