Netflix suele ser muy dura a la hora de decidir la renovación o la cancelación de sus series, por lo que fue toda una sorpresa cuando anunció una temporada 2 de 'Heartstopper', ya que los datos de audiencia de la primera no fueron precisamente buenos. A su favor tiene el entusiasmo que generó esta adaptación de los cómics de Alice Oseman a pequeña escala y que no parece ser muy cara de hacer.
Sin embargo, lo realmente importante una vez garantizada su continuidad era que la nueva entrega de 'Heartstopper' no desmereciera en nada a su predecesora. Es este 3 de agosto cuando la temporada 2 llega a Netflix, pero yo ya ha tenido la oportunidad de verla completa y es la confirmación de que estamos ante la mejor serie adolescente de la plataforma, superando incluso a 'Sex Education'.
Igual de buena o incluso mejor que la primra
Como era de esperar, estos ocho nuevos episodios de 'Heartstopper' mantienen el mismo estilo que la tanda anterior de capítulos -a fin de cuentas, Euros Lyn vuelve a encargarse de la dirección de todos ellos-, con esos pequeños recursos visuales para incidir en los sentimientos de sus personajes en momentos clave como una de sus grandes señas de identidad. Aquí tampoco hay cosas raras en lo narrativo como cuando el personaje de Jesse Plemons mataba a alguien en la temporada 2 de 'Friday Night Lights', fruto sin duda de que la propia Oseman tiene sus propios cómics como base para seguir expandiendo este universo.
De hecho, el gran peligro era acabar repitiéndose o estirar más de la cuenta algunas tramas, pero eso es algo que esquiva con maestría a la par que incide en la relación entre Nick (Kit Connor) y Charlie (Joe Locke) sin centrarse únicamente en la adorable pareja que forman. Aquí hay espacio para los problemas particulares de cada uno, pero es verdad que se dan más peso a los del primero, tanto en lo familiar -ese padre cuya ausencia tanto le ha marcado- como en otros ámbitos, ya que todavía prácticamente nadie sabe que es bisexual.
Todo ello ayuda a dar algo más de vigor dramático a una serie que, eso sí, sigue potenciando lo entrañable por encima de todo. No me cabe duda de que seguirán surgiendo ciertas críticas por la falta de realismo, pero es que 'Heartstopper' busca lo bonito y cercano por encima de todo, al igual que otra infinidad de películas y series lo hicieron con anterioridad. Ahí lo realmente decisivo es que uno conecte o no con el tono elegido para contar la historia de Nick y Charlie, porque a la hora de la verdad todo fluye con esa naturalidad idílica que cualquier pasa por alto cuando se da el requisito que apuntaba.
No obstante, 'Heartstopper' quiere ser algo más que la serie de Nick y Charlie, aunque ellos sean los grandes protagonistas sin discusión posible. Por ello, el despertar emocional de otros personajes también gana presencia en esta segunda temporada, incluyendo hasta un romance heterosexual bien desarrollado y que funciona perfectamente de modo individual en lugar de caer en el error que habría sido utilizarlo como simple contraste.
Sí es verdad que hay ciertos detalles que pueden chirriar un poco como que parezca que los únicos profesores de ese colegio con algún tipo de presencia sean todos homosexuales, pero es algo que se integra en la propia evolución de la trama central en lugar de ser simples adornos en busca de una mayor diversidad. Pero que nadie se engañe, 'Heartstopper' es una serie en la que ese punto resulta esencial e incluso hay un personaje que es una extensión clara de la propia condición sexual de la autora del cómic.
Habrá espectadores para los que esa fuerte carga representativa de 'Heartstopper' sea una obstáculo para tan siquiera valorar la oportunidad de darle una oportunidad, pero es que estamos ante una serie en la que prima la ternura y la comprensión. El mensaje real que se transmite aquí de forma puntual -pienso sobre todo en algunas apariciones de antiguos amigos de Nick- es que simplemente no odies lo que desconoces y deja que cada uno sea como es, que tampoco te van obligar a nada ni a caer en tonterías como eso que dicen algunos de querer destruir el modelo tradicional de familia. La cuestión es que simplemente ese no es el único que existe.
Al final, 'Heartstopper' no deja de ser la historia de un primer amor, los diferentes obstáculos que van superando sus dos protagonistas y cómo se refleja eso en imágenes de una forma sencilla y accesible. A eso unes el hecho de episodios con una duración ajustada, un buen ritmo y lo bien que se manejan los pequeños dramas aquí y allá para cumplir su función pero sin saturar y lo que te queda es una segunda temporada a la altura de la primera. Y tampoco era fácil, que una cosa es descubrir el amor y otra muy distinta mostrar su evolución.
No me olvido tampoco de que aquí se deja respirar un poco más al resto de integrantes del grupo de amigos de Charlie o lo efectivo que resulta todo lo relacionado con Ben cuando sobre el papel era un personaje que ya parecía totalmente amortizado. Quizá la serie no llegue a alcanzar excelencia -¿pero cuántas lo consiguen?- y sea ligeramente ingenua, pero es que poco importa eso cuando todo lo demás lo haces bien.
La otra buena noticia además de que la temporada 2 sea estupenda es que Netflix ya renovó 'Heartstopper' por una tercera entrega, por lo que en esta ocasión sus fans no deberían sufrir sobre su futuro. Y digo no deberían en vez de deben porque la plataforma ya se ha echado atrás hasta en seis ocasiones con series que había renovado con anterioridad...
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