Una de las afirmaciones más interesantes que suelen verterse sobre el proceso de creación de un largometraje, es que este tiene tres escrituras distintas; siendo la primera de ellas la redacción de su guión, conformando el rodaje la segunda, y atribuyéndose la tercera al montador y su equipo, quienes, en la sala de edición, dotan a la historia de nuevas perspectivas y estructuras.
Dentro de la infinidad de herramientas existentes para dar forma a un filme desde el montaje, podríamos destacar la, en ocasiones presente desde las primeras fases de creación de la obra, técnica de las narraciónes fragmentadas o no-lineales; recursos utilizados de las más diversas formas por grandes maestros del medio como Orson Welles en su 'Ciudadano Kane', Akira Kurosawa en 'Rashomon' o Quentin Tarantino en la laureada 'Pulp Fiction'.
Es precisamente el clásico de culto protagonizado por John Travolta y Samuel L. Jackson la que podría identificarse como mayor fuente de inspiración de la soporífera cinta de animación china 'Have a Nice Day'; una producción que aplica el estilo pulp "tarantiniano" a sus personajes y al desarrollo de su trama criminal, extendiéndolo al uso de una estructura asincrónica que, queda confirmado, no tiene por qué sentarle bien a cualquier largometraje.
Resulta curioso cómo el empleo de una narrativa fragmentada, a priori dinamizadora del relato y capaz de intensificar el suspense, resulta un evidente palo en la rueda para 'Have a Nice Day'. Así, su clásica, sencilla y manida historia de traición y venganza con el mundo de la mafia como trasfondo, articulada en tan sólo una hora y cuarto de metraje, termina convirtiéndose en una experiencia dominada por la arritmia y el aburrimiento.
El interesante punto de vista múltiple con el que el realizador Liu Jian construye su segundo largometraje favorece la presentación y descripción de su nutrido surtido de protagónicos, dominados por la sordidez y un carácter grotesco esclavo de la voluntad referencial del filme. Por desgracia, las ventajas de haber tomado esta decisión quedan limitadas a lo descriptivo, cayendo el filme en una espiral interminable de elipsis, secuencias dilatadas hasta la extenuación y un caos que tan sólo resulta plenamente satisfactorio durante sus últimos minutos.
Es una verdadera lástima que el artificioso montaje de 'Have a Nice Day' tire por tierra sus estimables virtudes, centradas en su notable factura visual, que viste a la perfección el peculiar tono del filme —de lo más violento y con una amalgama de requiebros cómicos realmente apetecibles, casi absurdos—; y en una mirada crítica hacia la miseria moral que predomina en los tiempos de recesión económica. Lástima que la excitación frente a estos elementos termine derivando en el bostezo y, en casos extremos, la cabezada involuntaria.
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