Han pasado diez años, pero 'Shrek' ha seguido más que viva gracias a Internet y la fábrica de memes, primero irónicos, después post-irónicos y después dadás de las diferentes generaciones. Lo cierto es que, cuando 'El gato con botas' se estrenó, allá por 2011, la saga ya estaba dando claros síntomas de decaimiento, pero después de ser adorada por las redes sociales, han decidido volver... por la puerta de atrás. Y eso no es necesariamente malo.
Entrando a gatas
Reconozco que no daba un duro por una nueva película de 'El gato con botas'. Creía que, puestos a volver, podían hacerlo directamente con 'Shrek 5' o con un personaje nuevo: nada podía salir bien en la secuela tardía de un spin-off que, encima, fue la película menos taquillera de la franquicia. Y, sin embargo, en 'El gato con botas: el último deseo', al no tener la responsabilidad de tener que volver a la saga principal, se han soltado el pelo con una animación divertidísima, un montón de secundarios interesantes e hilarantes y una resolución emocional a la altura.
'Spider-man: un nuevo universo' cambió el cine de animación en 3D tal y como lo conocemos, y los resultados los estamos empezando a ver ahora. De repente, todos los estudios quisieron su propia película con planos locos, diferentes estilos de animación y que se notase diferente al resto. En esta nueva película del héroe gatuno los giros de cámara imposibles, los gags de dos segundos e incluso las escenas de acción donde el personaje se mueve a menos frames por segundo aún son sorprendentes, pero no quedará mucho hasta que sean simple rutina.
Pero lo mejor de 'El gato con botas: el último deseo' es que no es solo una sucesión de gags, sino que muestra una complejidad en el personaje inédita hasta ahora, tanto en lo referente a él mismo como a su relación con los que le rodean. El héroe favorito de todos está viviendo su última vida, y la gama emocional que vive es mucho más profunda e interesante de lo que podríamos imaginar: pasa del miedo a la depresión, de la indecisión al egoísmo, de la negación a la ira. En esta película, por fin, Gato con Botas se ha convertido en un personaje tridimensional.
Secundarios purrrrfectos
El mundo de cuentos de hadas de 'Shrek' parece que no puede dar más de sí, pero han conseguido renovarlo gracias a ocho nuevos personajes. Lo sorprendente es que todos tienen interés, trama y parecen parte orgánica de este universo. Destaca con luz propia la Muerte, un diseño maravilloso de un lobo implacable que quiere acabar de una vez por todas con nuestro héroe, y que consigue ser amenazante de manera continua: la película es lo suficientemente inteligente como para no poner ningún chiste en sus escenas y exacerbar su importancia.
Estoy francamente sorprendido por el viaje emocional que la película consigue para personajes que podrían ser simples chistes andantes como Ricitos de Oro y los tres osos del crimen o Kitty y Perrito, los dos nuevos compañeros de Gato con Botas. Todos ellos tienen su propia identidad y no son simples comparsas de las aventuras del protagonista, lo que hace ganar riqueza a las tramas y a su viaje mostrando sus frustraciones, anhelos y tristezas ocultas.
Todo ello, por supuesto, bien rodeados de gags para todos los gustos. Destacan especialmente el hilarante montaje con las ocho muertes anteriores de Gato con Botas y esa casa repleta de mininos a la que el protagonista se ve abocado, pero lo cierto es que, más que una comedia, se trata de una película de aventuras a la antigua usanza, con tres equipos corriendo a por un mismo objetivo, al estilo de 'Ratas a la carrera' pero con magia, cuentos y dos gatos diestros con la espada que no paran de hablar.
Mi gato hace uy uy uy uy uy
Tristemente, he tenido que ver la película doblada al español (perdiéndonos las voces de Salma Hayek, John Mulaney y Florence Pugh), y eso incluye el inevitable cameo del famoso de turno para tener una excusa y llevar a Antonio Banderas acompañado a 'El Hormiguero'. En este caso es Rosario Flores la que hace de Mamá Luna, en un papel corto pero que se hace bola y en el que, por supuesto, canta "Ay ay ay ay, mi gato hace uy uy uy uy", porque para algo la has contratado.
Los aficionados al cine de animación no nos merecemos a Melendi en 'Cómo entrenar a tu dragón 3', a Lola Indigo en 'Space Jam: Nuevas Leyendas' o a Rosario Flores aquí. Por favor, parad, distribuidoras. 'El hormiguero' no es tan importante. A cambio tenemos a un Antonio Banderas perfectamente metido en un papel hecho a medida y en el que se nota que se lo está pasando en grande. Consigue hacer suyo el papel, incluso después de todos estos años. Enorme.
'El gato con botas: el último deseo' excede las expectativas que se puedan poner en ella. No es una película estupenda, pero la persecución continua funciona, los secundarios son al mismo tiempo hilarantes y sensibles, todos los personajes tienen diferentes dimensiones y logra tener un carisma propio que parecía casi imposible de conseguir una década después. Y una vez lanzado el globo sonda, veremos si esto significa el esperadísimo retorno del ogro verde o se mantendrá en el éter unos cuantos años más.
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