Ya veníamos avisando que 'La Fortuna' iba a navegar no solo por terrenos aventureros sino también por otros géneros. En este caso, nos trasladamos a Atlanta para asistir, en el Episodio 4 de la serie de Movistar+, a un gran juicio en el que se gana o se pierde todo. ¿Se podrá demostrar en el tribunal que el pecio es español?
Por cierto, a partir de aquí, spoilers del episodio 4 de 'La Fortuna'.
Una vez resuelto el gran dolor de cabeza que fue el poder identificar el barco y demostrar que lo que se llevaron corresponde al manifiesto de carga, Álex (Álvaro Mel) y Lucía (Ana Polvorosa) vuelan a Atlanta para representar al ministerio de cultura en el juicio sobre la propiedad del tesoro.
Amenábar se preocupa bastante en tocar temas de diferencias culturales y de paso alguna que otra problemática estadounidense. Cuando el episodio no se centra en el juicio, la estancia de Álex y Lucía divaga entre diferencias culturales y problemáticas estadounidenses (que si control de armas, si la ignorancia de no saber situar España en el mapa, etc.).
El resultado es ligeramente desigual... al igual, valga la redundancia, que la obligada trama romántica entre los protagonistas, que se consuma a mitad del episodio. Es curioso, porque quizás es este el episodio en el que mejor conozcamos a ambos, sobre todo a Ventura, que tiene sus momentos de dejar caer su cascarón... e incluso de buscar respuestas y ayuda a lo más alto.
El juicio de la oratoria
Por otro lado, el juicio se desarrolla como podríamos desear los más veteranos del género. Es vibrante, con sus giros y con ese amor por el discurso por encima, casi, de las pruebas. Algo que traspasa la sala, en un terreno peligroso: el juicio paralelo donde la imagen lo es todo... y ahí es donde el estupendo Frank de Stanley Tucci tiene el terreno bien abonado.
Ya vimos al final de episodio anterior como el cazatesoros daba un discurso a los descendientes de los pasajeros de La Fortuna. Una jugada maestra de imagen que, a pesar de su resolución posterior, me lleva a un punto algo extraño (yo diría inverosímil) cuando Lucía y Álex se ponen a concertar entrevistas cuando no tienen ninguna experiencia al respecto.
Una brecha que sí que abre el juicio es la que hay entre Frank Wild y su hija, que empieza a darse cuenta de que la han tenido en la inopia respecto a todo lo que al descubrimiento del tesoro se refiere. Un duro golpe con el que podrían poner en fuera de juego al estratega en el acto final de la serie.
Como ya hemos dicho, es un juego mas de narrativa que de si las pruebas dicen tal o cual, y aquí Clarke Peters está sembrado en su papel de Jonas Pierce con un discurso completamente inspirador. Ya de vuelta a Madrid, llegan las buenas noticias: la jueza falla en favor de los españoles.
Pero, claro, quedan dos episodios y los últimos cinco minutos de este es un recordatorio de que las cosas no se van a quedar así, mientras vamos conociendo diversas estratagemas para apelar. El cómo estallará el tercer acto de la serie, ya lo veremos la semana que viene.
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