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Richard Donner: 'Su juguete favorito', blandita, muy blandita

Una de las responsabilidades de ser director es controlar el set. Y hay muchas ocasiones en las que tendrás problemas con los actores y en las que surgirán asuntos personales...Si es el alcohol, lidias con ello. Si son drogas, lidias con ellas. Si son sólo problemas de personalidad, haces cara a los mismos, pero todo es parte del trabajo. Richard Donner

De la misma manera que había ocurrido con 'Max's bar' ('Inside moves', 1980) y 'Superman' (id, 1978), el proyecto que tentó a Donner después de su filme intimista, no sería el que finalmente ocuparía el siguiente ordinal en su trayectoria artística: con las miras puestas en 'Lady halcón' ('Ladyhawke', 1985), cuyo guión había dejado atrás las manos de su autor, Edward Kharma, para pasar por sendos procesos de pulido a través de las de David Peoples y Tom Mankiewicz, sería Alan Ladd Jr. el que, indirectamente, provocaría que Richard Donner tuviera que aplazar su implicación en el romántico filme de aventuras.

Ladd, que a instancias de Lauren Shuler se había hecho con los derechos del libreto después de que Warner se desentendiera del mismo, se vió obligado a dejar de lado la cinta en favor de 'Turno de noche' ('Night shift', Ron Howard, 1982) y, sobre todo, 'Blade runner' (id, Ridley Scott, 1982), devolviendo a la futura esposa de Donner la responsabilidad de encontrar productora que quisiera apadrinar la cinta, lo que en última instancia provocó que el cineasta empezara a buscar en qué ocupar su tiempo.

'Su juguete favorito' ('The toy', 1983), remake de un filme francés dirigido por Francis Veber, era un proyecto que Columbia estaba desarrollando como su siguiente vehículo estrella, apostando por él como un producto en la línea del 'Annie' (id, 1981) de John Huston con el que abundar en su rama familiar. Con Richard Pryor y Jackie Gleason como auténticos motores en los que descansar el seguro éxito de la cinta, a Ray Stark, el despótico y anticuado productor de la cinta, le faltaba dar con el director de primera fila adecuado a las necesidades del proyecto, un realizador que finalmente encontraría en Richard Donner, por más que, debido a la mala fama de Stark —y el férreo control que este ejercía sobre sus producciones— el cineasta tuviera serias dudas iniciales acerca de la libertad que tendría durante el rodaje, su parte favorita del proceso de puesta en pie de una película.

Convencido de que la capacidad para la improvisación de las dos estrellas serían suficientes pilares en los que basar un rodaje distendido, poco podía imaginar Donner que los graves problemas personales que arrastraban Pryor y Gleason, y el as en la manga que se había guardado Stark, terminarían sumiéndolo en un oscuro y torturado estado mental controlado por la paranoia de que 'Su juguete favorito' iba a significar el final de su estancia en lo alto del sistema.

Comedia blanda sobre un periodista que se convertirá en el juguete del caprichoso hijo de un multimillonario, las inmensas trabas de tener que dominar a las dos estrellas fueron las que determinaron el discurrir del rodaje: Pryor había intentado suicidarse un año antes quemándose vivo tras la muerte de su abuela, y el consumo de drogas tanto fuera como dentro del plató ocasionó no pocos problemas al normal fluir de la filmación, algo que Donner sobrellevaría mucho mejor que tener que lidiar con los abusos alcohólicos de Gleason —que se tomaba seis whiskies dobles sin hielo, gaseosa, agua o comida durante los almuerzos— que le causaron fuertes quebraderos de cabeza al tener que rodar escenas con un actor que no se tenía en pie.

Haciendo gala de su autoridad, Donner conseguiría, no obstante, finalizar el rodaje y empezar el proceso de edición para los screenings inicialmente previstos de cara al estreno navideño del filme. Unos pases previos que fueron acogidos con poco entusiasmo por el público seleccionado y que provocarían que Ray Stark subiera a bordo a su montadora personal, Margaret Booth, para reeditar la cinta a espaldas de un Donner que, haciendo gala de su buen talante, no había firmado su derecho a la última palabra sobre el montaje final.

Viendo la irregular cinta, mucho queda explicado por mor del poco control que el director tuvo sobre lo que finalmente se vio en los cines a finales de 1983: errática, con poca gracia salvo algún momento suelto y previsible hasta el hastío, 'Su juguete favorito' carece de la claridad narrativa de las tres anteriores cintas de Donner, adoleciendo la acción de severos problemas de ritmo o haciendo gala de excéntricos recursos de edición —esa aceleración de las imágenes a lo cine cómico mudo— que nada aportan a lo pobre de las interpretaciones del dúo de estrellas.

Más preocupadas de cobrar su millonario cheque que de resultar simpáticas, los histrionismos de Pryor y la falta de energía de Gleason terminan provocando que lo mejor de la función en el terreno actoral sean el niño protagonista y un simpatiquísimo Ned Beatty, algo que, obviamente, no habla muy en favor de la apreciación de un filme olvidable que, gracias a Dios, no sólo no acabó con la carrera de Donner, sino que supuso un inesperado trampolín hacia la concatenación de algunos de sus mejores títulos.

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