'El Grinch' es una divertida aventura navideña que no necesita humor negro para adultos

'El Grinch' es una divertida aventura navideña que no necesita humor negro para adultos

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'El Grinch' es una divertida aventura navideña que no necesita humor negro para adultos

Casi veinte años después de que Ron Howard y Jim Carrey estuvieran a punto de hundir para siempre la reputación del aceitunado personaje (a pesar de seguir siendo la adaptación de Dr. Seuss que más dinero ha recaudado en USA), el estudio de los Minions llega para colocar las cosas en su sitio.

Verde que te quiero verde

Como decía al comienzo, el estudio de los últimos éxitos de animación que no son de Disney se embolsó casi la totalidad de su presupuesto durante el primer fin de semana en las salas norteamericanas. No era una apuesta sencilla, no se trata de un triunfo seguro, pero el público ha acudido en masa a los cines. Y es que el Dr. Seuss tiene tirón.

Ciñéndose al relato original, ése que Howard modificó para dar mayor protagonismo a la niña de la historia, Yarrow Cheney (un tipo que ya conocía el universo del autor y en la animación del estudio) y Scott Mosier (un tipo mucho más ordinario, no en vano es el productor habitual de Kevin Smith) ofrecen un simpático y fugaz cuento de navidad que hará las delicias de grandes y, sobre todo, los más pequeños. Para los mayores ya tenemos otras versiones.

Alejado de Villa Quién, en lo alto de la montaña, vive el Grinch, un hater de mucho cuidado que comparte cueva con su adorable perro, Max. Ya sabéis lo que pasa en esa cueva: desastres, mucha investigación y desarrollo y soledad. Demasiada soledad. Claro que el señor Grinch tiene un corazón dos tallas más pequeño que el resto de los mortales. Pero claro, este nuevo grinch es muy abrazable.

Elemental, querido Grinch

No hay que tener un cerebro fuera de lo común para saber que Jim Carrey es un tesoro del cine y un cómico y actor al que echaremos de menos que nunca encontró un sustituto natural ni mucho menos el favor de la crítica. Afortunadamente para 'El Grinch' versión 2018, el personaje principal tiene muchas más tablas y respeto: Benedict Cumberbatch, además, tiene esa dicción y mala flema británica que encaja con el personaje como guante. De terciopelo.

Que el presupuesto sea casi la mitad del que tuvo la versión del año 2000 no significa que estemos hablando de un título lleno de nombres menores. Pharrell Williams se encarga de la narración y Rashida Jones o Kenan Thompson de un par de voces importantes. Hablando de voces, Angela Lansbury también aporta su granito de arena en la versión original.

La música de Danny Elfman es otro de los puntos fuertes de una película que se aleja precipitadamente del público adulto, y teniendo en cuenta que uno de los guionistas es alguien que se ha paseado por los platós de 'Howard... un nuevo héroe', 'Muñeco diabólico' o 'La loca historia de las galaxias', en ese sentido estaríamos hablando de una ligera decepción.

Pero no hay mal que por bien no venga, y lo que se ha perdido en mala leche para los adultos se lo lleva calentito el grinch más físico y con mejores movimientos que hayamos visto, haciendo justo lo que la física le impedía a su versión anterior: ser un dibujo animado. Una paradoja que solo termina de llenar de carisma una aventura navideña ideal para empezar las vacaciones. Cuando termine solo querrás abrazar a esa bola de pelo verde. Y a su perro. Y a su reno. Y a la cabra.

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