Con algunos meses de retraso, por fin llega a plataformas de VOD en España ‘La familia Monster’ (The Munsters, 2022) de Rob Zombie, una película basada en la mítica serie televisiva de comedia que se convirtió en un hito de la cultura pop con su parodia de arquetipos del cine de terror. Ahora, el célebre cantante y director ha recuperado el encanto del original para plantear una visión personal y respetuosa que quiere encapsular el espíritu de su legado.
En una crítica de Collider dice que la precuela "no es buena. Es un vídeo para poner de fondo en una fiesta de Halloween" y seguramente represente lo que muchos han sentido al verla, aunque no esté concebida para ser otra cosa que una gran celebración de lo que significa la fiesta de los muertos en Estados Unidos. ‘La familia Monster’ puede juzgarse por si es “buena o mala” pero ella funciona en otra categoría: hay películas que son Halloween y películas que no lo son. Esta lo es.
La serie se estrenó en televisión en 1964, seis días después de una sitcom similar sobre una familia de monstruos macabros: ‘La familia Addams’. Ahora, casi 60 años después, parece que las dos franquicias en competencia no son capaces de separarse, ya que esta nueva encarnación llegó a Netflix en Estados Unidos solo dos meses antes de ‘Miércoles’, la nueva serie derivada de la familia Addams de Tim Burton. Pero claro, Rob Zombie no es Tim Burton, aunque sus universos visuales se conecten por variantes del mismo amor por los monstruos clásicos.
Juego de fans
No hay que olvidar que Zombie es un rockero cuyo mayor éxito fue el omnipresente éxito de finales de los 90 ‘Dragula’, el título sacado directamente de la serie de televisión en el que aparecía subido al propio coche original en un vídeo que resumía muy bien lo que significa para él la serie. Luego el cantante se convirtió en un cineasta respetado y valorado, en cuyo cine abundaban las imágenes sangrientas y el impacto, por lo que muchos podrían esperar ahora una reinterpretación extrema y dura y no un artefacto con calificación para todos los públicos.
Sin embargo, Zombie ha elaborado un homenaje a la comedia familiar bastante limpio e inofensivo, que trata de respetar al límite la serie hasta el punto de que parece que lo único que hace es colorearla con luz verde, violeta o naranja. Por otra parte, el largometraje sirve como una especie de "historia de origen", en la que sabremos cómo Lily (Sheri Moon Zombie) conoció a Herman (Jeff Daniel Phillips). La vampira todavía vive en su castillo de Transilvania con su padre, el Conde (Daniel Roebuck).
Es en ese escenario en donde vemos pequeños sketches disparatados como una cita con el Sr. Orlock (Richard Brake), al vampiro de Nosferatu, o los intentos de un científico loco, el Dr. Wolfgang (también Richard Brake), y su desventurado ayudante Floop (Jorge García), para crear una criatura con aspecto de monstruo de Frankenstein, que es, por supuesto, Herman Munster, quien iba a ser creado con el cerebro del hombre más inteligente del mundo, pero recibe el del más bobo, lo que explica su constante letanía de chistes malos.
Un regreso a lo camp anacrónico-festivo
Ahí asistimos como Lily y Herman experimentan el amor a primera vista, lo que nos lleva a su boda y a las desventuras que llevan a que la pareja llegue a un barrio residencial de Estados Unidos. En el camino conocemos al hermano de Lily, un hombre lobo llamado Lester (Thomas Boykin), Zoya (Catherine Schell), una gitana que estuvo casada con el Conde, y Zombo, el presentador de un programa de televisión de terror. Y eso es todo, No hay un conflicto real. No hay grandes giros ni nada que haga mover la trama hacia adelante salvo desencriptar cómo llegaron al inicio de la serie.
Puede extrañar una obra tan entregada a lo camp y lo ingenuo en el cuerpo de trabajo de un artista que empezó con ‘La casa de los 1000 cadáveres’, pero exceptuando su ‘The Haunted World of el Superbeasto’, que guarda una similar entrega a la reproducción de momentos y elementos visuales de una cultura, pocas obras en su filmografía se alinean tanto con su debut como ‘La familia Monster’, ya que parte del encanto de la primera fue su vocación de híbrido entre casa del terror de feria ambulante y videoclip.
Los pasajes del terror son un elemento cultural cada vez más trabajado y popular en Estados Unidos, y en el Universo cinematográfico de Zombie siempre han tenido un protagonismo clave, también, por ejemplo, en ‘31’. ‘La familia Monster’ tiene también el espíritu de una de esas ferias del miedo, solo que en vez de aparecer de forma diegética nos mete con la cámara en un mundo que es en sí mismo una atracción de plástico, cartón piedra y decoraciones colocadas sin mesura.
Todos los colores desde la cripta
Cada rincón del largometraje está repleto de referencias a los monstruos clásicos como la criatura de la laguna negra, las secuelas de las primeras películas de Universal, los cementerios, los laboratorios y las mansiones llenas de telarañas. Como si fuera cine de otra época traducido a technicolor visceral. Zombie quería hacerla en blanco y negro, pero el estudio le obligó a hacerla en color, así que su respuesta fue llenarla de este hasta explotar, junto a su director de fotografía Zoran Popovic, usando una paleta basada en colores primarios que reconstruye de forma bastante fiel a la del largometraje original ‘Munster, Munster, Go Home!’ de 1966.
Por supuesto, la idea de usar una gama cromática irreal da la oportunidad al director para canalizar sus influencias del Giallo, ‘Supiria’, Mario Bava e incluso los momentos de tebeo EC en movimiento de ‘Creepshow’ de George A. Romero, con personajes recortados violentamente contra fondos psicodélicos brillantes. Todo ello hace que sea una experiencia visualmente deliciosa con luces de neón de color azul, rojo, verde y morado que bañan un diseño de producción exagerado, con cada escena repleta de accesorios de espanto.
Los escenarios son un delirio gótico, desde el castillo del abuelo al nuevo vecindario de los Munster, hasta su casa, cuidadosamente en ruinas, que contrasta con la fantasía suburbana de Mockingbird Lane. La iluminación expresionista y exagerada lleva todo al extremo, entrando entre los litros de niebla artificial y los recovecos de los grandes sets construidos en Budapest. El maquillaje, del estudio Ex Mortis de Wayne Toth, lleva el diseño de personajes al mundo del director junto a un vestuario de fiesta de disfraces. A nadie que haya entrado en el universo visual de los videoclips y portadas de discos de White Zombie le puede rechinar.
The Rocky Horror Zombie Show
‘La familia Monster’ solo se preocupa en ser lo suficientemente chillona y festiva como para ser digna de ser pasada en la tele de un bar de rockabilly con gente bailando con zapatos creepers, de formar parte de la mitología que ha convertido la imagen de Herman y Lilly en un modelo para camisetas de gente con tupé. Es rock’n’ roll, es punk, y es psychobilly. Es la película favorita del año de Los Cramps, aunque la música de estos fuera utilizada para una escena de ‘Miércoles’, y es que las intenciones de Zombie con ella no pueden ser más distintas de la serie de Netflix.
Lejos de buscar un éxito comercial transformando una marca para una nueva generación, seguir todos los pasos de la mercadotecnia fagocitando su personalidad y escupiéndola de forma que se resulte homogénea, o adaptar el lenguaje del original para un público amplio de sensibilidades modernas, ‘La familia Monster’ es una excusa para que Zombie haga lo que quiera con una marca que adora. Con un presupuesto mínimo, el director utiliza la oportunidad de hacer una nueva película de la franquicia abrazándose a sí mismo y a sus pasiones.
Como resultado deja una representación del impacto en la cultura popular de la creación de Allan Burns bajo una lente caleidoscópica que no entenderán del todo muchas nuevas generaciones, ni puede que los que han seguido la obra del autor de ‘Lords of Salem’ ajenos al mundo de los cómics Warren, las revistas de Famous Monsters of Filmland, la animación de ‘Mad Monster Party’, las colecciones de Forrest J. Ackerman, los programas de Zacherley y Vampira, el arte Hot Rod Monster o los dibujos animados de los Groovie Ghoulies.
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