Con apenas un par de largometrajes, Osgood Perkins se había convertido en una marca interesante para muchos de los nuevos aficionados al horror. Dos títulos con altibajos como 'La enviada del mal' y 'Soy la bonita criatura que vive en esta casa', que popularizó Netflix, sirvieron de carta de presentación hasta la que es, por el momento, la gran obra de su filmografía, la muy notable 'Gretel y Hansel'.
Miedo al cuadrado
Con un guión del desconocido Rob Hayes, que retuerce y recrudece la popular historia de los Hermanos Grimm, 'Gretel y Hansel' sirve en bandeja el primer gran protagonista de Sophia Lillis, una de las grandes fuerzas jóvenes del Hollywood actual. Para ello, Perkins se refleja en espejos más cercanos al Alejandro Jodorowsky de 'La montaña sagrada' o al ambiente hiperrealista y hermosamente detallado que Robert Eggers plasmó en su extraordinaria primera película, 'La bruja'.
A la joven estrella de las dos películas de 'It' la acompaña el joven Samuel Leakey como su inseparable y soñador hermano Hansel. Pero no solo son ellos los que elevan el horror al cuadrado: el cineasta y su director de fotografía, Galo Olivares, filman en un sorprendente 1.55 digital lleno de luz oscura que sienta como un guante a la fábula de horror que ofrece el relato. La veterana en el género Alice Krige compone una excelente bruja tradicional, mientras que la poderosa Jessica De Gouw hace lo propio cuando toca. El cazador de Charles Babalola aparece de pasada en uno de los momentos más espectaculares de la película.
Alejándose con bravura del empalagoso y ya desgastado cuento, Perkins también evita recurrir a cualquier golpe de humor que aligere su propuesta, que para eso está la estupenda y muy disfrutable película de Tommy Wirkola con Jeremy Renner y Gemma Arterton del año 2013. 'Gretel y Hansel', en su versión 2020, protagonizan un oscuro cuento de hadas que en sus mejores momentos asegura congelar tu sangre.
Para todos los paladares
Otro punto a favor de la película de Oz Perkins es que, sin necesidad de ser calificada para mayores de 17 años o llevar una gran R en su clasificación, logra crear ambiente y resultar verdaderamente aterradora. Y todo eso, además, a través de un imaginario clásico, de otra era, sin necesidad de subir el volumen al 11 para asustar al personal. Aunque de eso también haya, porque es el peaje que toda cinta de horror actual debe pagar.
'Gretel y Hansel' es la mejor película de Oz Perkins, un director que necesita dos formatos para demostrar su inquietud de ideas. El prólogo, bonito, abusa de la voz en off por mucho que nos estén contando un cuento. Prácticamente desde el primer momento nos recuerda que Jodorowsky componía de fábula (je) y tardará un rato en demostrar personalidad, pero todo llega a tiempo.
Por desgracia, era del todo imposible que la película aguantase la avalancha de ideas y pasajes de su primera mitad, y llega totalmente agotada a su desenlace.
A pesar de ese lastre, en conjunto termina por pesar más lo bueno que lo menos bueno, y a con toda certeza puedo asegurar que alguno de los momentos más bellos del año de terror que tenemos por delante están aquí. Con la que estaba cayendo, una sorpresa más que recomendable que apenas sobrepasa los ochenta minutos de duración. Una pequeña obra artesanal en un mundo dominado por la fabricación industrial de miedos. Hace justicia al título.
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