Olvida todo lo que creías conocer sobre 'Hellboy' si el personaje solo te suena de un par de películas realizadas por un visionario director fanático de las hadas y de satisfacer a todos los públicos siempre que puede.
El diablo viste de gabardina
Lo que ha conseguido Neil Marshall con su valiente (e irreverente) visión del personaje de Mike Mignola merece todo nuestro respeto. Marshall baja al diablo rojo al barro a base de palizas y cornadas, lo reboza en restos fecales de gigante y lo saca a cuerpear al cuadrilátero.
Este nuevo diablo rojo ha costado bastante menos que 'El ejército dorado' y solo se nota a ratos. ¿Secuela o reboot? Bueno, la peli se mueve en ese ¿cómodo? nuevo terreno híbrido que yo entiendo como "todo vale", y lo hace sin echar la mirada atrás. El mayor valor de esta nueva versión del icónico personaje es que sigue siendo cine de autor. La diferencia es que el autor de antes rueda películas como 'El laberinto del fauno' y el de ahora es el responsable de 'Dog Soldiers' o 'Centurión', tal vez la película con las que más tiene en común el nuevo mundo de fish and chips e inesperado gore del chico demonio.
'Hellboy' es una película de terror que nunca sabes por dónde va a salir y que resulta extrema a todos los niveles imaginables. No conoce el miedo ni la vergüenza. Sería una lástima que la gente se quedase con algún momento , porque jamás en la vida imaginé que podría ver semejante festival de vísceras y apocalipsis en unos multicines en un pase matinal. 'Castle Freak', 'Ghoulies', Peter Jackson antes de adelgazar, Troma, Empire, Full Moon... aquello con lo que soñábamos de Quentin Tarantino rodando una película de James Bond lo tenemos con Neil Marshall rodando una del personaje de Mignola.
Una adaptación infernal
El director rompe con lo establecido por Guillermo Del Toro a base de tripas y un grotesco cambio de rumbo que no está pensando en todos los públicos precisamente. Por supuesto, 'Hellboy' no es perfecta, pero es que tampoco lo eran las otras dos entregas. Pero claro, lo amable. A pesar de ser un compositor fantástico, la partitura de Benjamin Wallfisch peca de macarra aparatosa, y los temas seleccionados suenan genéricos y similares. Pecata minuta en una fiesta de semejantes proporciones.
Los problemas de una película como esta residen principalmente en contar con decenas de productores y un único autor detrás de una película a la que llega con su director de fotografía habitual, Sam McCurdy, al que los jefes despiden marcando territorio a un ingobernable. Por cierto, el tándem Marshall/McCurdy es el artífice del episodio titulado 'Blackwater' de la serie esa que os mola tanto, 'Juego de Tronos'.
El reparto se lo pasa en grande sin pensar demasiado en lo que había antes. Tal vez por eso la mejor forma de zanjar el asunto sea arrancar en Tijuana a base de las peleas características de allá. Con Rosalía de fondo, por cierto. David Harbour avinagra el carácter de un Hellboy que también tiene aspecto de tener peor olor corporal, algo indispensable en el personaje. Milla Jovovich, Ian McShane, Daniel Dae Kim y Sasha Lane dan todo lo que tienen, reservándose el as en la manga del personaje de Thomas Haden Church, robaescenas oficial de la película.
El destino ha sido cruel y el batacazo será histórico, pero en unos meses estará en las estanterías de los aficionados al cine de culto sin complejos junto a otras maravillas incomprendidas como 'Dredd', 'The Green Hornet' o 'El llanero solitario'. Es una lástima que estemos a punto de perder este tipo de cine, más o menos libre, en favor de las películas diseñadas al milímetro en los despachos. Disfrutemos de una peli así. Como diría Jordan Peele, "'Hellboy' is a horror movie". No tienes más que ver el espectacular estilo con el que deambula el folklore (ojo a la labor de Troy James) durante su entretenidísimo par de horas.
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