‘Plan de escape’ lo tenía todo para haberse convertido en un bombazo… hace 25 años. El problema es que se estrenó hace apenas cinco, por lo que todavía le dio para ser un éxito modesto -recaudó 137 millones frente a un presupuesto de 54-, pero quedándose muy lejos de lo que uno habría esperado de una película protagonizada por Sylvester Stallone y Arnold Schwarzenegger.
Eso sí, todo apuntaba a ser una aventura individual que no iba llevar a ninguna parte. Por ello, el anuncio de una segunda entrega me pilló por sorpresa, y la cosa fue aún a más cuando se confirmó la tercera antes de que la primera secuela llegase tan siquiera a acabar de rodarse. ¿Acaso tenían algún gran plan al que no se podía decir que no? No lo parece una vez vista ‘Plan de escape 2’, un lamentable bodrio que nunca debería haber visto la luz del día.
Una pérdida de tiempo absoluta
Hace unos días os comentaba lo alucinantes que eran las escenas de acción de ‘Misión: Imposible – Fallout’ y como para ello resultaba esencial tanto el planteamiento y ejecución de la puesta en escena como la implicación de los actores. Suena sencillo dicho así, pero también puedes ir a lo fácil y que el montaje te solucione la papeleta o simplemente demostrar un pésimo entendimiento de este tipo de secuencias tal y como sucede aquí.
Sobre el papel, la idea de una nueva cárcel inexpugnable sonaba un poco repetitivo, por lo que ‘Escape Plan 2: Hades’ opta por una trama en la que se potencia la rivalidad de Ray Breslin -Stallone- y un antiguo protegido suyo -anodino Wes Chatham-. Al menos esa parece la idea sobre el papel, pero la realidad es que Stallone queda relegado a un segundo plano durante la mayor parte del metraje, dañando así uno de los atractivos de la película.
Tampoco ayuda que el actor esté más monótono que nunca, un poco en la línea de Bruce Willis durante los últimos años participando en títulos infames -aún recuerdo la horrible ‘Mercancía peligrosa’- para cobrar un cheque rápido. Lo primero en lo que falla la película es en la necesidad de entretener al espectador, de ofrecerle algo por lo que merezca la pena seguir asistiendo a lo que sucede en pantalla y a partir de ahí surgen otros problemas aún mayores.
No hay nada rescatable en 'Escape Plan 2: Hades'
No negaré que el guion de Miles Chapman, quien también escribió el de la primera, intentan plantar ciertas semillas para que surja algo de tensión en la misión de los héroes, pero una cosa es plantearlo y otra saber cómo jugar con ello para que cumple el efecto buscado. De hecho, da la sensación demasiado a menudo de que las cosas pasan un poco porque sí, incluidos los giros supuestamente sorprendentes, y así no hay quien “compre” lo que sucede.
Hasta me creería sin problema que Chapman entregó una primera versión del libreto y se limitaron a rodarla sin más. Ahí entra en escena la pericia del director para añadir picante al material de partida, pero Steven C. Miller, que casualmente también estuvo al frente de varios cuestionables vehículos con Willis de estos últimos años, no es ese hombre. Su trabajo oscila entre lo mecánico, lo impersonal y el simplemente no saber qué hacer para que la acción resulte vibrante.
A eso añadimos que el resto el reparto parece más que está pasando por allí que actuando -una pena el paupérrimo uso de Dave Bautista- y el hecho de que ni siquiera sea una cinta completamente cerrada para conseguir que la sensación de disgusto se dispare por las nubes. Quizá juntando las ideas que tenían aquí y las que llegarán en ‘Escape Plan 3: Devil’s Station’ podría haber salido algo llevadero, pero la realidad es la que es.
En definitiva, ‘Escape Plan 2: Hades’ es un completo desastre, no hay nada en ella que no sea deficiente en el mejor de los casos y horrible en el peor, resultando encima más abundante lo segundo que lo primero. Vale que ‘Plan de Escape’ no era una maravilla, pero sí un pasatiempo bastante digno que poco menos que se convierte en una obra maestra en comparación con su secuela…
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