De entre todas las producciones españolas de este año, algo parco en calidad en ese sentido, una de las más esperadas es sin duda la propuesta de Alejando Amenábar para Movistar+ después de 'Mientras dure la guerra'. 'La Fortuna', la serie de aventuras que se ha presentado en el Festival de San Sebastián previamente a su estreno el próximo jueves 30.
Basada en 'El tesoro del Cisne Negro', el imprescindible cómic de Paco Roca y Guillermo Corral, la serie de seis episodios nos lleva por una lucha en torno a un pecio encontrado por una empresa cazatesoros. Con todos los indicios apuntando a que se trata de los restos del naufragio de un barco español, un par de jóvenes se embarcan en la aventura de intentar recuperar el tesoro.
Alejandro Hernández ('El día de mañana') colabora con Amenábar en el guion de una serie que lo tenía todo para convertirse en una gran obra. Sin embargo, si bien no le falta tino en muchos aspectos, 'La Fortuna' se queda a las puertas de ser una de las grandes series de este año.
Asombrosa y aventurera
No me entendáis mal. Desde luego la serie es entretenida, asombrosa y con un espíritu de aventura que recoge el guante sin despeinarse del de la obra original. Además, saber bien estar en su sitio a la hora de apuntar, por ejemplo, al desdén por la cultura o los entresijos, intereses y vicios políticos que se interponen. Pero hay ciertos desequilibrios que lastran el resultado.
La elección de Álvaro Mel como nuestro protagonista desencaja algo respecto al resto del reparto. Su interpretación es bastante justita, siendo de lejos el peor de todo el reparto principal. Claro, podríamos argüir que estando Karra Elejalde por ahí, palidece en comparación, pero es que hay una diferencia clara de niveles entre todos y Mel.
Si bien los looks pueden ser perfectamente los del Tintín moderno que tenía en mente Paco Roca a la hora de planificar su álbum, no termina de funcionar como nuestro héroe de acción, engullido en pantalla por el resto de personajes (de Ana Polvorosa hasta por supuesto Clarke Peters o un impresionante Manolo Solo).
Eso sí, Amenábar tiene claro dos cuestiones: la historia es de esos héroes anónimos, esos funcionarios y diplomáticos que son los que permiten a los políticos colgarse las medallas; segundo, la importancia de cuidar del patrimonio, de la cultura, que acaba ignorada por temas de dinero. Un mensaje que permea todo el metraje de la serie.
El cineasta logra combinar bien los diversos géneros por los que se mueve. Sin embargo, esta mezcla tiene algo de altibajos en su presentación. A nivel cinematográfico, se logra momentos de espectáculo. La batalla naval con el que arranca el segundo episodio es buen ejemplo de ello. El juicio es vibrante, pero otros tramos son algo más arduos y la trama romántica y lo que conlleva queda algo torpe.
Al igual que el cómic, Amenábar aspira a ese cine de aventuras spielberguiano. Si bien se queda algo corto, 'La Fortuna' es un encomiable intento. Una serie soberbia pero lo suficientemente imperfecta como para que no logre ser todo lo que se propone.
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