Cuando se dio a conocer la lista de cineastas que competirían este año por la Palma de Oro, me alegró encontrar el nombre de James Gray, su quinta oportunidad en Sección Oficial, y me pareció algo deprimente que los Dardenne volviesen a competir, confirmando que hagan lo que hagan tienen asegurado un espacio privilegiado en el Festival de Cannes. Durante la gala de clausura, mis sensaciones eran muy diferentes: respiré aliviado al saber que el estadounidense era olvidado en el palmarés y aplaudí el premio a los belgas.
'Tori et Lokita' (Jean-Pierre Dardenne y Luc Dardenne)
Los hermanos Dardenne regresan a Cannes tres años después de ganar el premio al mejor guion con 'El joven Ahmed', un film que me pareció a medio hacer, con una resolución bastante torpe. Su nuevo trabajo, 'Tori et Lokita', tiene a simple vista la apariencia de pornodrama social, la tragedia de dos hermanos inmigrantes sufriendo para sobrevivir en Bélgica, desesperados por ganar algo de dinero, con el único bálsamo de su compañía. Y nada más arrancar se aclara que su vínculo está en peligro así que no les va a quedar ni eso...
Efectivamente, 'Tori et Lokita' es una película durísima. Los jóvenes protagonistas tratan de escapar de una trampa que les aplasta cada día un poco más, pero está narrado con tanta sensibilidad y autenticidad que cautiva, engancha y te mantiene con el corazón en un puño durante todo el metraje. Por cierto, solo 88 minutos; una de las dos películas en Sección Oficial a la que le basta con hora y media cuando la gran mayoría (15 de 21) necesita dos horas o más de duración.
Los Dardenne van directos al grano, no se regodean en la miseria de sus personajes, en los abusos que sufren o sus penosas circunstancias, ni complican innecesariamente su indignante situación en su propósito de retratar un caso de genuina esclavitud en el centro de la Europa más avanzada, moderna e inhumana. Es una película cruda y dolorosa apoyada en dos interpretaciones increíbles de Joely Mbundu y Pablo Schils, actores sin experiencia previa que vuelan de la mano de los Dardenne.
Los hermanos belgas logran una de las mejores películas de su carrera, una de las más redondas y equilibradas, donde el retrato social, el mensaje urgente y el estilo naturalista de los cineastas se integran con la inspirada elección de unos personajes adorables que conquistan con su sencillez y calidez humana. Te rompe el corazón. Voy a recordar el resto de mi vida la canción que les une:
'Armageddon Time' (James Gray)
Toda esa verdad que desprende el film de los Dardenne se echa en falta en la acartonada 'Armageddon Time', recreación de un importante periodo en la adolescencia de James Gray que en parte funciona como secuela de 'El sueño de Ellis' ('The Immigrant'). El cineasta sigue la estela de otros compañeros consagrados que en los últimos años se han dejado llevar por la nostalgia para evocar algunos episodios de su juventud: Alfonso Cuarón en 'Roma', Paolo Sorrentino en 'Fue la mano de Dios' o Kenneth Branagh en 'Belfast'.
Gray nos devuelve a los años 80 para presentar a una familia judía de Nueva York y centrarse en su joven alter ego, un chaval soñador al que le encanta dibujar y se aburre en clase (como muchos de nosotros). Tras hacerse amigo de otro chico calificado de conflictivo, comienza una lucha entre su búsqueda de identidad y la presión de un entorno que tiene un plan definido sobre lo que debe hacer con su vida para tener éxito y ser un ciudadano respetable. Porque al final el alma da igual, lo que importa es el dinero y la apariencia.
'Armageddon Time' habla de frustración, de madurez, de la familia, la mentira del sueño americano, el racismo enraizado y el clasismo que siempre encuentra un nuevo disfraz. Las intenciones de Gray son interesantes pero el resultado es decepcionante, convencional y superficial. Nunca encuentra el tono adecuado para un relato que alterna situaciones cómicas y ligeras, de película fácil para todos los públicos, con otras muy dramáticas y oscuras, quedando un conjunto irregular que solo atrapa en escenas puntuales.
Para su propio coming of age, Gray reúne a un llamativo reparto que incluye a Anthony Hopkins, Anne Hathaway, Jeremy Strong, Jessica Chastain (cameo de lujo) y el debutante Banks Repeta, que lo hace sensacional, un gran hallazgo. Hopkins es un titán pero aquí está algo perdido y Gray no le saca partido, desaprovechando el potencial de los encuentros del protagonista con su abuelo y gran carga emotiva en momentos importantes.
Tampoco está muy inspirada Hathaway, sobreactuada quizá para compensar lo encorsetado del papel de esposa y madre "ejemplar". Strong, que vive un momento de gran fama gracias al éxito de 'Succession', parece más cómodo con un papel secundario de escaso lucimiento y a mí me resultó el más interesante de los adultos, dejando dos de las mejores escenas dramáticas del film. Por supuesto, Gray es un excelente realizador y estoy deseando ver su siguiente trabajo, solo espero que recupere la estimulante puesta en escena que ha ofrecido en obras como 'La noche es nuestra' ('We Own the Night') o 'La ciudad perdida de Z' ('The Lost City of Z').
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