Sin estrenos rompedores o altamente esperados, 'Hairspray' se presentó en nuestras carteleras el pasado 14 de septiembre como una interesante oferta cinematográfica. Primero, porque ya apenas se hacen musicales. ¿Cosas de otra época? La taquilla quita razón a ese argumento. Segundo, porque en su extenso y llamativo reparto encontramos a un John Travolta convertido en una mujer con sobrepeso. ¿Fiebre del donut salvaje? Lo cierto es que sólo por el número musical que protagonizan Christopher Walken y Travolta ya merece la pena pagar la entrada. No es el único que merece ser destacado, el del final es magnífico, quizá el mejor, pero lo raro que resulta ver a esos dos interpretando a una pareja que canta y baila para recordar el amor que sienten el uno por el otro es... para verlo.
'Hairspray' gira en torno a Tracy Turnblad, una chica rellenita de Baltimore que tiene solamente una pasión: bailar. Su sueño es aparecer en la televisión, en El Show de Corny Collins, el programa de baile más famoso de la ciudad. Aunque es rechazada por su figura, alejada de los cánones establecidos por la cadena, Tracy no se dará por vencida, arrastrando en su camino a su sobreprotectora madre, Edna, que lleva años sin salir de casa porque ha ganado demasiados kilos. Las reivindicaciones de la población negra se cruzarán también en el destino de Tracy, que se siente más cercana a cómo bailan ellos que los blancos.
Si hay algo que destaca en muchos musicales es que no sólo te permiten desconectar totalmente de lo que te afecta en "la vida real", haciéndote pasar un rato estupendo, sino que logran, independientemente de lo hábil que seas moviendo los pies, que quieras levantarte de la butaca para unirte a los personajes de la gran pantalla, esos que se están dejando la piel y la garganta para tu deleite. 'Hairspray' consigue eso en más de una ocasión. Claro, juega en terreno sólido, con una base compuesta por armas sencillas. Pero nadie puede negar que son del todo efectivas. No es una gran película, ni mucho menos, principalmente porque Adam Shankman no es un gran director de cine; y las coreografía es muy buena pero lejos de ser brillante. La película se hace un pelín larga (y sólo son 107 minutos) y resulta un poco torpe cuando quiere ponerse seria. Pero ojo, la historia transmite alegría, los números musicales son muy vistosos, y como dije pasas un rato más que entretenido; no hay que despreciar nada de esto.
La película trata sobre todo de la integración; sea cómo seas, nadie debe dejarte de lado, todos debemos respetarnos y permanecer juntos. Dos frentes principales: las mujeres con sobrepeso y los negros. A las primeras se les dice que deben dejarse de tanto complejo y salir a comerse el mundo, siendo como son, estando orgullosas de sí mismas. A los segundos, como grupo, no hay que decirles nada, pero se les apoya fuertemente, pues la película está ambientada en un momento en el que había una insultante diferencia entre blancos y negros (vaya, ¿he dicho había?). Ésa era la base de la 'Hairspray' de 1988 que dirigió John Waters, de la que ahora vemos una nueva versión. Por cierto, Waters aparece haciendo un brevísimo y simpático cameo durante el primer número musical de esta nueva versión.
El reparto del film es otra razón para ir a verlo. Es de aúpa. Y lo bueno es que todos están estupendos en sus respectivos papeles, aunque, como es obvio, algunos apenas tengan el mismo tiempo para lucirse que otros. Por ejemplo, James Marsden, conocido por ser Cíclope en la saga 'X-Men', está fantástico pero su participación es bastante limitada; lo mismo le pasa a Christopher Walken, que, salvando la memorable secuencia comentada arriba, se limita a pasearse simpáticamente por el escenario. Destacan especialmente John Travolta, por lo ya dicho, Michelle Pfeiffer, en un divertido papel de mala malísima, Zac Efron, Queen Latifah y, por encima de todos, la encantadora Nicole Blonsky, que se come la pantalla. Es increíble lo de esta chica, de verdad, se merece una nominación al Oscar. Si lo ganó Jennifer Hudson, ¿por qué no ella?
'Hairspray' no merece entrar en una lista tan selecta como la que hizo Red Stovall hace poco; donde podía faltar algún título pero los que estaban no eran para nada discutibles y ya se sabe que no caben todas. Donde sí caben todas, todos, es en el espectáculo musical de 'Hairspray', un alegre canto a la integración donde los haya. Tal como está la cartelera, este título es un soplo de aire fresco muy recomendable.
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