'Expediente Anwar' es el título que le han puesto en nuestro país a 'Rendition', film que nos ha llegado con un poco de retraso. Tanto una cosa como otra ya no deberían sorprendernos. Somos inmunes hasta extremos impensables a las traducciones de los títulos, realizadas por uno al que se le reconoce cuando pasea por la calle de lo orgulloso que va, como a que las distribuidoras nos tomen por el pito del sereno cuando nos estrenan con todo el morro del mundo una película que ya puede comprarse en dvd. Una vez realizada la denuncia de siempre, vamos con la de la película.
El film narra la odisea de un ingeniero egipcio-americano que, volviendo a los USA, es retenido contra su voluntad, y acusado de haber formado parte de un atentado. Es enviado a un país del tercer mundo para ser sometido a un brutal interrogatorio, presenciado por un analista de la CIA. Mientras tanto, la mujer del ingeniero moverá cielo y tierra para dar con su marido, el cual es interrogado todos los días por un severo hombre con problemas personales, ya que su rebelde hija se lo monta con un fundamentalista de mucho cuidado. Un lío de narices. Paja para rellenar una película de dos horas.
Ahora que las denuncias a la administración Bush y su política antiterrorista están de moda en el cine actual, por motivos más que lógicos, todos quieren parecerse a Costa-Gavras, director que donde ponía la cámara, ponía la bala, y nadie se libraba de ser señalado por alguien que solía poner toda la carne en el asador cuando se trataba de concienciar a las masas. Es evidente que todas las comparaciones son odiosas (aunque por esa regla de tres, nunca las haríamos), pero cuando los de Hollywood se ponen pesaditos y autocríticos, tal y como lo han hecho en 'Expediente Anwar', no se les acercan, ni de lejos, a esos otros directores que además de cine, denunciaban como Dios manda. Y es que uno de los mayores problemas de esta película es su blandeza, acusada además por alguna que otra trampa narrativa, más un ritmo cambiante que llega a molestar.
'Expediente Anwar' tiene un arranque prometedor, todo sucede de forma directa e interesante, y el espectador enseguida se ve inmerso en lo que parece ser un thriller político de gran altura. Pero todo comienza a desvanecerse según se van mezclando historias paralelas, que por supuesto confluyen en el último tercio de film. El eje central, llamémoslo así, sería el del ingeniero apresado y torturado por algo que no ha cometido, y digamos que es el que posee el mayor interés, pues a pesar de su evidente inocencia, existe la sensación (vaga, por otro lado) de que tal vez no sea así. En otro orden, el analista de la CIA, demasiado preocupado por presenciar algo para lo que no está preparado: una tortura sin cuartel, para sonsacar información inexistente. El jefe de policía encargado del interrogatorio y la hija de éste, con serios problemas de comunicación con su padre. La gente en suelo estadounidense, dividida entre los que quieren encontrar al ingeniero, y los que saben de sobra donde se encuentra, pero han de permitir la tortura en bien de la seguridad de un país.
Demasiado hilos, que no por muchos resultan excesivos, si no porque no poseen el suficiente interés como para enganchar al espectador. Lo único salvable de ellos son sus actores, quienes se entregan con más o menos pasión a sus papeles. Quienes se llevan la palma son indudablemente Meryl Streep, que da vida a la directora de la comisión antiterrorismo, una tipa que como le dé por pensar que alguien tiene que ver con un atentado, aunque sea de lejos, ese alguien está jodido. Streep sale poco en pantalla, pero es más que suficiente para dejar constancia de la amenaza de su personaje. Y sobre todo Omar Metwally que da vida al pobre ingeniero que no sabe la que se le viene encima. El film se recrea bastante en su sufrimiento, lo que le da la oportunidad al actor de lucirse en una de esas interpretaciones sentidas y agradecidas. Jake Gyllenhaal anda un poco despistado, con una cara demasiado seria, y su personaje no termina de estar dibujado todo lo bien que debiera, sobre todo en los momentos en los que le entran las dudas. Reese Whiterspoon ganó una vez un Oscar, y ahí se quedó alelada con la estatuilla, que no reacciona la tía; rara vez sentimos su angustia. Alan Arkin y J.K. Simmoms fueron invitados por eso de darle más caché al conjunto, y se limitan a aparecer un par de veces con la típica profesionalidad que les caracteriza. Y finalmente Yigal Naor, con un personaje que daba para mucho más. En mayor o menor medida, todos cumplen a la perfección, pero también están muy por encima de las posibilidades de sus personajes.
Cuando al final, se le quiere dar forma a todo, la cosa termina por derrumbarse, quedando al aire algunos aspectos un tanto maniqueos, y una denuncia facilona y ramplona que no termina de cuajar, curiosamente por no haber metido más el dedo en la llaga. Gavin Hood, que ya demostró en la pasable 'Tsotsi', no tener nervio suficiente, fracasa en su intento de querer controlar un film que tal vez le quede demasiado grande, y más aún, cuando no se moja del todo, y lo adorna todo con una puesta en escena casi telefilmesca (un mal muy extendido en los últimos tiempos), y encima pretende sorprendernos con alguna que otra pirueta final, que no ayuda nada en el clímax del relato.
'Expediente Anwar' (por Dios, que título más horrible) es una floja película, que poco, o nada, aporta a un tipo de cine que parece pertenecer a otra época, a tenor de los resultados obtenidos. Le sobran buenas intenciones, desde luego, pero le falta fuerza, garra, brío, que el espectador se encoja, que tiemble, que sufra. Y más bien provoca indiferencia. En Blogdecine:
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