'La habitación de al lado' es notable pero no está al nivel de las mejores películas de Pedro Almodóvar. Tilda Swinton y Julianne Moore brillan en esta medida reflexión sobre la muerte

Sus dos protagonistas son lo mejor del primer largometraje en inglés de Almodóvar

La muerte es inevitable. Algunos se obsesionan tanto con ella que se olvidan de vivir, mientras que otros procuran pensar en ella lo menos posible. Da igual, el destino va a ser el mismo para todos, tanto si eres la persona más rica del mundo como si ni siquiera tienes el dinero suficiente para alimentarte. Y, claro está, según pasan los años, su inevitable cercanía lleva a que sea inevitable acordarse de ella.

No es que la muerte haya sido un tema precisamente ausente en el cine de Almodóvar, pero 'La habitación de al lado' es su película más marcada por ella. También coincide que es su primer largometraje en inglés, por lo que las expectativas eran inusualmente altas con ella. Una vez vista, creo que se trata de una propuesta muy estimable, en especial por el trabajo de sus dos protagonistas, pero también que no está a la altura de sus mejores trabajos.

El resurgir de una amistad perdida

A nadie debería sorprenderle a estar alturas que Almodóvar opte abiertamente por la senda del melodrama para contar una historia como la de 'La habitación de al lado'. A fin de cuentas, la idea de explorar de otra forma algo tan fuertemente vinculado al tema de la eutanasia resultaría chocante, lo cual no quita para que aquí no se opte por un dramatismo demasiado invasivo, prefiriéndose dar más importancia a los pequeños detalles alrededor de una decisión irreversible.

Quizá por ello prácticamente toda la película gire alrededor de una amistad que parecía perdida y que resurge en un entorno muy particular. Ahí podría haberse dando mucha presencia a la pena como motivante para el personaje de Julianne Moore, pero todo resulta mucho más genuino, sintiéndose como dos personas recuperando la relación donde se había quedado muchos años atrás.

Eso también lleva a que el protagonismo de Moore y Tilda Swinton sea absoluto y que los pequeños desvíos de atención resulten inferiores, en especial cuando nos muestra un evento del pasado en el que Almodóvar se deleita en exceso en todos los aspectos, tanto por la búsqueda de un acabado formal, mucho más peliculero y con el toque melodramático llevado al extremo,, como por el contenido del mismo. Soy consciente de la necesidad narrativa del mismo, pero es algo que no termina de encajar y que puede llegar a sacar de la historia principal a más de un espectador.

Sin embargo, todo fluye de maravilla cuando Almodóvar se centra en la relación entre los personajes de Swinton y Moore, ofreciendo además una dinámica entre ambas diferente a lo esperable. Aquí quien el personaje inseguro no es quien va a morir, sino quien ejerce como acompañante durante sus últimos días en el mundo. Con todo, 'La habitación de al lado' mide muy bien este punto para que en ningún momento salte por los aires la credibilidad de que se preste a algo así.

Para ello, las charlas entre ambas vertebran la película, donde es cierto que se nota un cierto espíritu literario a la hora de plantear los diálogos. Obviamente, ambas son personas muy versadas en el uso de la palabra, lo que justifica sacrificar parcialmente la naturalidad para indagar en cómo están afrontando ambas una situación tan anómala.

Ahí es cierto que hay espacio para pequeñas fugas quizá no cómicas, pero sí que añaden una pequeña capa de ligereza a lo que no deja de ser la crónica de una muerte anunciada. Pienso en ese regreso inesperado a Nueva York cuando ya parecía que todo estaba condenado a transcurrir en una casa alejada del mundanal ruido que añade un inesperado toque de cotidianeidad al relato.

Ese cambio de escenario para saltar de España a Estados Unidos es algo que Almodóvar asume con precisión, ya que 'La habitación de al lado' se siente como una historia americana, pero sin que eso suponga traición sus rasgos de estilo. Apostando aquí por una dirección bastante austera, su personalidad está siempre presente, desde el uso de los colores hasta algunos decisiones de puesta en escena, como ese momento en el que pone a sus dos protagonistas frente a frente en plano pese a que una de ellas se encuentra recostada en una cama.

Sin embargo, Almodóvar nunca opta por recalcar en exceso su presencia tras las cámaras, dejando que sean Moore y Swinton quien lleven la película con él aportando su mirada. Y ahí 'La habitación de al lado' brilla, porque ambas entienden tan bien a sus personajes que disipan cualquier pega que uno pueda ponerle a cualquiera de sus reacciones, abordando además sus interpretaciones desde la misma sencillez que Almodóvar usa en la puesta en escena para que sus trabajos se sientan como un todo y no como la preparación para algún gran momento dramático.

De hecho, Almodóvar parece querer rehuirlos -incluso cuando parece que va a darnos uno es para dar marcha atrás de forma casi instantánea-, pero luego toma una decisión un tanto cuestionable en el tramo final de la película con la que busca un simbolismo bastante obvio y que a mi juicio resta más que suma al resultado final. Con todo, una propuesta notable, pero también uno o varios escalones por debajo de sus títulos más logrados -por ejemplo sí que supera a 'Madres paralelas', pero en cambio se queda lejos de 'Dolor y gloria'-.

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