'Free Guy' es una de las muchas películas que vio retrasado su estreno como consecuencia de la pandemia de coronavirus. Prevista inicialmente para el 3 de julio de 2020, han sido necesarios hasta tres cambios de fecha hasta fijar definitivamente su lanzamiento para el próximo 18 de agosto. En Espinof ya hemos tenido la oportunidad de verla y ya os adelanto que se trata de un gran pasatiempo que sabe cómo sacar partido a su estimulante punto de partida que viene a ser un poco 'El show de Truman' dentro de un videojuego.
Sobre el papel, 'Free Guy' no deja de ser un vehículo para el lucimiento de Ryan Reynolds, quien llegó a firmar que no había estado tan involucrado en ninguna película suya desde 'Deadpool'. Eso sí, aquí no interpreta a un superhéroe deslenguado, sino a un personaje no jugador de videojuego que se ve envuelto en un viaje de descubrimiento personal y en una notable aventura con el objetivo de que el espectador se lo pase en grande.
Al servicio de Ryan Reynolds
A su manera, el arranque de 'Free Guy' sigue la tradición de los relatos con pez fuera del agua, ya que el personaje de Reynolds es un don nadie llamado a ser uno de los personajes de fondo en un videojuego que parece inspirado en la saga 'Grand Theft Auto'. Por ello, los elementos más vibrantes y vistosos suceden como parte del universo que él habita en lugar de ser el eje del relato durante su primera hora.
Es el carisma del actor lo que funcione como principal sostén durante una fase en la que hay que ir introduciendo al espectador en un universo original, ya que 'Free Guy' es una de esas raras ocasiones en las que Hollywood no tiene problemas en confiar un presupuesto multimillonario a un guion que no parte de ninguna propiedad intelectual previa. No obstante, el guion firmado por Matt Lieberman y Zak Penn no abusa de los diálogos expositivos, encontrando un equilibrio con la necesidad de hacer avanzar la historia a través de las acciones de sus protagonistas.
A partir de ahí, 'Free Guy' acierta con una mezcla dominada por la comedia y la acción pero en la que también hay cierto espacio para lo romántico. Obviamente, sus aspiraciones por esa vía no son muy elevadas, pero ayudan a dotar al resultado final de cierto componente emocional para que el relato nunca se desmadre demasiado y uno siempre tenga claro los motivos por los que quiere ver triunfar a Guy.
Sin embargo, la película es bastante más de la inestimable aportación de Reynolds, porque es cierto que es la gran estrella de la función, pero tanto Jodie Comer como Taika Waititi, Lil Rel Howery y Joe Keery aportan su granito de arena para dar más entidad al resultado final. Personalmente, disfruté especialmente con el jefe odioso interpretado por Watiti, ya que borda tanto el personaje que parece haber nacido para interpretarlo. Además, Keery ayuda a mantener la película en todo momento con los pies en el suelo, mientras que Comer vuelve a enamorarnos con un personaje en las antípodas de su Villanelle en 'Killing Eve' y Howery apunta ese puntito de inocencia cómica que tan bien le viene no perder a la película según pasan los minutos.
Muy efectiva
A todo eso hay que añadir un mundo propio, tanto el que transcurre dentro del videojuego como el que sucede en la vida real, con suficiente voz propia como para enganchar al espectador. La película es en todo momento vistosa, permitiéndose incluir a menudo detalles más o menos de fondo para dar más juego. Es cierto que todo eso va pasando más a primera línea a medida que pasan los minutos, pero no deja de ser una consecuencia natural del rol cada vez más activo del protagonista en la historia.
Esto es algo que también se extiende a los guiños que hay en la película, volviéndose cada vez más directos según pasan los minutos hasta alcanzar su punto álgido con ciertos momentos que no podrían recordarnos más que Disney es la propietaria de Fox, productora de 'Free Guy', desde hace ya unos años. Por suerte, no desentona dentro del ecosistema que había ido creando previamente un Shawn Levy que siempre tiene muy claro que la diversión es su principal objetivo.
Eso lleva a Levy a plantear los momentos más espectaculares con cierta sencillez en lugar de dejarse seducir por los fuegos de artificio con los que epatar visualmente al espectador. Sabe que la historia importa para conectar con el público, incluso aquellos momentos en los que pueda resultar más obvia o una mera etapa de paso para que todo llegue hacia el punto de destino deseado, y sabe mantener el control narrativo. Puede que a cambio no haya ninguna escena memorable en lo referente a su puesta en escena, pero siempre resulta funcional y aportar lo que requiere cada situación para mantenernos entretenidos.
Tampoco quiero que suene a modo de jarro de agua fría, pero tened siempre en cuenta que 'Free Guy' es un pasatiempo. Puede que maneje ideas que daban mucho más de sí, pero aquí lo importante no es profundizar en ellas, sino valerse de las mismas para ofrecer un espectáculo hasta cierto punto singular, y digo hasta cierto punto porque además de 'El show de Truman' también puede pasarse por tu cabeza títulos como 'La LEGO Película', '¡Rompe Ralph!' o 'Ready Player One'.
En resumidas cuentas
'Free Guy' no es una de esas películas que vaya a dejar un huella imborrable, pero sí es un gran entretenimiento que sabe cómo exprimir la ligereza que la define a todos los niveles para provocar risas y emoción en el espectador. Ryan Reynolds vuelve a hacer lo que mejor sabe, está bastante bien acompañado y como espectáculo es muy vistoso en todo momento. Un ejemplo de buen cine palomitero.
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