Se ha hecho de rogar, pero la espera para poder ver la tercera temporada de ‘Estoy vivo’ llega a su fin hoy 26 de septiembre. Lo hace con la promesa de un órdago a la grande que va a sacudir los cimientos de la serie, algo mucho más fácil de decir que de cumplir, pero es justo reconocerle un movimiento muy arriesgado en este primer episodio que hoy emite La 1.
El toque costumbrista siempre había sido esencial en una serie que mezclaba géneros con gran agilidad, pero al final era la dinámica que se establecía entre los personajes la que servía como eje que sostenía todo lo demás. Todavía es pronto para valorar la sorprendente decisión tomada por sus responsables, pero por ahora ha mantenido todas sus fortalezas.
He intentado evitar a toda costa los spoilers a partir de aquí, pero quizá no queráis seguir leyendo antes de ver el primer episodio de la temporada 3.
Un salto con red
La felicidad es algo que no suela durar demasiado en ‘Estoy vivo’ -ni casi en ninguna otra serie con un fuerte elemento dramático-, por lo que es inevitable ver los primeros minutos de esta temporada 3 -que arranca de forma consecutiva al desenlace de la segunda- como una avanzadilla a la presentación de la amenaza que está llegar. No habría serie sin conflicto y ‘Estoy vivo’ decide llevar al límite a sus protagonistas en lo emocional.
El propio ente público ha destacado que la temporada arranca con un impactante accidente, así que uno ya se huele por dónde podrían ir los tiros en cuanto empieza a ver el episodio. Eso no le quita fuerza a un potente giro que supone un durísimo golpe para los personajes principales de ‘Estoy vivo’ pero que no tardaremos en descubrir que está planteado de tal manera para que cambie todo sin que vaya a cambiar demasiado en realidad.
Una vez hecho eso, ‘Estoy vivo’ tarda poco en conseguir un nuevo inicio aprovechando su componente de ciencia-ficción y es entonces cuando arranca realmente esta temporada 3. Eso sí, el primer episodio no deja de ser un pequeño aperitivo en lo referente a las novedades, tanto por el lado de la que se postula a ser la gran villana de esta tanda de episodios como en la llegada de nuevos personajes a la comisaría.
Mantiene sus virtudes
Daniel Écija, creador de la serie, es consciente de que no hay que saturar este arranque de temporada con demasiados cambios que no afecten de forma directa al núcleo de la serie. Ahí resulta esencial la aportación de Jesús Castejón como Sebas, siempre dispuesto a poner una nota de humor incluso en situaciones que se salen con mucho de la norma. Ese aspecto costumbrista al que aludía antes se resentiría muchísimo sin él.
Más allá de eso se introducen varios personajes que está claro que van a ser importantes en sucesivos episodios, pero por ahora solamente recibimos detalles mínimos sobre ellos. Probablemente sea lo mejor, ya que todo apunta a que esa primera toma de contacto va a ser mucho menos importante para conocerlos de lo que parece, aunque eso no quita para que se trate de una presentación sobria que encaja bien con la nueva aventura de Iago y Márquez.
En paralelo sí que vemos a la que se presume como gran villana de esta temporada 3, pero por ahora todo parece desconectado entre sí. Será ahí donde las habilidades como policía de Márquez resulten esenciales para ir conectándolo todo poco a poco. A fin de cuentas, si nos lo dan todo mascado en el primer episodio, el componente de misterio desaparece. Por ahora tocaba llamar nuestra curiosidad y a buen seguro que se consigue.
En resumidas cuentas
Más allá del shock inicial, ‘Estoy vivo’ sigue jugando con los mismos ingredientes que le han permitido contar con una cantidad suficiente de fieles como para llegar a esta tercera temporada. Habrá que ver si la dura competencia de ‘Gran Hermano VIP’ no le hace demasiado daño, pero a día de hoy no ha dado motivo alguno para dejar de verla si disfrutaste con las dos anteriores entregas y además ha provocado un sentimiento de curiosidad inédito hasta ahora.