Jules Dassin fue perseguido por el senador McCarthy en la famosa caza de brujas que azotó el Hollywood en los años 40 y 50. Después de realizar sólidas obras de cine negro que además encerraban tajantes críticas al sistema, se vino a Europa a seguir haciendo cine dejando para el recuerdo títulos tan imprescindibles como 'Noche en la ciudad' o 'Rififí'. 'Fuerza bruta' pertenece a su etapa americana, y es el primer film en el que Dassin empezó a ponerse terriblemente serio y realista, lanzando dardos envenenados, algo que no debió de gustar a muchos de sus compatriotas.
'Fuerza bruta' ('Brute Force', 1947) está ambientada en una prisión en la que el jefe de los carceleros aplica una indeseable ley sobre los reos, a los que siempre que puede les hace la vida imposible a base de castigos y torturas (cuando no le da por inducirlos al suicidio). Un grupo de presos, hartos de las injusticias a las que son sometidos por tan odioso hombre, tramarán un plan para escaparse de la prisión.
Así pues y a primera vista 'Fuerza bruta' parece la típica película sobre cárceles en la que un grupo de presos idea un plan para fugarse, un subgénero que ha tenido mucha aceptación hace años, y que recientemente se puso de moda en televisión gracias a la memez de serie 'Prison break' (y que al igual que otras como 'Lost' o '24' no resisten un segundo visionado ni de coña). Pero Dassin con su cámara viperina va mucho más allá realizando una denuncia social bastante incómoda. No es una película de buenos y malos, aunque los hay, pero también están aquellos que están a ambos lados. Y a Dassin, con un guión del también polémico Richard Brooks, le da la vuelta a las cosas. Enseguida sentimos apego por los presos, salvo excepciones por supuesto, y enseguida estamos en contra de los guardianes, también con excepciones. Los primeros representan la lealtad, la integridad, el saber hacer las cosas por duras que sean y el no rendirse jamás. Los segundos representan la corrupción, el egoísmo, la crueldad, el asesinato, la maldad en suma. Evidentemente este cambio de roles hizo que muchos miraran con malos ojos a Dassin, mientras éste les asestaba un clarísimo puñetazo lleno de verdad.
Cada película es hija de su época, y 'Fuerza bruta' representa muy bien los tiempos que vivían en los USA y los que estaban a punto de vivir. De hecho la película parece una premonición de la mencionada caza de brujas, pero ambientada en una historia de fugas carcelarias, y en la que los soplones tiene un trato especial tanto si lo son como si no. Resulta curioso ver esta coincidencia argumental (o tal vez no) en 'Fuerza bruta' tres años antes de que Hollywood empezara a temblar por las acusaciones que tambalearon y pusieron en entredicho a todo un país. Pero dejando eso a un lado, la película es una excelente muestra de cine negro con instantes muy intensos sobre todo en su violenta parte final. Tal vez, argumentalmente hay que achacarle algunas soluciones un tanto facilonas, como el hecho de que todos los personajes sean conducidos al mismo interés personal (la fuga sí o sí), algunos de ellos bien explicado, y en otros casos, un tanto apresuradamente.
Dassin no se anda por las ramas, su cámara es enérgica, un bisturí que penetra en sus personajes de forma demoledora, y además se sirve de unas interpretaciones soberbias. Burt Lancaster con sus continuos cambios de humor pudiendo resultar tan amable como amenazador. Hume Cronyn, eterno secundario, que logra que odiemos su personaje con todos nuestro corazón. Charles Bickford, en un personaje quizá con demasiadas concesiones, pero impecablemente interpretado. Y aunque se trata de una película ambientada en un cárcel de hombre, en ella no faltan los personajes femeninos. Las por entonces famosas Yvonne De Carlo, Ann Blyth y Ella Raines dan vida a mujeres importantes en las vidas privadas de los presos. Y hasta en algún caso, para narrar hechos peores que estar encarcelado, pero que sirve para añorar la libertad fuera de las rejas, ese lugar anhelado por todo preso y en el que se está mejor, pase lo que pase por muy malo que sea, porque sencillamente ocurre "fuera".
'Fuerza bruta' fue editada recientemente en nuestro país por Suevia en su estupenda colección de "Clásicos de oro". Se trata de un film estupendo, en el que Dassin además de entretener se permite el lujo de hacernos pensar y estamparnos la cruda realidad en las narices, y todo ello en el interior de una cárcel, reflejo de una sociedad envenenada y condenada a la autodestrucción.