En 1978, John Carpenter nos entregaba 'Halloween', una ejemplar, en su marco, película de terror protagonizada por un personaje misterioso, tenebroso, un asesino implacable, que respondía al nombre de Michael Myers. Se daba origen así a una serie de películas que iban decreciendo en calidad a una velocidad alarmante, hasta llegar muy pronto a subproductos soporíferos que seguían estrenándose sin pausa, como esa tontería de 'Halloween H20', que volvía a recuperar, de forma lamentable, a la estupenda Jamie Lee Curtis.
En 2007, aunque a España llegó el 4 de enero de 2008, Rob Zombie nos entrega otro título que nace de la obra de Carpenter, un huevo podrido que no se contenta sólo con repetir, plagiar, escenas de la original, sino que, para colmo, pretende ir más allá, aportando absurdamente el origen, o la explicación si se quiere, de ese mal que acuchillaba sin piedad, sin sentido. Y resulta que Zombie, en lugar de golpear, de reivindicarse, de poner toda la carne en el asador, se baja los pantalones y nos ofrece un pseudo-remake tan prescindible como una patada en la entrepierna. A 'Halloween: El Origen' le faltó estrenarse unos días antes para entrar en mi sagrada lista de lo peor de 2007.
No puede resultar más tópica y ridícula la parte de la película que nos muestra la infancia de Myers. Resulta que el chaval tiene el pelo largo, cara de mala hostia, disfruta torturando animalitos, su madre es stripper, su "padre" es un alcóholico malhablado, su hermana parece una vulgar guarrilla y, para colmo, en el colegio tiene la mala suerte de que dos chavales le putean un poco.
Todo eso, según Zombie, influye en que el feo chavalín (pobres padres reales cuando vean la película, no podrán dormir) decida que las personas están mejor muertas, por lo que se lanza a por el primer instrumento que tiene a mano y se dedica a matar a diestro y siniestro. Imagino que se quedó en el montaje la parte en la que obligaban a Myers a ver todas las noches la televisión, durante horas, una de las formas más rápidas de volver loco a alguien. Por cierto, resulta curioso que el niño no sólo decida matar sino también que eso le proporcione una fuerza sobrehumana. Cosas del desastroso guión, claro, escrito con la misma elegancia con la que el director ha rodado de nuevo el clásico moderno de Carpenter. No queda nada del encanto del otro film, salvo la careta, que sigue poniendo nervioso, y parte de la magnífica banda sonora.
Resulta curioso ese repetitivo enfoque a la pantalla de televisión en la que se nos muestran ciertos momentos del acartonado clásico de la ciencia ficción 'El Enigma de Otro Mundo' ('The Thing from Another World'). Como sabéis, ese film fue objeto de remake por parte de Carpenter, quien superó con su película al original en todos los aspectos. Zombie parece recordarnos esto como pidiendo disculpas, de tapadillo. De rodillas. Y no es para menos. Su nueva versión es un ataque a los sentidos; un bodrio que llega a resultar, por momentos, insoportable a la vista, con mareantes movimientos de cámara que no dejan ver nada. Ni siquiera nos da esa violencia extrema que cabía esperar llevando su firma este producto. No nos da nada, sólo nos castiga las retinas.
Ya podría haberse mantenido de pie y haber mandado a la mierda el original, aportando una película totalmente suya, salida directamente de sus tripas, en lugar de filmar con temor a no estar a la altura de la obra del maestro Carpenter. Quizá, como aventura mi mentor Abuín en su crítica, donde demuestra que hasta los más sabios se equivocan, las presiones de la productora han sido demasiado fuertes para el director. Me extraña, pero en todo caso no lo justifica. Seguro que en breve nos saldrá a la venta la versión super-violenta y extra-unrated de 'Halloween: El Origen', con una careta y un cuchillo para poder imitar al asesino en tus ratos libres.
En cuanto al reparto, destaca la presencia de Malcolm McDowell, que encarna al nuevo Doctor Loomis. McDowell, en pocas palabras, no se esfuerza más que si estuviera rodando un anuncio de una marca barata de alpiste. Sencillamente, su labor es mediocre, de serie B para abajo. Por supuesto, ayuda en esto que su personaje esté muy mal escrito, desarrollando un ridículo sentimiento de culpa por los crímenes que comete Myers. Tiene su momento de grandeza ya al final, con una perfomance digna de razzie directo, sin nominación ni nada. Hablando de "grandeza", señalar que el bloque de masa que se esconde bajo la careta de este nuevo y mediocre Myers es el gigantesco Tyler Mane, que encarnó a Dientes de Sable en la trepidante 'X-Men' de Bryan Singer. El Myers de antes daba miedo por su aura diábolica, el de ahora porque es grande; ése es el cambio.
La joven Scout Taylor-Compton interpreta el papel que nos dejó grabado en la memoria Jamie Lee Curtis y, como no podría ser de otra forma, el resultado es mediocre. A modo anecdótico, señalar que el bellísimo Danny Trejo, la guapa Danielle Harris (que repite en esta saga para mostrar sus pechos) y el inquietante Brad Dourif (al que desgraciadamente vemos muy poco) participan muy brevemente en la película, en papeles que podría haber interpretado hasta el propio Mane (doblándole la voz, claro). Por último, destacar la presencia de Sheri Moon Zombie, la madre de Myers. La mujer es muy atractiva y pone varias caras de pena y desesperación; en definitiva, sabe llorar y mover el cuerpo. Con sólo eso, se queda como la mejor del reparto.
Quizá me adelanto un poco, queda mucho año por delante y mucho churro rancio por estrenarse, pero 'Halloween: El Origen' es hasta el momento una de las peores películas de 2008. Un pobre y decepcionante slasher para menores de edad que sigue la estela hollywoodiense de tratar de obtener beneficio económico en cualquier parte, aunque sea para contar algo tan absurdo como la niñez de un muñeco diábolico. Lo mejor de todo, volver a escuchar el tema compuesto por Carpenter. El resto, sencillamente, sobra.