'El escuadrón suicida' es una locura genial: la película más salvaje de James Gunn desde sus inicios y el blockbuster más brutal del año

Venerado por muchos desde sus días más locos en Troma y adorado por toneladas de fans marvelitas tras sus dos colosales entregas de 'Guardianes de la Galaxia', James Gunn hizo algo parecido a una parada obligatoria en la casa del máximo rival de Marvel, y el resultado es abrumador. 'El escuadrón suicida' es la película que nos merecemos tras un año en la mierda.

La patrulla condenada

Vamos a intentar obviar todo lo que rodeó a la anterior película basada en el grupo de DC porque, diablos, en realidad es la propia compañía la primera en hacerlo. 'El escuadrón suicida' de James Gunn es una película independiente que no necesita excusarse ni pedir perdón. Tampoco parece perdonar la vida a su antecesora, a la que Gunn trata con respeto gracias a algunos personajes que ya nos resultan familiares. Pero vayamos a lo que importa.

"Hola, soy Johnny Cash". Los primeros acordes de Folsom Prison Blues nos recuerdan la melomanía de Gunn, que decide musicar su arco en prisión con la música carcelaria del genio de Nashville. Con esa declaración de intenciones en el primer segundo de metraje ya tenemos claro que el viaje merecerá la pena. Desde ese momento la película arranca y nos recuerda que los carteles de aires bélicos clásicos no eran una pose para molar: esta nueva 'Suicide Squad' es una película de guerra. Una película bélica muy, muy bestia. Los doce del patíbulo de la Troma.

'El escuadrón suicida' posiblemente sea la película más salvaje que ha salido de Warner Bros desde 'La naranja mecánica'. Algo más de dos horas de frenéticas vacaciones en el parque temático de la cabeza loca de un cineasta descomunal que se ha encontrado con un montón de dinero y libertad para hacer lo que más le gusta. ¿Cuántos cineastas pueden presumir de algo así en un título de estas características? Todo el universo Gunn está aquí. El de sus inicios, el de 'Scooby Doo' o 'Amanecer de los muertos' van de la mano con el visionario de la nueva triple A.

Los que aún recuerden con el cariño que se merece a 'Slither: La plaga', aquellos que aplaudieron a rabiar con 'Super', la película que aniquiló a la paupérrima 'Kick-Ass' con pasmosa facilidad, se encontrarán aquí con una película que habría sido la evolución natural de James Gunn. Ojo, no estoy diciendo que sus "Guardianes" estén mal, pero una vez vista su nueva película está claro que Marvel/Disney no está dispuesta a cruzar ciertos límites. Necesitas una ducha después de ver a su escuadrón de tarados.

Pero no todo es brocha gorda aquí. Bueno, en realidad sí lo es, pero lo adorna con ideas y detalles geniales que rebotarán en tu cabeza como una pelota de goma en una pared. Durante sus créditos iniciales pasa una cosa muy curiosa: los personajes aparecen por delante del título, superpuestos. Apenas se lee el SQUAD porque lo tapan los personajes. Como si Gunn nos estuviera diciendo que aquí ellos son los importantes, no la licencia.

Escrita por el propio James Gunn (seguimos añadiendo detalles realmente improbables en cualquier otro blockbuster), la historia se centra en un comando de auténticos cabrones dispuestos a lo que sea por cumplir con su misión. Ahí está el tronchante Peacemaker de John Cena para recordártelo a la mínima ocasión. Un comando de cabrones a los que Gunn quiere con locura.

Margot Robbie, Idris Elba (en un papel tan a su medida que duele), David Dastmalchian, John Cena, Joel Kinnaman, Daniela Melchior, Peter Capaldi, Juan Diego Botto o Sylvester Stallone poniendo su voz a un tiburón triste se lo pasan como niños. Se lo pasan como su director. Réplicas increíbles, diálogos tronchantes, los mejores carteles de situación que verás en tu vida, toneladas de gore y una selección musical ideal convierten en un éxito creativo inmediato una película que tenía una misión casi más suicida que la de la propia historia: construir algo bonito, hermoso y, sí, adulto, en el lugar menos habilitado para ello.

'El escuadrón suicida' supone la enésima confirmación de que lo de James Gunn es talento en bruto y talento bruto. Un genio capaz de congelarnos la sonrisa solamente para hacer que la siguiente carcajada sea aún más grande. Un loco que construye un blockbuster a través de golpes de estado, magnicidios y genocidios. Un autor capaz de aplastar una ciudad con la criatura más inesperada de todas y presentar la película definitiva anti-Marvel justo antes de volver a cambiar de acera. Un genio que presenta su enésima obra maestra.