En este vehículo hecho a su medida, Will Smith interpreta a Nicky, un estafador que toma como alumna a una joven inexperta aunque audaz y llena de empeño llamada Jess. Tras dar un golpe juntos, rompen su alianza porque considera problemáticos los sentimientos. Años más tarde, Nicky y Jess se reencuentran cuando éste trata de estafar a un billonario. Los enredos y engaños se multiplicarán.
'Focus' es lo nuevo de Glenn Ficarra y John Requa. Ellos dirigieron aquella agradablísima comedia romántica, 'Crazy, Stupid Love' (id, 2010) que se sustentaba la gracia profunda de sus actores antes que en sus chistes, y que funcionaba mejor como relato de contrastes antes que como estudio de personajes pues todos los actores daban vida a un estereotipo.
'Focus' es una película ya directamente espectacular, puro y duro cine negro entendido a la manera hollywoodiense y tiene un aura clásica. No es constante, porque Ficarra y Requa no son directores delicados: filman con digitales, sus imágenes son publicitarias, sus montajes musicales demasiado abruptos y sus usos abusivos de planos estilizados contrastan con otros descuidados.
No son grandes directores pero, de nuevo, cuentan con el entusiasmo del cásting a su favor. Will Smith recupera algo que ya mostró en 'Hitch: Especialista en ligues' (Hitch, 2005) y es que puede ser una estrella cómica con un cierto glamour propio del cine clásico, sin que eso vaya en detrimento de sus incursiones en la bufonada algo que, por cierto, hacían y muy bien James Stewart o Cary Grant.
A su lado, una carismática Margot Robbie, la australiana que encarnaba a la mujer del 'Lobo de Wall Street' (Wolf of Wall Street, 2012) de Martin Scorsese. Hay química entre ambos y la película se beneficia de la sensualidad entre la rubia joven y un Smith en plena forma física. Ambos están francamente divertidos, lo que hace más pasable la sucesión de tópicos.
Una historia sin grandes sorpresas
Pero el guión vuelve a fallar en la caracterización, como en su película anterior. Lo que sucede es que esta es una película de timadores (con men) y para narrar las mentiras hay que tener un sentido tal vez más obviamente refinado de la historia.
En ese sentido, Requa y Ficarra son totalmente contemporáneos. Narran el timo en el marco típico del cine norteamericano último: el contraste violento entre el mundo profesional y el de los asuntos sentimentales. Los sentimientos son, en principio, el problema del héroe masculino pero al final resultan ser su salvación última.
Es curioso que las viejas screwball comedies hagan a películas tontas y entretenidas como 'Focus' parecer tan poco imaginativas, un retroceso y no un avance. En 'Las tres noches de Eva' (The Lady Eve, 1941) la idea de que la clase social y la mentira eran consustanciales al amor correteaba por el metraje hasta llegar a una conclusión desoladora y genial. Y todo ello sin renunciar al final feliz, no es esta una crítica de los peajes.
En 'Focus' (id, 2015) solamente está presente la idea de resultar convincente. Y aunque en algunas secuencias lo están, eso es, como dirían los protagonistas, perder el centro de la historia: cómo nos engañamos y hasta qué punto dependemos de las creencias en nuestras vidas corrientes.
En ese sentido, los directores y escritores son pésimos timadores pues en ningún momento duda el espectador de cómo terminará su relato. Y, al final, termina muy poco persuadido por esta mentira, claro está, verdadera.
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