Tras mantenerse siete años en antena 'Star Trek. La nueva generación' (1987-1994) llegaba a su fin tres años después de que 'Star Trek VI: aquel país desconocido' ('Star Trek VI: the undiscovered country', Nicholas Meyer, 1991) pusiera fin a las aventuras en la gran pantalla de la tripulación original del Enterprise. Considerando que la Paramount tenía bastante claro que la siguiente película en la franquicia vendría protagonizada por los integrantes de la NCC-1701-D con el Capitán Picard al mando, la maquinaria para levantar la que sería la película número siete de la saga galáctica se había puesto en funcionamiento en 1992, antes incluso de que se supiera que a la serie le quedaban dos temporadas por delante.
Con la idea en mente de que esta nueva producción debía servir de alguna manera para que la vieja tripulación cediera el testigo a la nueva en la gran pantalla, los artífices del guión Ronald D.Moore —la cabeza pensante detrás de la reimaginación de 'Battlestar Galactica' (2004-2009)— y Brannon Braga decidieron traer a parte del reparto original, construyendo a su alrededor una historia en la que los viajes temporales son el eje central que sirve de nexo para que las ocho décadas que separan a Kirk y Picard puedan ser salvadas, único punto en el que reside la poca originalidad de la que hace gala 'Star trek: la próxima generación' ('Star Trek: generations', David Carson, 1994).

(De aquí en adelante, spoilers de los gordos) Pero el hecho de poder ver a Kirk y Picard compartiendo cuota de pantalla no parecía ser suficiente para los guionistas y el productor Rick Berman, que sentían que si querían sorprender al respetable, tendrían que recurrir a algo más que una simple historia de desplazamientos temporales dado que, a fin de cuentas, eso era algo que los seguidores de la saga ya habíamos visto en 'Star Trek IV. Misión: salvar la Tierra' ('Star Trek IV: the voyage home', Leonard Nimoy, 1986).
Barajando así posibilidades acerca de cuáles son los temas profundos que un hombre debe afrontar a lo largo de su vida, la mortalidad apareció de forma natural en las reuniones que el dúo de guionistas mantuvo con el productor y, tras descartar que dicha mortalidad pudiera ser aplicada a un miembro de la nueva tripulación surgió la idea de que la séptima parte de la franquicia trekkie no sólo fuera el final definitivo de las aventuras de Kirk, Spock, Bones, Chejov, Sulu, McCoy o Uhura, sino que la aparición del personaje encarnado por William Shatner se utilizaría como excusa perfecta para intentar epatar a los seguidores acérrimos de la saga con la muerte del mítico capitán del Enterprise.

Contando como descafeinado y desaprovechado villano para la ocasión con el siempre espléndido Malcom McDowell, el argumento del irregular filme gira en torno a un tal Dr.Soran que hará lo que sea, incluso destruir un sistema solar completo, para poder volver al Nexus, una corriente energética que transita por el espacio y en cuyo interior cualquiera que quede atrapado en ella puede hacer realidad sus anhelos más profundos durante toda la eternidad.
De nuevo con la componente metafísico/religiosa por bandera, como ya había pasado tantas veces en las seis entregas anteriores —el Nexus no es más que una suerte de Paraíso bíblico materializado— 'Star Trek: la próxima generación' falla en muchos aspectos que se traducen, directamente, en posicionar al filme como uno de los cuatro ejemplos más mediocres que la saga ha llegado a ofrecer al espectador a lo largo de sus doce entregas. Falla, primero, porque por más que esté adornada con efectos visuales que aún hoy, casi veinte años después de su estreno, mantienen el tipo, uno no puede desprenderse de la (molesta)sensación de estar viendo un capítulo alargado de la contrapartida televisiva con mucho más presupuesto e íntimamente ligado al 'All good things...' con el que la serie finalizó.

Directa consecuencia de lo anterior es el hecho de que la historia nunca termine de suscitar el interés en el respetable y, sobre todo, que los nuevos personajes —nuevos para aquél público que no hubiera visto ni un sólo episodio del serial televisivo— carezcan de la más mínima exposición, no pareciendo que entre las intenciones de la Paramount se cuente el intentar atraer a cuanto más público mejor: al no perder tiempo en introducir a Picard, Riker, Data, Geordi, Worf, Crusher y Troi, el filme se desvela como un producto hecho para disfrute casi exclusivo de los trekkies más recalcitrantes, no encontrando el resto muchos asideros a los que agarrarse para disfrutar de la cinta.
Ahora bien, todo lo anterior queda en agua de borrajas cuando el espectador veterano ha de valorar el que personalmente opino es el error más flagrante de la cinta: la absoluta carencia de emotividad con la que se arropa la muerte de Kirk. Un acontecimiento de tamaña importancia dentro del universo de 'Star Trek' debería haber venido revestido, primero, de un carácter mucho más épico que el que dimana del cutrísimo enfrentamiento entre Kirk y Soran y, segundo, de mayores resonancias que las que se derivan de un fallecimiento como otro cualquiera que no hace justicia al personaje —vamos, que puestos a comparar, mucho más emotivo era el óbito de Spock al final de 'Star Trek II: la ira de Khan' ('Star Trek II: the wrath of Khan', Nicholas Meyer, 1981) que el que aquí se nos muestra—.
Las desiguales sensaciones que deja la anodina dirección de David Carson, el buen resultado que da la elección de Dennis McCarthy en los pentagramas —con ese bello y recurrente motivo compuesto para el Nexus— y las muchas diferencias que acusan los miembros del reparto, que van desde la solidez de Patrick Stewart hasta lo acartonadísimo de Shatner —que fue nominado al Razzie—, no hacen sino reflejar la montaña rusa tan poco entretenida que es 'Star Trek: la próxima generación', primer filme de la historia que contó con una página web propia. Afortunadamente, la siguiente entrega devolvería de forma momentánea cierta grandeza a una saga que, después, se hundiría en una sima muy profunda.
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ibrahim.ramoscaldero
En más de una ocasión, hablando con amigos, he dicho que star trek es tan larga que tiene ejemplos para todo. Esta película es un ejemplo de que puede pasar si haces un producto destinado exclusivamente a los fans que ya tienes.
Cuando vi la película por primera vez, apenas recordaba haber visto algún capítulo suelto de ST TNG en Canal Sur, aunque sí que había visto los primeras seis filmes. Y pasó lo que tenía que pasar, me daban igual que se le muriese un sobrino al cal vo ese que acabo de conocer o lo que pasaba con el chip del tío amarillo. Por otra parte tampoco me pude agarrar a la espectacularidad de las imagenes, ya que Star Trek raramente jugó en esa liga, llegando a repetir varios polnos de efectos visuales de la serie.
En cuanto a la muerte de Kirk, creo que lo comentado aquí es bastante correcto en cuanto a la apreciación de la misma, tanto dentro de la franquicia como en la película, pero no vendría mal un apunte. La muerte que vimos en pantalla no era la que estaba prevista, originalmente Kirk moría porque Soran le disparaba por la espalda, y rodaron la escena del puente cuando el público en los pases previos los puso a caer de un burro por eso.
ekric19
Estoy de acuerdo con lo de la muerte de Kirk, yo me imagino la escena así: Debió ser Kirk el que luchara hasta el final con Soran, salvando la vida de Picard y de toda la tripulación del Enterprise que se había estrellado en el planeta y claro, muriendo al final pero consiguiendo el objetivo. Luego el cuerpo, en vez de ser dejado en una tumba sin nombre, debió ser recuperado y llevado a la tierra para que tuviera un entierro con honores.
darkbob
DECEPCIÓN en mayúsculas, no tengo otra palabra para describir este filme. William Shatner más que protagonista tal y como prometían en los carteles promocionales y el trailer resulta ser simplemente un mero cameo en el principio y final de la película. Desde luego su muerte no podía ser menos épica y descafeinada, cayendo por un precipicio agarrado a un puente metálico. Después de pasar miles de peripecias y poner su vida al límite en miles de veces no es una buena manera de morir.
Puestos a darle un final, James Tiberius Kirk merecía un destino mucho más digno (no aplicable a la capacidad de actuación de Shatner) como morir a los mandos de una nave en una lucha colosal contra un rival a su altura. O éso o que no se hubiera sabido nada más de él desde el final de Star Trek VI.
Desde que empezó la Nueva Generación siempre soñé con un cruce entre estas dos generaciones a través de alguna anomalía temporal como las tantas que aparecen en este universo y la noticia de esta película creo unas expectativas para nada satisfechas.
Gracias a esta película aprendí el duro peso que lleva la palabra "Hype".
tier
Totalmente de acuerdo con la critica que haces. La muerte de Kirk bien podría haber hecho llorar a mas de uno, pero mas bien por la injusticia que supone para un personaje como este.
Y que decir del villano. Su motivación no es mas que le puro egoísmo y su maldad se deriva de que sus acciones supondrían la destrucción de una colonia con 200 millones de personas en ella. Este es otro fallo garrafal de la cinta porque no se esfuerza en que el espectador sienta que hay una necesidad apremiante de detener al malo, lo cual contribuye a que el sacrificio de Kirk resulte incluso más insustancial de lo que el director se "esfuerza" en exponer.
Lástima de Kirk. Que opinión tendría Rodenberry de que acabasen así con su personaje?
turbiales
Aqui empezó a acentuarse aquello de que las peliculas de Star Trek son muy diferentes de las Series en las que teoricamente se basan.
Alli donde las series son reflexivas y tienen dilemas morales. Las peliculas solo nos dicen "El malo x quiere hacer esto. La enterprise va a detenerlo FIN". Incluso las mas decentes adolecen de esto (Salvo misión salvar la tierra y la primera).
Esto aun tenia un pase en las de la serie original, pero en el caso de la nueva generación el contraste es tan bestial (Algunos personajes como picard son irreconocibles) que mermó el potencial de la franquicia rapidamente.