'Flame y Citron', héroes de la Resistencia

‘Flame y Citron’ (‘Flammen Og Citronen’) es una película germanodanesa que llegará a nuestras pantallas el 1 de enero de la mano de Ole Christian Madsen.

Flame y Citron son los apodos de dos de los héroes más emblemáticos de la Segunda Guerra Mundial; son dos pistoleros que asesinan a altos mandos nazis por órdenes de Gran Bretaña. Flame, Bent Faurschou-Hviid, de 23 años, es tan joven que tiene dudas sobre sus misiones, especialmente cuando conoce a Ketty Selmer, una señora que le supera en edad y con la que tendrá un tortuoso affaire, y a Gilbert, uno de sus blancos. Citron, Jørgen Haagen Schmith, de 33 años, está casado y tiene una hija pequeña, pero su pertenencia a la Resistencia le impide pasar tiempo con ellas. Hasta ahora, Flame y Citron disparan sin hacer preguntas, pero llega el momento de cuestionarse a quién están matando.


‘Flame y Citron’ se basa en la historia real de estos resistentes daneses. Ellos son el centro de la narración y la manera en la que a ellos les afectan las cosas que hacen es lo que tiene importancia en la película, no lo que ellos suponen para el devenir histórico de los acontecimientos. Todo esto indica que se trata de un film donde lo fundamental es la psicología de los personajes, su evolución, los dilemas y conflictos a los que se tienen que enfrentar. Este retrato psicológico de los personajes está muy bien realizado. Cada uno de ellos tiene una evolución diferente, casi contraria. Mientras Flame comienza siendo el frío asesino que dispara sin pensar y huye elegantemente de la escena del crimen para convertirse en una persona a la que le asaltan todas las dudas; Citron arranca débil, sudoroso, propenso al vómito e incapaz de matar, pero se endurece con el tiempo.

Los intérpretes encarnan muy bien a estos torturados héroes. Lo que más aporta Thure Lindhardt es su presencia, ya que su cara de niño siempre sorprendido encaja a la perfección con el papel, y su planta general, con el abrigo largo, produce momentos de gran primor estético. Pero no todo en él es físico, también su interpretación acompaña. Mads Mikkelsen (‘Quantum of Solace’, ‘Casino Royale’, ‘El rey Arturo’, ‘Torremolinos 73’), más en segundo plano en los primeros momentos de la película, acaba demostrando ser más interesante como personaje que su compañero. Es muy interesante también como actor el principal antagonista: Hoffman, a quien da vida Christian Berkel.

Ole Christian Madsen rueda esta historia con encuadres muy admirables y con una fotografía cuidada, pero con un estilo actual que mezcla los zooms cortos con las entradas de luz por el objetivo (flare) o con el montaje discontinuo y los bruscos cambios de tamaños de planos. De esta forma, la película se disfruta no sólo por lo que se cuenta en ella, sino también por la observación de sus aspectos formales. Un generoso diseño de producción reproduce el Copenhague de la época con gran belleza.

El guión de ‘Flame y Citron’ está lleno de sorpresas y de giros. Pero no por ello se corresponde claramente a una película de espionaje, sino más bien a una historia sobre dos seres humanos. A pesar de que es un film largo (130 minutos), el devenir de los acontecimientos sufre constantes cambios y, por ello, la película se ve con interés durante todo el metraje, sin hacerse aburrida. Tampoco diría con todo ello que nos encontremos ante el guión más ingenioso o sorprendentes que se haya visto, pues más o menos todo puede preverse, pero la cuestión no está en lo que sucede, como decía, sino en la forma en la que esto afecta a los protagonistas.

Hay tantos films sobre el nazismo que ya casi ocurre como con la Guerra Civil y el cine español: que el hecho de que traten sobre ello es motivo suficiente para que algunas personas decidan no verlos porque están hartas. Pero ‘Flame y Citron’ nos da una visión sobre la II Guerra Mundial diferente a la que solemos obtener en otras películas y nos cuenta unos hechos que desconocíamos. Al ubicarse en Dinamarca, la situación no es la misma y también la forma en la que trabaja esta Resistencia difiere de la que conocíamos mejor por el cine y la TV: la francesa. Por ello podemos ver esta película como algo novedoso y no como un documento más de lo que ya nos conocemos al dedillo.

‘Flame y Citron’ es, en definitiva, una buena película, realizada de forma muy preciosista, con una historia interesante y una visión profunda de la psicología de sus personajes.

Mi puntuación:

Tráiler:

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