En su momento fue una sorpresa para muchos que HBO por ‘De culo y cuesta abajo’, pero la serie protagonizada por Danny McBride acabó contando con cuatro temporadas que funcionaron bastante bien en la cadena. Poco después, los caminos del actor y la compañía volvieron a cruzarse en ‘Vice Principals’, una comedia negra de corta vida -se rodaron directamente las dos temporadas tuvo sin posibilidad de seguir adelante- en la que sobresalía la química entre McBride y Walton Goggins.
Ahora es el turno de la tercera colaboración entre ambos -aunque justo sería destacar también la importancia de Jody Hill y David Gordon Green en las dos anteriores- con ‘Los Gemstone’, una comedia que vuelve a hacer gala de los excesos característicos de McBride, pero mostrando también de una indiscutible madurez. Es cierto que no todos los momentos cómicos son divertidos, pero la serie hace gala de una energía singular que te mantiene en todo momento atento a lo que está por venir.
El sello que busca McBride
McBride ha incrementado su importancia en ‘Los Gemstone’ respecto a sus anteriores trabajos en HBO, ya que en esta ocasión él es el creador en solitario y ha optado por dejar su sello de forma total en la serie al encargarse también de escribir y dirigir el primer episodio -que además tiene duración doble-. Una apuesta decidida por sí mismo que delata que tenía las ideas muy claras en qué y cómo quería contarlo, por lo que se permite dedicar mucha más atención a los personajes que a la propia historia en esa primera toma de contacto con esta peculiar familia de televangelistas.
De hecho, ese primer episodio hace especial hincapié en la naturaleza corrompida del personaje interpretado por McBride -tranquilos que el resto también tienen todos lo suyo- a través de un chantaje que servirá como hilo conductor a una de las tramas principales de esta temporada. Este capítulo sirve más a modo de presentación que de cualquier otra cosa, pero McBride tampoco quiere saturarnos con demasiada información, por lo que algunos personajes irán encontrando su razón de ser más adelante o simplemente apareciendo por primera vez.
Eso sí, ya aquí va exhibiendo uno de los rasgos más marcados en ‘Los Germstone’: el humor con toques oscuros. Es como si fruto de esa creciente madurez que van asumiendo sobre el papel los diferentes personajes que ha ido interpretando en series surgiese una forma de ser más rastrera, manteniendo esos excesos pero domándolos para no perder esa imagen de respetabilidad no ya solamente de cara a los desconocidos, sino incluso de cara a su esposa.
Del efectivo cliffhanger a la variedad de tramas
Otro aspecto que se mantendrá en próximos episodios es el buen hacer que demuestra McBride para la utilización de los cliffhanger, una buena forma para recuperar el interés del público en caso de que no hayas podido conectar del todo con la serie. Todos además tienden a formar parte de la misma trama, lo que remarca su componente episódico al cerrarlos por todo lo alto y creando la necesidad de ver el siguiente episodio lo antes posible.
No obstante, ‘Los Gemstone’ tiene muchas más cartas que jugar, tanto por la pericia de McBride para idear una familia con intereses enfrentados entre sí y con otros personajes que van desfilando. Esa tensión, en la que no se suele incidir más de la cuenta -a veces parece que más por las posibilidades cómicas derivadas de la misma-, sí que va plantando semillas encaminadas a un gran colofón final.
Ahí la presencia de un impecable John Goodman y la aparición tras varios episodios de un divertido Goggins resultan esenciales. Y es que McBride incluso dedica un episodio a la rivalidad entre ambos para que entendamos mejor su compleja relación actual. Condenados a entenderse y destinados a enfrentarse, es un trama que podría haber desbarrado con mucha facilidad pero que ‘Los Gemstone’ ha mantenido hasta ahora bajo férreo control.
En paralelo surgen otras rivalidades, pequeños pero afortunados detalles para describir personajes -el genial detalle de las monedas de uno de los compinches de McBride- y una progresión lógica de la historia. McBride nunca se para a deleitarse en los excesos cómicos o la decadencia moral de sus personajes, pero sí que sabe utilizarlos y aprovecharse de ellos para terminar de dar forma a la serie.
A falta de ver cómo acaba la primera temporada -he visto seis de los ocho episodios en los que está dividida-, ‘Los Gemstone’ es la colaboración entre HBO y McBride que más he disfrutado hasta la fecha. Quizá le faltan esos instantes de genialidad que sí había en ‘De culo cuesta abajo’ y ‘Vice Principals’, pero lo compensa con creces con una propuesta mucho más equilibrada en la que nada está fuera de lugar y todo aporta.
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