Takeshi Kitano está destrozado. No lo digo (sólo) yo, lo dice el propio actor/director en su nueva película, 'Kantoku Banzai!' o 'Glory to the Filmmaker!', título con el que se proyectó en la pasada edición del festival de cine internacional de Sitges. Nos lo reconoce, además, de dos formas, una indirecta, con este producto, al que no hay por dónde cogerlo, y con una línea de guión al final de la película, terminando con una especie de chequeo con el que el propio Kitano se analiza a sí mismo. Eso se supone que es esta cosa, un análisis de las propias posibilidades del cineasta para seguir produciendo. Y el resultado no puede ser más desastroso. O es eso justo lo que nos quiere decir Kitano, que está harto de hacer cine, o sencillamente, se le ha ido la cabeza.
En 'Glory to the Filmmaker!' ('Kantoku · Banzai!', 2007) asistimos a los intentos de Takeshi Kitano por ofrecer una nueva película a su público, tras rechazar volver al cine que le hizo popular (el de yakuzas). Sin saber qué rumbo tomar, decide embarcarse en todo tipo de géneros, desde un drama al estilo de Yasujiro Ozu a una de ninjas o una de terror; cualquier cosa vale. Finalmente, decide contar una historia de dos mujeres que no tienen dinero y que buscan dar un golpe casándose con alguien importante.
Tenía muchas esperanzas en el siguiente trabajo de Takeshi Kitano, tras la desastrosa y soporífera 'Takeshis´'. De un director que me ha proporcionado tantas horas de buen cine, esperaba una recuperación. Pero Kitano ofrece lo mismo que en aquella supuesta mirada al interior de su propia condición como artista; bueno, lo mismo no, aún retuerce más el producto, llegando a niveles sorprendentes. Kitano se empezó a destruir en 'Takeshis´' y lo acaba (espero) en 'Glory to the Filmmaker!', donde creo que llega a lo más bajo. Pretender divertir con escenas donde salta y cae en un cono (la imagen de arriba), parodiando la famosa escena de 'Matrix' donde Neo se agacha cuando le disparan (¡otra vez!) o colocando un muñeco que representa a Zidane para que dé cabezazos a dos yakuzas... Quizá haya querido volver al humor más absurdo, a los orígenes, a su castillo (ya sabéis, 'Humor Amarillo'), a 'Getting Any', pero la jugada le ha salido fatal. Rellenar media película con gags sin sentido y sin orden, no es una solución, es un auténtico aburrimiento.
Así, tenemos media película donde Kitano se ríe de sí mismo y de su obra, y asistimos a un repetitivo esquema donde el director/actor, cargando con un muñeco que le representa (de nuevo dividido en dos, como en 'Takeshis´'), pretende hacer una película de cada género, para ver si alguna le sale bien y consigue el éxito. Ciertamente, la idea tiene su gracia y al principio, tras la tonta secuencia del chequeo al muñeco, uno no deja de sonreír e incluso de reír ante un buen número de situaciones, perfectas para representar el aburrimiento de un autor que cree que ya no tiene nada nuevo que ofrecer. En este sentido, lo mejor de la película, o lo más cómico, es cuando vemos la repetición de un film típico de Ozu. Realmente, uno comprende el fracaso que sería hacer algo así y la broma tiene mucha gracia. El resto, directamente, va en picado, casi desde ahí. La historia no tiene ningún sentido, vemos a dos mujeres que no quieren pagar por comer y de pronto estalla un combate de pressing catch. Todo lo demás es así, desde un tío que construye un robot a una clase artes marciales, pasando por una clase de sexualidad.
Parece que Takeshi Kitano está aburrido y lo paga con nosotros, aburriéndonos. Parece cansado de su nombre, de su figura, de lo que representa y de que se espere algo brillante, por lo que nos da una patada donde más duele y nos ofrece otro film que provoca más bostezos y más desconcierto. No puede ser que este hombre haya perdido el juicio; sin duda, debe querer aprovecharse de su situación y reírse de todo el mundo, destrozando su prestigio para, supongo, volver a empezar a cero. Desde luego, un cero es una buena calificación para su último trabajo, por lo que, por mi parte, que empiece a resurgir ya mismo.
Del reparto, mejor ni hablar, no tiene sentido. Al parecer, la mayoría de los actores vienen de la televisión japonesa, lo cual explica bastante bien el interés de Kitano en ofrecer un cúmulo de chistes sin ningún nexo de unión entre sí, con el mero propósito de intentar hacer reír durante unos 100 minutos. Sin embargo, ya digo, salvo la coña hacia el cine de Ozu y alguna piedra envenenada hacia el propio Kitano, nada de lo que se ve en pantalla tiene la más mínima gracia; al revés, da pena.
'Glory to the Filmmaker!' continúa pues con la bajada a los infiernos del peor cine por parte de Takeshi Kitano, un cineasta al que deseamos que recupere la cordura y vuelva a ofrecer obras de calidad, como 'Dolls', 'El verano de Kikujiro' o 'Zatoichi'. Una mala película, a ratos insoportablemente estúpida.