‘Hazme reír (Funny People)’ se estrena el 4 de septiembre y dura 146 minutos. En un principio, una larga duración no tiene por qué significar que haya un problema en la película, pero en este caso es así. Sabíamos ya que a Judd Apatow se le escapan las duraciones de las manos y que no es capaz de concretar y centrarse en una historia. Aquí le ocurre más que nunca. Esta película, tan personal y sentida, narra demasiadas cosas, pero no a modo de comedia coral, sino mostrando una dispersión tal que parecen dos películas juntas intercaladas, a las que se suman muchos otros argumentos, apuntados, pero no tratados más a fondo porque aún habría hecho falta más tiempo.
George, un cómico muy famoso, interpretado por Adam Sandler y casi alter-ego del actor, descubre que tiene un extraño caso de leucemia. Como no le quedan ánimos para escribir sus propios chistes, contrata a Ira (Seth Rogen), un aspirante a monologuista, que lo admira mucho, y ambos se convierten en inseparables. Ira le dice que tiene que hablar con su familia sobre la enfermedad, así que George llama a una antigua novia.
Todo lo que atañe al cómico y a su asistente personal, a los monólogos, a los compañeros de piso del asistente (Jonah Hill y Jason Schwartzman), a los demás famosos que aparecen porque son amigos del protagonista… está muy logrado y es a veces divertido y otras veces profundo e interesante. Está rodado con elegancia y montado con un ritmo tranquilo, pero adecuado. En esta parte de la película, Apatow consigue un tono tragicómico muy equilibrado, y un gran realismo.
Por el contrario, cada vez que está en pantalla Leslie Mann, en el papel de la antigua novia del protagonista, la película desciende a los infiernos, el tono se pierde, el estilo de comedia se convierte en chusco y exagerado y las escenas se hacen pesadas y carentes de interés.
Así, la cuestión de la duración no presenta sólo la necesidad de eliminar alguna escena superflua o de dar más agilidad al montaje, sino que plantea una elección difícil: si para una versión más breve se quedasen con lo que aparenta ser una trama de película, que tiene una estructura clásica y una progresión, es decir, con lo de la antigua novia; el resultado sería aún peor que esta tortura de dos horas y veinte, porque se eliminaría todo lo gracioso, como la escena con el doctor sueco o el cameo de Eminem. Si se quedasen únicamente con la amistad entre los dos cómicos, los escenarios de monólogos y la vida del artista… el film parecería menos profundo y más carente de mensaje central o de una estructura canónica, pero sería superior.
Las interpretaciones de los actores se dividen por completo, al igual que el resto de la cinta. En la parte que atañe a los cómicos, los actores están muy divertidos y, al mismo tiempo, encarnan bien los retratos de personajes que se hacen de ellos en guión. Ciñéndose mucho a lo que probablemente son en la vida real, dan un paso más y nos muestran mucha autenticidad. Sandler se ríe de sí mismo y de las películas que ha estado haciendo toda la vida.
En la parte de la antigua novia, las interpretaciones son histriónicas y pasadas de vueltas. Leslie Mann –la mujer de Judd Apatow en la vida real— está tan insoportable, que resulta difícil saber si es así por exigencias del guión o si ha traslucido su auténtica personalidad. Eric Bana también está sobreactuado y resulta absurdo. De esta familia, sólo las niñas –hijas de Mann y Apatow— muestran alguna simpatía.
Con todo ello, es muy difícil poner estrellas a un film que, durante unos momentos me ha parecido genial y durante otros, insufrible. Se podría hacer una media, pero eso no haría justicia al resultado general del film, ya que una película debe ser una unidad, no un conjunto de cosas asiladas, por lo que, si una parte estropea la otra, habrá que repercutirlo en la calificación. ‘Hazme reír’ tiene algunas ideas muy buenas, algunas escenas excelentes, algunos personajes carismáticos, pero como conjunto no funciona.
Mi puntuación: