María Nuñéz, Tonecho Otero, Sara Solano, Alberto Guitián, Marta Paz, Aymará Ghiglione, Roge Fdez, María Ramírez y Ana Lema son los nombres propios de la gente encargada de hacer que funcione el <ahref="http://freakemacine.org/">Freakemacine, el festival sobre cine fantástico y de terror de A Coruña que este domingo culminaba con su quinta edición. Un festival, debemos decir, que no ha contado con una sola subvención y que ha sido posible gracias al patrocinio de entidades como el canal Syfy, Gadis, la fundación Luis Seoane o el Mac (Museo de arte contemporáneo). La ilusión, esfuerzo e incansable trabajo de las personas mencionadas ha hecho posible que muchos espectadores pudiesen disfrutar de cine gratuito y demás eventos logrando que cada año la cosa vaya a más.
Antes de pasar a hablar de la ceremonia de clausura, que prácticamente toda ella fue un homenaje a Antonio Blanco, quisiera expresar mi eterno agradecimiento a todos ellos por su amabilidad y atención conmigo. Ha sido una semana intensa, divertida, y he tenido la oportunidad de conocer a gente estupenda, como el productor y distribuidor Ferrán Herranz, con el que espero seguir encontrándome en un futuro para continuar divagando sobre lo artístico y lo comercial, siempre con sentido del humor. A él, y a todos los demás, un abrazo muy fuerte.
Y ahora, cambiemos de tercio.
Ganadores del concurso internacional de cortometrajes
17 cortometrajes compitieron este año por dos premios. El Percebe Mutante en Bronce fue a parar al trabajo australiano 'Cat Sick Blues', dirigido por Dave Jackson, y que se proyectaba por primera vez en España. Fue elegido por un jurado, que este año estaba formado por Carlos Aguilar (escritor), Ferrán Herranz (productor), Diego López (escritor y responsable de la sección Brigadoon en el festival de Sitges), José Manuel Sande (escritor e historiador cinematográfico) y Óscar Fernández (responsable de programación del canal Syfy), con los que lamento no coincidir en la elección, pues se trata de un corto extremadamente aburrido, por decirlo suavemente. Y a mí también me gustan los gatos.
El Percebe Mutante en resina sintética es entregado todos los años a un artista para que lo pinte con total libertad creativa. Este año le tocó al turno a David Rubín, animador y dibujante de cómics que dejó el trofeo tal y como lo veis en la primera imagen. Es el premio otorgado por el público, y fue a parar al trabajo patrio 'The Fist of Jesus', dirigido por Adrián Cardona y David Muñoz, una historia divertida que parodia la figura de Jesucristo dándole la vuelta a su relación con Judas y al tema de los milagros. Con tendencia al subrayado es bastante entretenido. A continuación os lo dejo entero.
También hubo dos menciones especiales por parte del jurado. Fueron a parar al trabajo español 'Elefante', dirigido por Pablo Larcuen, y al danés 'Space Stallions', dirigido por Arna Rut Diego, Agúst Freyr Kristinsson, Esben Jespersen, Jonatan Brüsch, Polina Bokhan, Thorvaldur Gunnarsso y Touraj Khosravi.
Tras la meteórica entrega de premios se pasó al homenaje a Antonio Blanco con la presentación y proyección de 'La matanza caníbal de los garrulos lisérgicos' (1993), una película que por estas tierras gallegas es un film de culto prácticamente intocable en algunos sectores. No es para tanto, de hecho es para muchísimo menos.
'La matanza caníbal de los garrulos lisérgicos'
Antes de la proyección —en la que se contó con la presencia de muchos de los actores de la película, entre ellos Manuel Manquiña— un entregado Juanillo Esteban hizo un breve resumen de lo que significó para ellos la realización de esta película, un caso que se adelantó al hoy de moda crowdfunding, puesto que como el tristemente desaparecido Antonio Blanco decía "fue posible gracias a que sableamos dinero a nuestros amigos". Por la módica cantidad de 1.500 de las desaparecidas pesetas, uno podía contribuir a la producción del film el cual, una vez terminado, le sería entregado en una copia vhs. Blanco llegó a reunir 300.000 ptas y juntando a un breve pero currante equipo de técnicos y actores rodó su sueño —una variante de 'La matanza de Texas' ('The Texas Chain Saw Massacre', Tobe Hooper, 1974) en la Galicia profunda— en tan sólo dos días.
Aunque personalmente recuerdo el caso, todo el mundo hablaba por aquel entonces de la película y de las condiciones para rodarla, nunca la había visto por diversas y variadas razones hasta este domingo en la ceremonia de clausurua del Freakemacine. Puedo entender que todos los allí asistentes, sobre todo los directamente involucrados, se sintiesen nostálgicos recordando una época en la que con ilusión, humor y alguna cosa más se lanzaron a la aventura, loca, de filmar una película gore con muy poco presupuesto y dentro de la casi nula cinematografía gallega. La idea de Blanco no deja de tener su atractivo, su arrojo, una variante del film de Hooper en plan cutre y por supuesto en tono de comedia, nada de terror. Pero lamentablemente ni las intenciones cuentan, ni lo bien que se lo hayan podido pasar en el rodaje, se juzgan los resultados, y en este caso los resultados son desastrosos, de vergüenza ajena.
El argumento de 'La matanza caníbal de los garrulos lisérgicos' es mínimo por no decir inexistente. Un grupo de cuatro jóvenes, dos chicos y dos chicas, viajando por las entrañas de Galicia se quedan sin gasolina y deciden pedir ayuda en una casa cercana en la que vive una muy extraña familia. A partir de ahí todo son diálogos malos, situaciones sin sentido y sangre, mucha sangre. Una orgía de violencia filmada sin el más mínimo sentido del ritmo, caótico montaje y ni un solo plano, repito, ni uno, con coherencia, en un film que se vuelve insoportable a los veinte minutos de comenzar, cuando ya ha descubierto sus previsibles cartas y todo camina por lugares demasiado trillados, con una molesta tendencia además de recordar continuamente al espectador que lo que está viendo es un homenaje al mítico film de terror, algo que pone en evidencia las carencias de Blanco para transmitirlo con el solo uso de la imagen.
Se podría decir que todos los actores están entregados, conscientes de que lo que están haciendo es un mal chiste y su única intención es divertirse. El problema surge cuando la indiscutible diversión que debió reinar durante el rodaje no queda patente en una sola secuencia del film y la complicidad del espectador aparece, en caso de hacerlo, debido al titánico esfuerzo del mismo. No fue mi caso y poco me faltó para abandonar la sala, algo que jamás he hecho en mi vida.
Ahora bien, como homenaje a la figura de Blanco nada que objetar. Una ceremonia muy amena, divertida, con muchos aplausos y el broche final con un concierto de Teté Delgado y los Ciclones, tres cuartos de hora de música a ritmo de rock, jazz, y blues y el simpático descaro de Delgado que animaba a los presentes a mover el esqueleto. Tampoco fue mi caso, no tengo fama de bailarín y mucho menos tras ver un bodrio.
En cualquier caso el Freakemacine 2013 fue inolvidable. Humor y terror cogidos de la mano para una de las apuestas culturales más importantes de la ciudad. Cogería un Delorean y viajaría sin problemas por las futuras ediciones. Estoy seguro de que darán que hablar.
Ha sido un verdadero placer.
Fotos | Beatriz Llovo y Seabastián Soto
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